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jueves, 29 de marzo de 2012

LOS PUENTES DE MADISON





FICHA TÉCNICA

Título 'The Bridges of Madison County' Los puentes de Madison

Dirección Clint Eastwood

Producción Clint Eastwood, Kathleen Kennedy

Guion Richard LaGravenese., Novela de Robert James Waller

Música Lennie Niehaus

Fotografía Jack N. Green

Montaje Joel Cox

Protagonistas Meryl Streep, Clint Eastwood, Annie Corley, Victor Slezak, Jim Haynie

País(es) Estados Unidos

Año 1995

Género Drama romántico

Duración 134 minutos

Productora Warner Bros. Amblin Entertainment Malpaso Productions

Distribución Warner Bros. Pictures


SINOPSIS

Los puentes de Madison (título original en inglés: The Bridges of Madison County) es una película estadounidense de 1995 dirigida por Clint Eastwood e interpretada por el propio Eastwood junto a Meryl Streep, Annie Corley, Victor Slezak y Jim Haynie, entre otros. El guion, escrito por Richard LaGravenese, es una adaptación de la novela homónima de Robert James Waller y explora la relación entre Francesca, ama de casa, y Robert Kincaid, fotógrafo.

Meryl Streep fue candidata al Óscar a la mejor actriz en la 68ª entrega de los premios, si bien fue Susan Sarandon quien obtuvo el galardón.(1)

La película se sitúa en 1965. Relata la historia de Francesca (Meryl Streep), una solitaria ama de casa italiana residente en Iowa, que se había casado con un soldado estadounidense y emigrado a Estados Unidos. Mientras su esposo e hijos se encuentran fuera, en la feria del Estado de Illinois, conoce a un fotógrafo, Robert Kincaid (Clint Eastwood), que ha llegado al condado de Madison (Iowa) para realizar una serie fotográfica sobre los puentes cubiertos de la zona para National Geographic, y se enamora de él.

Los cuatro días que pasan juntos suponen para ella un giro fundamental en su vida por la relación extramatrimonial que mantiene con él, historia que refleja en un diario que sus hijos descubren después de su muerte.

Premios

Premios Oscar

Año Categoría Persona Resultado

1996 Mejor Actriz Meryl Streep Candidata

Globos de Oro

Año Categoría Persona Resultado

1996 Globo de Oro a la mejor película - Drama Candidata

1996 Globo de Oro a la mejor actriz - Drama Meryl Streep Candidata

Premios BAFTA

Año Categoría Película Resultado

1996 BAFTA a la mejor actriz Meryl Streep Candidata

Premios SAG

Año Categoría Persona Resultado

1996 Premio SAG a la mejor actriz protagonista Meryl Streep Candidata



COMENTARIOS


Hasta hace tan sólo unos días no había visto ‘Los Puentes de Madison’, una de las películas más famosas del gran Clint Eastwood. Alberto, fan declarado de la película (aunque no la puso entre sus favoritas el muy coruñés), ya me amenazó en su momento con no permitirme volver a pisar su estupendo local hasta que no hubiera contemplado ese triste y emotivo final bajo la lluvia. Y es que, en ocasiones, sin razón aparente, hay títulos de este calibre que vas dejando para más adelante, como si nunca fuera el mejor momento para sentarse y enfrentarse al visionado; eso sí, entre tanto te has ido tragando un mar de productos penosos. Es lo gracioso del asunto.

En fin, a lo que iba. Hace poco compré la película en cuestión, a muy buen precio, y me decidí a verla antes que acabara el año. Deliciosamente acompañado, me encontré tras ver ‘Los Puentes de Madison’ con una sensación ligeramente agridulce. El film tiene partes gloriosas pero también otras lamentables. El resultado global es muy poderoso, desde luego, pero no deja de ser una pena que tenga esos bajones puntuales tan extraños.

El guión de ‘Los Puentes de Madison’ (‘The Bridges of Madison County’, 1995), escrito por Richard LaGravenese, está basado en la novela homónima de Robert James Waller. Se nos sitúa en 1965 y se nos narra la historia de Francesca, una solitaria ama de casa, de origen italiano, residente en Iowa. Mientras su esposo y sus dos hijos se encuentran de viaje, Francesca conoce a un fotógrafo que ha llegado al Condado de Madison para realizar una serie de fotografías sobre los puentes cubiertos de la zona; ambos se enamoran. Los cuatro días que pasan juntos suponen para ella un giro fundamental en su vida. Una historia que reflejará en un diario dividido en cuatro partes que sus hijos descubren después de su muerte.

La película parte de la muerte de la protagonista, Francesca, para, a través de su diario, leído por sus dos hijos, contarnos la corta pero intensa historia de amor extramatrimonial que vivió con Robert, el fotógrafo del National Geographic que, casualmente, se paró junto a su casa. Eastwood hace gala de esa impresionante mezcla de sensibilidad y fuerza que caracteriza su cine. Increíble lo de este genio, lo fácil que puede lograr, en tantas películas, que se te ponga la piel de gallina. El amor que sienten los dos protagonistas se respira, se siente, se intuye, pero casi nunca se ve, apenas se nos revela de forma notoria. Es imposible no acordarse de esa maravilla titulada ‘Breve Encuentro’ (David Lean) mientras se ve ‘Los Puentes de Madison’. No sólo por la historia, por su desarrollo y desenlace, sino también por la nostálgica y dulce voz en off femenina que nos relata la experiencia, o por esa escena casi calcada en la que una ruidosa amiga de la protagonista interrumpe la inocente intimidad de los amantes. De todas formas, que no se me malinterprete, son películas muy diferentes y que la sinopsis tenga similitudes es de lo más corriente. También podríamos incluir aquí a ‘Deseando Amar’ y cerrar un fascinante triángulo cinematográfico sobre el adulterio.



El reparto de ‘Los Puentes de Madison’ podría dividirse en dos apartados, o dos parejas, muy diferentes. Por un lado, tenemos a los dos personajes que protagonizan la parte del presente, papeles de Victor Slezak y Annie Corley, y, por otro, a los dos amantes sobre los que gira la historia central, encarnados por Meryl Streep (nominada al Oscar por este trabajo) y Clint Eastwood. Es en la primera pareja de personajes donde está lo peor de la película. Me resulta incomprensible que Eastwood permitiera semejantes actuaciones, lamentables, por parte de Slezak y Corley, aparte de que sus diálogos sean también flojísimos y en ocasiones absurdos. Lo de Corley es de juzgado de guardia, hay momentos en que incluso parece que imita al Chandler de ‘Friends’. No te llegan a estropear la película, ni muchísimo menos, pero cada vez que salen es que dan ganas de darle al botón de avanzar; a excepción, eso sí, de uno de los momentos finales, en el puente, que es bellísimo.

Todo lo contrario ocurre con los protagonistas, con Meryl Streep y Clint Eastwood. Ambos están sensacionales, inmejorables, formando una pareja memorable. Streep, sin duda una de las actrices de mayor talento que ha dado Hollywood, aparece sensual, fascinante, encarnando a la perfección a una mujer que, por unos días, encuentra una vía para esa dar rienda a la pasión que dormía olvidada en su interior. Atención al sutil acento que adorna su impresionante actuación o a esos graciosos gestos nerviosos que hace con las menos. En cuanto a Eastwood, me resultaría rarísimo que no hubiera estado también nominado al Oscar por esta película, si no fuera porque su faceta como actor siempre ha sido muy infravalorada. La leyenda viva nos ofrece todo un recital interpretativo y nos regala algunos momentos poderosísimos, como cuando se le saltan las lágrimas o el ya mencionado desenlace bajo la lluvia.

Por tanto, no incluiría ‘Los Puentes de Madison’ entre las cinco mejores películas de Eastwood como director, pero sí estaría entre las dos o tres primeras si me tocara defender la calidad de Eastwood como actor; algo que se ha venido discutiendo desde que casi no moviera un músculo para Sergio Leone. A Streep no hay que defenderla, pero si llegara el caso, aquí también realiza un trabajo extraordinario.

Como conclusión, nos encontramos ante un drama romántico de factura elegante y sencilla, de aire nostálgico, de emociones contenidas, con un final precioso que te mantiene sin respiración. Un título que debe estar en vuestra estantería favorita. (2)


Un maduro fotógrafo aventurero, intrepretado por Clint Eastwood, y una aburrida y soñadora ama de casa, interpretada por Meryl Streep, se conocen casualmente. El coche de Eastwood se ha averiado, y debe pedir ayuda desde la casa de Streep, en medio del campo. Ambos han tenido sus experiencias, y no esperan mucho más de la vida. Su relación, al principio tímidamente, se acaba convirtiendo en una apasionado romance adúltero que ninguno de los dos puede evitar.

El gran Clint Eastwood dice a propósito de su película: "Es una historia de relaciones humanas. No hay efectos especiales, sólo actores, amor y emoción. No creo que puede pedirse más al cine". Las interpretaciones que completan Eastwood y Streep son magistrales. Son los únicos personajes de la película, y consiguen darle el tono adecuado, intenso pero equilibrado. Los puentes de Madison es poderosa, sutil y muy sugerente, y de con este cambio de registro, Eastwood demuestra su maestría en el arte de dirigir. (3)




Cuatro son los días que la familia Johnson estará fuera de la granja. Francesca (Meryl Streept), un ama de casa dedicada durante muchos años al cuidado de los suyos, agradecerá sobremanera estas pequeñas vacaciones - que alejarán momentáneamente a su marido y a sus dos hijos- con la esperanza de que esos días dedicados única y exclusivamente a ella, le hagan borrar de alguna manera el gris de su rostro; reflejo de la cantidad de ilusiones sin cumplir, o quizá, según veamos más adelante; por cumplir.

Casi al tiempo que despide a su familia por el viejo camino de arena, acude a su granja Robert Kincaid (Clint Eastwood), un fotógrafo del National Geographic interesado en capturar bajo su objetivo los puentes Roseman y Holiwell.

El extranjero, algo perdido, reclama la ayuda de la bella italiana, con la que muy poco tiempo después le unirá algo más que una mera relación de cortesía.

Si revisamos un poco la historia del cine nos encontramos ante películas en las que hay como punto de partida estas viejas construcciones: los puentes ("El puente de Waterloo" , "Le notti bianche", "Breve encuentro", entre otras).

Releyendo el ensayo sobre los puentes en el cine de Chale Nafus, nos percatamos de que es una de las obras civiles más utilizadas en el séptimo arte y que en palabras del autor: "Muy pocas veces el personaje de una película cruza un puente sólo para llegar al otro lado.

El paso por el puente suele significar algún tipo de cambio; la transición a una nueva fase vital, la conexión con una persona nueva, o la confrontación con el peligro e incluso la muerte".

Brillantemente utilizado el puente como alegoría de cambio, ruptura con lo establecido y transición ante lo desconocido, nos hayamos ante una de las indiscutibles joyas cinematográficas de los últimos tiempos.

De la mano del genio Clint Eastwood podemos constatar una vez más, que no es necesario un cuerpo atlético, una sonrisa de fresa y una hilarante juventud que haga que la pasión desborde la pantalla.

Solo hace falta fijarse en la magistral interpretación de sus protagonistas para ver cómo el aplomo, la lealtad, la responsabilidad, el futuro incierto y la lucha en la que te pone la vida cuando - quizá algo tarde- se cumple tu sueño; no son incompatibles con la carne de gallina que te sube por la espalda cuando la mano de quien amas roza levemente tu mejilla; ni tampoco con los nervios que te llevan a comprarte un vestido para la primera cena juntos , ni con la sonrisa que cual quinceañera se te escapa al mirarle de soslayo.

Esto y mucho más es lo que nos encontraremos en "Los Puentes de Madison", una adaptación de la novela de Robert J.Wallace del mismo nombre que en 1995 llegó a la gran pantalla.

Es curiosa, o al menos digna de mención, la ceguera de los "entendidos" hollywoodienses quienes se dejaron eclipsar por cerditos rosados; héroes galácticos en misiones septuagenarias, alcohol y muerte en Las Vegas; penas de muerte y gritos todos a una de libertarios encabezados por Wallace.

Films sin lugar a duda merecedores -casi todos- de galardones, pero en los que se extraña un trocito de Madison.

Se extraña la representación de una película en la que hasta el duro Clint llora de amor bajo la lluvia - en una de las escenas más dramáticas jamás filmadas- mientras que Streept con el llanto y el silencio como únicos conocedores de su intimidad, se aferra al manillar del coche congelada por el dolor.

Personalmente rehuyo cualquier categorización temática que trate de unificar los criterios y obras de un mundo tan heterogéneo y dispar como el que nos ocupa, si bien este caso no es una excepción.

No diré pues que estamos ante un drama romántico, ni diré tampoco que pertenece al cine de ideas. Lo único que podemos asegurar es más que una certeza un deseo: Sr Eastwood, no se muera nunca.(4)


CITAS:
1.- es.wikipedia.org/wiki/Los_puentes_de_Madison


2.- http://www.blogdecine.com/criticas/los-puentes-de-madison-breve-encuentro

3.- http://www.decine21.com/Peliculas/Los-puentes-de-Madison-4213

4.- http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3056.html