2.1. SINOPSIS
Benjamín Espósito acaba de jubilarse después de trabajar toda una vida como empleado en un Juzgado Penal. Para ocupar su tiempo libre decide escribir una novela, basada en una historia real de la que ha sido testigo y protagonista. La novela que escribe es, en apariencia, la historia de un asesinato ocurrido en Buenos Aires en 1974, y de la investigación para hallar al culpable. Pero una vez abierta la puerta de ese pasado al propio Espósito se le volverá imposible cerrarla. Primero, porque la turbulenta Argentina de entonces se cuela en la vida de los personajes, con su carga de violencia y de muerte.
Y, sobre todo porque aunque Espósito suponga que la historia que teje habla únicamente del pasado, su búsqueda ilumina de un modo descarnado su propia vida y su presente, y lo pone de frente con un dilema de amor que lo obsesiona desde hace demasiado tiempo. Reconstruir el pasado lo conducirá a bucear en sus propios sentimientos, sus propias conductas y decisiones. Y hallar la verdad terminará por convertirse no en un objetivo literario, sino en la llave que le permita abrir la puerta para vivir el resto de su vida.(2)
2.2. FICHA TÉCNICA
Título El secreto de sus ojos
Dirección Juan José Campanella
Ayudante de dirección Fernando Alcalde
Producción Haddock Films, Tornasol Films, 100 Bares, Telefe
Guión Eduardo Sacheri, Juan José Campanella
Música Federico Jusid, Emilio Kauderer
Sonido José Luis Díaz Ouzande
Fotografía Felix Monti (ADF)
Montaje Juan José Campanella
Vestuario Cecilia Monti
Efectos especiales Rodrigo Tomasso
Reparto Ricardo Darín, Guillermo Francella , Soledad Villamil, Pablo Rago
Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón, Mariano Argento
Ricrdo Cerone, David Di Nápoli
País(es) Argentina, España
Año 2009
Género Thriller
Duración 127 min. aprox.
Idioma(s) español
Distribución Distribution Company
2.3. ARGUMENTO
La historia, situada en 1999, es contada en forma de recuerdo: en junio de 1974, un agente de la justicia federal, Benjamín Esposito (Ricardo Darín), empieza a investigar el crimen de una joven mujer, Lilliana Colotto de Morales, brutalmente violada y asesinada dentro de su casa en un barrio de Buenos Aires. Su esposo, ahora viudo, Ricardo Morales (Pablo Rago), queda devastado por la noticia; Esposito le promete encontrar al asesino y llevarlo ante la justicia. Éste es ayudado por su asistente alcóholico, Pablo Sandoval (Guillermo Francella), y la recién llegada Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil), una joven de clase acomodada que es la nueva jefa del departamento. El rival de Esposito en el tribunal, Romano, acusa a dos trabajadores inmigrantes para deshacerse del asunto, lo cual enoja a Esposito tras ver que ambos fueron torturados para que se declararan culpables y se enfrenta a Romano en un ataque de furia.
Pronto, Esposito encuentra una pista al mirar unas viejas fotos de la joven asesinada, que le fueron dadas por Morales: en muchas de las fotos encuentra a un hombre, identificado como Isidoro Gómez, que miraba a la víctima de forma sospechosa. Esposito investiga a Gómez, y determina que vive y trabaja en Buenos Aires, pero no logra localizarlo.
Esposito y Sandoval entran ilegalmente en la casa de la madre de Gómez en Chivilcoy, ciudad donde no sólo nació él, sino también la difunta esposa de Morales. Durante el allanamiento, encuentran unas cartas que el sospechoso le escribió a su madre. Sandoval las roba, Esposito se entera manejando de regreso. De vuelta a la Capital Federal, la "visita" sólo les causa problemas con sus superiores, y no logran conseguir ninguna evidencia en las cartas. Además, Gómez sigue en libertad debido a una descuidada llamada telefónica a su madre por parte de Morales, quien desesperadamente quería encontrar al asesino de su esposa. Tras estos sucesos, la investigación del homicidio de la joven es cerrada.
Sin embargo, tiempo después, ya en 1975 Esposito se encuentra a Morales en una estación de trenes en Belgrano y descubre que por todo un año Morales había estado yendo a distintas estaciones de tren en capital federal para tratar de encontrar a Gómez cuando este vuelve del trabajo. Conmovido por la determinación de Morales y el amor de este por su difunta mujer, Esposito logra convencer a Irene de que reabra la investigación. Mientras emborrachandose en un bar, Sandoval hace un descubrimiento: un conocido suyo del bar identifica varios nombres mencionados en las cartas -sin conexión aparente- como jugadores de fútbol pertenecientes a Racing Club de Avellaneda.
Después de identificarlo como fanático de Racing, Esposito y Sandoval van a un partido entre ese equipo y Huracán, con la esperanza de encontrar a Gómez. En una escena memorable filmada en el estadio de este último equipo, lo localizan entre la multitud, pero un gol repentino causa el barullo suficiente para que huya. Una persecución comienza en la que Gómez casi escapa, pero es finalmente atrapado gracias a la asistencia de la policía cuando el se mete accidentalmente en la mitad del campo de fútbol. Esposito e Irene entonces lo someten a una falsa e ilegal interrogación en la oficina en la que Irene logra que Gómez confiese el crimen tras herir su orgullo masculino.
Gómez es juzgado y condenado, pero apenas un mes después Romano, el rival de Esposito, logra que liberen a Gómez y lo contrata como sicario para miembros de la facción de derecha del Partido Peronista para vengarse de Esposito. Esposito e Irene tratan de revertir esto pero la intervención de Romano no se los permite y a Esposito le cae la dura tarea de informar a Morales de que el asesino de su mujer seguira libre, algo que devasta al hombre.
Semanas después, Sandoval se emborracha y se pelea con otro hombre en el bar que frecuenta y Esposito lo lleva hasta su propio departamento para que se ponga sobrio mientras el va a buscar a la mujer de su amigo. Cuando Esposito vuelve con la esposa de Sandoval a su departamento, encuentra la puerta forzada, sus fotos dadas vuelta y a Sandoval tiroteado y muerto en su cuarto. Esposito después concluye que Romano mandó asesinos a sueldo para tratar de matarlo a el y cuando encontraron a Sandoval, este dio vuelta las fotos y pretendio ser Esposito para salvar a su amigo.
Temiendo por su vida, Esposito es forzado a exiliarse a Jujuy con los primos de Irene para evitar a los asesinos de Romano. Este se va de la ciudad y se queda en Jujuy por diez años hasta volver a Buenos Aires en 1985 para encontrar Gómez desaparecido, a Romano asesinado durante la dictadura de 1976 y a Irene casada y con dos hijos.
Tratando de sacarle sentido al caso, Esposito va a visitar a Morales, quien se mudó en el '75 a una casa en la mitad de la nada en las afueras de la Provincia de Buenos Aires. Durante la visita, ambos hombres discuten varios de los eventos que ocurrieron durante y después del caso pero Morales se descontrola después de que Esposito le pregunta cómo hizo para sobrellevar la muerte de su mujer, y más aún la injusticia con la que finalizó su causa. Porque después de enterarse Esposito de que Gómez había terminado como guardaespaldas de Isabel Perón, a este no se lo volvió a ver. Morales le cuenta a Esposito que él ya se había encargado de secuestrar a Gómez y de tirotearlo en el baúl de su auto. Siendo así, Esposito se retira. Pero tras una profunda reflexión guiada por recuerdos, detiene el auto y se dirige campo adentro, de vuelta hacia la casa de Morales. Llegó a esto tras pensar en lo que Sandoval le había dicho "Nadie puede cambiar de pasión". Espósito comprendía el afán que tenía Morales por que Gómez sufriera una estadía eterna en prisión, y no se salvara instantáneamente con la muerte. Así llegó a la conclusión de que era imposible que el damnificado le "hubiera dado el gusto" a su agresor. Tras esperar hasta el anochecer, encuentra a Morales entrando en un pequeño granero con un plato de pequeños trozos de pan. Esposito avanza y mira por detrás de la puerta: Morales lleva ese plato a una celda de cuya oscuridad sale un "anciano" decrépito, quien resulta ser un añejo y maltrecho Gómez a quien Morales mantuvo preso y bien alimentado por 25 años pero ni una vez le dijo una sola palabra. Gomez dentro de su celda se aproxima a Esposito y le ruega que le pida a Morales que le hable. En ese momento Morales, con seriedad en su rostro le dice a Esposito: "Usted dijo perpetua", en referencia a la promesa de encarcelarlo que le había hecho.
De vuelta a Capital Federal, Esposito visita la tumba de Sandoval, y más tarde visita a Irene, dispuesto a confesarle su amor por ella, cosa que ella siempre ha esperado de él. Sonrientes y expectativos, los dos nuevos amantes entran en la oficina de ella y cierran la puerta para tener privacidad.(3)
2.4. COMENTARIOS
Juan José Campanella es, por lejos, el cineasta más astuto de Argentina, junto con ser el de mayor éxito. Esta película, por ejemplo, comienza con un escritor que desecha dos comienzos demasiado melosos para una novela. Este acto insinúa un cierto tono autocrítico, aunque las mismas escenas vuelven a aparecer más tarde.
El relato cubre 30 años, desde el 21 de junio de 1974, cuando la joven esposa de Ricardo Morales (Pablo Rago) es salvajemente violada y asesinada, hasta alguna fecha actual, cuando el suboficial judicial Benjamín Espósito (Ricardo Darín), ya jubilado, regresa al tribunal para escribir una novela sobre el caso que con tanto ahínco persiguió.
El retorno a su antiguo trabajo propicia también el reencuentro con su antigua superior, la secretaria del juzgado Irene Menéndez (Soledad Villamil), una mujer algo más joven a la que siempre admiró pero nunca se atrevió a seducir. Como El hijo de la novia, la película se construye con estos dos movimientos: una empresa ajena, acometida por deber y admiración, y una frustración personal, llevada por sobre el tiempo.
Astutamente, Campanella sitúa a Espósito en los bordes de sus encuadres cuidadosamente descentrados; a veces hay más de media pantalla vacía, sólo para examinar la extrañeza del funcionario, su desafiliación de los opacos actos emprendidos con el móvil de la pasión. Esa posición comunica con fuerza la idea de que Espósito no es un protagonista, sino apenas un testigo, tanto de la investigación como de su propia vida.
¿Acaso no se han sentido millones de argentinos en esa situación oblicua y tangencial respecto de su historia reciente? En un nuevo toque de agudeza, el cineasta hace pasar la política por detrás del relato. Pero lo que transita es nada menos que la dictadura, que viene a cancelar toda justicia. Entonces parece que la mujer violada es una metáfora de la propia nación.
Y luego está lo que todo cineasta con ambiciones intenta alguna vez: un golpe de virtuosismo. El de aquí, cerrando la mitad exacta del metraje, parte como Scorsese y culmina como De Palma: un plano aéreo que cae sobre el estadio de Huracán, pasa sobre la cancha, entra en la barra de Racing, sigue una laberíntica persecución por los camarines y culmina en la cancha de fútbol. La interpretación de los personajes respecto del fútbol como el territorio de la pasión puede satisfacer la imaginación argentina, pero fuera de allí parece el tipo de exceso idiosincrásico que sólo se puede apoyar en una audacia lingüística.
El secreto de sus ojos está muy bien armada, actuada y filmada. Al revés de El hijo de la novia, donde el melodrama oblitera el lado más interesante, el sentimiento de derrota reivindicado con una acción vicaria, aquí ese sentimiento es el centro y el motor, incluso aunque el astuto Campanella no supere del todo el aire de prefabricación, cálculo y manipulación que ha hecho que sus películas anteriores sean tan atosigantes.(4)
Esta mañana he ido a ver, con mi amigo Miguel Ángel, la película argentina El secreto de tus ojos, dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella.
Me ha encantado. Es cine de alto nivel. Un guión excelente (de Eduardo Sacheri, a partir de su primera novela, La pregunta de tus ojos, y del propio Campanella), unos actores colosales, una historia que tiene muchísimo interés. El aficionado al cine agradece cintas de esta calidad. Algo más de dos horas viviendo (disfrutando, sufriendo) de un relato típicamente bonaerense, con una interpretación excepcional.(5).
El secreto de tus ojos es una gran película. No es una buena película de género, no es un trabajo eficaz. Es una gran película. Invitados por la asociación Darín. What else? que preside mi mujer, la vimos ayer junto al amigo cinefrick, a mi hermanito cinéfilo y a mi cuñada. Cien por ciento de ese focus group casero quedó encantado con la película. Por supuesto, pese a algunas reticencias iniciales generadas por los celos no del todo infundados del marido de la presidenta, todos nos afiliamos a la asociación, aunque participaríamos sin inconvenientes en el club de fans de Soledad Villamil y el de Guillermo Francella. Todas las actuaciones, incluyendo los personajes ínfimos de 2 segundos o incluso Pablo Rago, son buenas. La dirección de actores fue siempre una de las cualidades de Campanella pero esta vez logra algo casi milagroso. Todo, desde el arte (excelente, a la altura del de Zodiac) la música, los diálogos, la fotografía, impone un ritmo que atrapa desde el primer momento. El guión, de relojería, tiene algo de la excelente Nueve reinas de Bielinsky, aunque sin su componente mecánica. Es una historia perfectamente armada, bien contada, ambientada en Buenos Aires y desarrollada a lo largo de dos décadas, incluyendo los años de plomo, pero que milagrosamente no intenta educarnos, no nos explica que los argentinos somos así, que la vida carajo o que la tarea de cada director es denunciar injusticias. Es una película de un amante del cine que descree del prestigio del tedio.”
¿Qué nos enseña la película? Entre otras muchas cosas, que hay que ser valientes respecto al amor, porque la vida se te puede pasar en la duda.
Hablando de cine, ya ha salido la revista Fotogramas del mes de octubre. Mirito Torreiro, el maestro Torreiro, le da cinco estrellas (sobre cinco) a El secreto de tus ojos. Escribe: “un Campanella que regresa en plena forma: mostrando y escondiendo, dejando cabos sueltos que siempre serán retomados. Y moviéndose en el terreno en el que mejor sabe jugar: el cine de género (aquí, un thriller con tantas capas como historias se entrecruzan en él), con una buenísima trama criminal, una estremecedora historia de amor y unos actores superlativos: atención al duelo entre un Darínque jamás estuvo mejor, y un Guillermo Francella sencillamente magistral. Académica pero bien resuelta, siempre apasionante en su desarrollo, y con un acabado técnico que ya querríamos ver más seguido en nuestro cine, El secreto de sus ojos es una de esa películas que huelen a premios se miren desde donde se miren.”(6)
Mi nombre es Juan Olivares, soy un Chileno viviendo en Buenos Aires hace ya casi 8 añose y me dedico a hacer Efectos visuales. trabaje en El Secreto de sus Ojos durante 8 meses como compositor digital, sino que también porque tiene un nivel de post produccion nunca antes visto en una película latinoamericana. Me parece que es una pelicula que puso una vara muy alta para el nivel de efectos que se generan en nuestras tierras y creo que merece un poco de atención y reconocimiento por lo que se hizo.
Entonces, me dirijo a ustedes, primero para hacerles saber de todo esto, y segundo, para que se den una vuelta por su cine favorito, la vean y juzgen por ustedes mismos, ya que si bien a estas alturas corren por internet un par de DVD rips que tienen una calidad aceptable, les recomiendo verla en cine). Les adelanto que la película tiene un plano secuencia de 6 minutos (que es, por asi decirlo, la guinda de la torta) en el cual se uso el software MASSIVE para llenar un estadio de fútbol con mas de 10.000 personas generadas integramente en 3D con un resultado que no tiene nada que envidiarle a las super-producciones hollywoodenses. Hago hincapié en esto porque es la primera y única película latinoamericana hasta el momento en usar este tipo de herramientas.
Quisiera aclarar que yo solamente trabaje como compositor digital, realizando labores que iban desde composición de 3D con imágenes reales, rotoscopia, chroma keying, matchmoving y eliminación de errores de rodaje (corrección de maquillaje, borrado de micrófonos, etc), o sea que solo fui parte de un equipo de varias personas que pusieron lo mejor de cada uno para que todo saliera lo mejor posible. Mi intención no es darme créditos ni hacerme notar ni nada por el estilo, solamente quiero dar a conocer que en Latinoamérica también podemos hacer cosas buenísimas, porque talento y personas hay de sobra, solo falta gente arriesgada (con esto me refiero a productores y directores) que quieran subirse al carro de las nuevas formas de producción, abrir el camino de un mercado que esta muy en alza en nuestras tierras y también, para que nuestros directores puedan contar mas y mejores historias, no necesariamente me refiero al efectismo visual, sino que también como una gran herramienta de libertad creativa y de apoyo narrativo.
Les dejo un gran abrazo y espero que sigan difundiendo todo lo que tiene que ver con el mundo audiovisual y especificamente lo que tiene que ver con el mundillo de losefectos visuales en nuestras tierras.(7)
“El Secreto de sus Ojos” es una coproducción Argentina/Española dirigida por Juan José Campanella. El guión está basado en una novela llamada “La Pregunta de sus Ojos” de Eduardo Sacheri, quien también colaboró en la adaptación cinematográfica junto al director.
El thriller está protagonizado por Ricardo Darín y Soledad Villamil, acompañados en papeles importantes por Guillermo Francella y Pablo Rago. No es la primera vez que el director dirige a Darin y Villamil, ya ocurrió en 1999 con “El Mismo Amor, la Misma Lluvia”, film que también protagonizaron junto a Ulises Dumont, Eduardo Blanco, Alfonso de Grazia y Alicia Zanca.
Además de contar en su filmografía, películas como “El Hijo de la Novia” o “Luna de Avellaneda”, Juan José Campanella ha venído dirigiendo estos años algunos episodios de varias series estadounidenses, como “House MD”, “30 Rocks”, “Law & Order” y “Six Degrees”.
Luego de su estreno en Argentina el próximo 13 de Agosto, “El Secreto de sus Ojos” se estrenará en España el 25 de Setiembre, mes en el que pasará también por los festivales de San Sebastian y Toronto.
Confieso mi amor por Ricardo Darín. Empezó en el ‘87 con su inolvidable papel de ‘Juanjo’ en el culebrón argentino Estrellita Mía, años más tarde me volvió a cautivar en Nueve Reinas y el Hijo de la Novia, así que antes de entrar al cine ya me había robado el sueño. Me senté en la butaca con una gran barra de chocolate y dispuesta al reencuentro con el galán argentino. Darín no es el prototipo del ‘guapo’, pero su talento mezclado con sus ojos claros, y alguna que otra cana, hacen una combinación demoledora.
La trama es un flashback a la Argentina de 1971, donde Benjamín Espósito, agente de la justicia federal, toma el caso de una joven violada y asesinada. Conmovido por el amor que siente el viudo, Espósito hace suyo el proceso y no descansa hasta encontrar la verdad. Ya jubilado y sin más distracciones se propone escribir una novela sobre la causa que marcó su vida. Mientras escribe, la luz intensa de la memoria revive sin piedad sus pasiones, sus amores y sus equivocaciones.
La cinta cuenta con la brillante actuación de Guillermo Francella, destacado comediante argentino en el papel de su vida como Sandoval. El ayudante y hombre de confianza de Espósito (Darín), amante de bares de mala muerte e Irene (Soledad Villamil) la correcta abogada de la clase alta argentina, jefa de ambos. Juntos dan vida a una de las más auténticas radiografías a la burocracia estatal de los 70 y a la idiosincrasia porteña con sus dichos y frases características, usadas en la justa medida para robarnos más de una carcajada. Notable es su conexión con el fútbol, gran pasión trasandina y el personaje del juez Fortuna Lacalle, maestro del lunfardo porteño.
Es una obra de arte que llega al corazón, gracias a actuaciones geniales, una dirección y manejo sabio de los silencios, las miradas y la tensión entre sus personajes por parte del gran Juan José Campanella. Además de cuidadas tomas, ambientación impecable y una fotografía excepcional, que permiten sumergirse por completo en el relato y trasladarse al Buenos Aires de hace 40 años. Una historia de amor postergada, que sin beso alguno, hace renacer la esperanza en que el verdadero amor se puede alcanzar, incluso treinta años después… a pesar de que una vida vacía haya pasado por encima.
Aparte de haber ganado merecidamente el Oscar como mejor película extranjera, a mi juicio tendría que haber obtenido a lo menos 2 estatuillas más, El Secreto de sus Ojos es de esas películas que uno simplemente no puede dejar de ver. Así que ahora que ha vuelto a la cartelera y que además está en DVD, no se la pierdan.(8)
CITAS:
1.- http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Campanella
2. http://www.google.cl/imgres?imgurl=http://www.demasiadocine.com/wp-content/uploads/2009/08/el-secreto-de-sus-ojos.jpg&imgrefurl
3.- http://es.wikipedia.org/wiki/El_secreto_de_sus_ojos
4.- Ascanio cavallo Revista del Sabado 09/01/2010
5.- www.791cine.com/blog
6.- http://jccubeirojc.blogspot.com/2009/09/el-secreto-de-tus-ojos.html
7.- http://www.eje-zeta.com/2010/01/26/el-secreto-de-tus-ojos-elevando-el-nivel-del-cine-latinoamericano-en-vfx/
8.- http://www.caras.cl/blog/2010/03/por-que-ver-el-secreto-de-sus-ojos/
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