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miércoles, 14 de marzo de 2012

THE UNFORGIVEN


FICHA TÉCNICA

Título original: Unforgiven. (Sin Perdón)

Año: 1992.

Duración: 127'.

País: Estados Unidos.

Dirección: Clint Eastwood.

Guión: David Webb Peoples.

Reparto: Clint Eastwood, Gene Hackman,Morgan Freeman, Richard Harris, Jaimz Woolvett, Saul Rubinek, Frances Fisher,Anna Thomson, David Mucci, Rob Campbell, Anthony James, Tara Dawn Frederick, Beverley Elliott, Liisa Repo-Martel, Josie Smith, Shane Meier, Aline Levasseur, Cherrilene Cardina.

Producción: Warner Bros. Pictures / Malpaso Company.

Música: Lennie Niehaus.

Fotografía: Jack N. Green.



PREMIOS


GLOBOS DE ORO 1993
  • Mejor película - Drama Candidato
  • Mejor director Ganador
 PREMIOS BAFTA 1992

  • Mejor película  Candidato
  • Mejor director Candidato

PREMIOS OSCAR  1992

  • Mejor película Ganador
  • Mejor director Ganador
  • Mejor actor    Candidato



SINOPSIS:


William Munny,es un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que pasa por dificultades. Hace años que abandonó la violencia, pero ahora su única salida para sacar adelante a su familia es hacer un último trabajo como caza recompensas, acompañado por un viejo socio y un joven e inexperto novato. Su misión: matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta.




COMENTARIOS:

Western crepuscular tan notable como que revitalizó por los años 90 al casi por entonces vetusto género madre del cine americano. Clint hizo un magistral título que se convertiría en clásico en los años posteriores, y él como actor compone a un personaje casi borgeano que recuerda todo el tiempo al "Rosendo Juárez" de "Hombre de la esquina rosada", tanto por su situación como por reencontrarse con su destino fatal. Ganó oscar a mejor filme y las actuaciones son todas excepcionales. Memorable.(1)

Clint Eastwood in The Unforgiven

William Munny (Clint Eastwood) es un tranquilo y viudo porquero que vive con sus dos pequeños hijos en una aislada granja.


Un buen día a su hogar llega un joven pistolero llamado The Scoffield Kid (Jaimz Woolvett) quien le requiere para asesinar a dos vaqueros que han marcado cruelmente a una prostituta. Munny había sido un conocido y despiadado criminal que con el paso de los años ha decidido alejarse de ese pasado sanguinolento, pero ante las necesidades económicas de su familia, terminará aceptando la oferta del muchacho.

Estupendo western de Clint Eastwood que intenta con éxito desarrollar una mirada revisionista, desmitificadora, sombría, lírica y antimaniquea sobre los mitos y héroes del antiguo oeste americano.

Establece también una autoparodia sobre su propia personalidad cinematográfica dentro del género y una riqueza temática sobre múltiples asuntos morales y sociales como la redención personal, el valor de la vida y la muerte o el progreso sensible y emocional del individuo.

Dedicado a sus maestros Sergio Leone y Don Siegel y adaptando un antiguo guión de David Webb Peoples, Eastwood realiza uno de sus trabajos más destacados (junto a "Bird"). "Sin Perdón" es un título compactado de forma excelente, que además de la influencia de sus principales mentores cinematográficos anteriormente citados, aporta la clásica sensibilidad fílmica en muchos aspectos del proceder de varios de los más grandes directores del séptimo arte como John Ford, Anthony Mann o Howard Hawks, en la templada modulación de personajes y ambientes, utilización del paisaje, recia capacidad narrativa o retrato de universos hombrunos. (2)



‘Sin perdón’ (‘Unforgiven’, Clint Eastwood, 1992) fue la película que abrió los ojos a mucha gente que no veía en Eastwood ni un buen director ni un buen actor. A partir de ese instante, sobre todo por los cuatro Oscars que recibió el film, los fans del actor director se multiplicaron, algo que siguió en aumento con su posterior éxito con ‘Million Dollar Baby’ (id, Clint Eastwood, 2004). A pesar de la adoración que todo el mundo parece sentir por un genio indiscutible, siempre me pareció un poco injusto que ese reconocimiento popular llegase tarde. Me explico, aunque ‘Sin perdón’ ya data de hace casi 20 años y la trayectoria posterior del director haya sido inmejorable, lo cierto es que antes de su western más famoso como director, hay otros 20 años en los que Eastwood dirigió algunas de sus mejores películas.
Por eso mi relación con ‘Sin perdón’ es de amor/odio. Lo primero es lo que trataré de explicar en este texto, y lo segundo porque aún a día de hoy, muchos siguen empeñados —quien sabe si por ignorancia, lo cual no tiene nada de malo, o por necedad, lo cual sí— no ya en reconocer que Eastwood era un gran director con anterioridad, sino en desconocer por completo su obra mientras dirigen alabanzas hacia su trabajo. Voy a hacer una comparativa con el fútbol que nunca pensé que haría —entre otras cosas porque no me gusta el mencionado deporte—: hace ya mucho tiempo, un poco más allá de la realización de ‘Sin perdón’, cierto equipo gallego que estaba en segunda ascendió a primera división. Aparecieron socios, que hasta aquel momento admiraban a otros equipos, hasta de debajo de las piedras.
Dicho esto, pasemos a hablar de la película.

La maduración de un proyecto
A mediados de los años 70 un guionista poco conocido por aquel entonces, David Webb Peoples —años más tarde conocido por el guión de ‘Blade Runner’ (id, Ridley Scott, 1982)—, escribió el guión de ‘Sin perdón’ influenciado sobre todo por el visionado de una de las obras maestras de Martin Scorsese, ‘Taxi Driver’ (id, 1976) y por la lectura de la novela ‘The Shootist’, obra de Glendon Swarthout, que conocería una adaptación de la mano de Don Siegel protagonizada por John Wayne, ‘El último pistolero’ (‘The Shootist’, 1976). Hay que apuntar que dicho film guarda no pocos parecidos con el que nos ocupa, por cuanto también narra las últimas andanzas de un viejo pistolero que sólo busca acabar sus días con algo de dignidad. El primero en interesarse por el libreto fue Francis Ford Coppola, que pensó en Gene Hackman para interpretarlo, pero por una razón u otra fue retrasándolo hasta que expiró su opción de compra.
Eso ocurrió en 1983, tras el rodaje de ‘Impacto súbito’ (‘Sudden Impact’, Clint Eastwood, 1983), cuando el famoso actor, aconsejado por Sonia Chernus —guionista del mejor western de Eastwood, ‘El fuera de la ley’ (‘The Outlaw Josey Wales’, 1976)—, se fijó en el mismo y enseguida se dio cuenta de que era lo que siempre había estado buscando. Pero en lugar de ponerse rápidamente a filmarlo, hizo algo que muy pocos se atreven a hacer por voluntad propia: esperar durante casi diez años a tener la edad adecuada para interpretar a William Munny. De esta forma el proyecto maduró en la cabeza de Eastwood, e incluso dirigió otro western en el proceso de espera, ‘El jinete pálido’ (‘Pale Rider’, 1985).
La historia nos presenta a William Munny, un antiguo pistolero que ahora vive con sus dos hijos pequeños alejado de todo mal, aunque en condiciones precarias. La relación con su mujer Claudia, fallecida a la temprana edad de 29 años, hizo que Munny se apartase del mal camino que llevaba convirtiéndose en un hombre de bien. Pero la leyenda hace que alguien siempre esté interesado en rescatarla del olvido. Munny recibe la visita de un joven atrevido, Schofield Kid, que quiere pedirle ayuda para matar a dos hombres que rajaron la cara a una prostituta y no recibieron castigo por ello. La recompensa de 1.000 dólares que hay convence a Munny de volver a las andadas, aunque las cosas ya no son tan fáciles como entonces. Con Schofield y un antiguo socio, Ned Logan, partirán a implantar ¿justicia?


La desmitificación del western

Uno de los últimos rótulos de ‘Sin perdón’ es un conciso “dedicated to Sergio and Don”. Evidentemente se refiere a Sergio Leone, con quien hizo la mítica trilogía del dólar, y Don Siegel, con quien hizo cinco películas —si contamos la ópera prima de Eastwood, seis—, y de quien aprendió prácticamente todo lo que sabe de dirección. Estos dos autores navegan por las imágenes del film, pero menos de lo esperado. Nombres como John Ford —la contenida lírica del relato—, Sam Peckinpah —el héroe crepuscular condenado a un fatal destino—, John Huston —el perdedor—, o William A. Wellman —una vez más ‘Incidente en Ox-Bow’ (‘The Ox-Bow Incident’, 1943) se vislumbra en su obra— están más presentes que los dos antes mencionados, pero dichas influencias están asimiladas como debe ser. Insertadas inteligentemente en la historia no ahogan ni por un instante el estilo de Eastwood, fusión de clasicismo y modernidad que ningún otro director posee en la actualidad.

‘Sin perdón’ parece una continuación de los temas planteados por el propio Eastwood dentro del género del western, de Ford que en los años 60 nos ofreció su visión crepuscular del género con la imprescindible ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ (‘The Man Who Shot Liberty Valance’, 1962), y de Peckinpah, que con su mirada violenta descompuso la épica de un mundo en extinción, el de los viejos pistoleros que deben adaptarse a los nuevos tiempos. William Munny, a quien Eastwood arrastra literalmente por el suelo infinidad de veces, o le hace caer de su caballo, bien podría ser una extensión de Josey Wales, con quien termina de emparejarlo tras el enfrentamiento final en el bar. El biógrafo le pregunta cómo eligió el orden para matar a los cinco hombres que se enfrentaban a él. La respuesta de Munny es una evolución lógica a la respuesta que da Wales en ‘El fuera de la ley’ en una situación parecida.

La figura del biógrafo remite directamente al citado film de John Ford, en el que la leyenda quedaba más bonita que la realidad. W.W. Beauchamp (Saul Rubinek) también busca la leyenda en la historias, por lo que éstas son recordadas, pero su periplo le llevará hasta el mismísimo centro de la realidad, comprobando que ésta es mucho más cruel y triste que todo lo ya no escrito, sino imaginado. Será testigo directo del último acto horrendo de William Munny, el asesino de mujeres y niños, cuya transformación en el relato sigue una lógica interna. Tras once años apartado del alcohol, el principal motivo de su pasado violento, las armas o los caballos —en el film monta una yegua—, volverá a ser el que era antaño cuando le comuniquen la muerte de su amigo Ned y coja una botella de whisky de la que se pondrá a beber.
‘Sin perdón’ tiene un estructura casi circular, adornada con la historia paralela de Bob el inglés —sensacional y divertido Richard Harris—, un pistolero que ha acudido al pueblo atraído por la recompensa. Su enfrentamiento con Little Bill Daggett, el sheriff del pueblo, no sólo es un anticipo de lo que le espera a Munny y sus amigos, sino que sirve para vestir el personaje de Daggett, uno de los antagonistas más fascinantes que haya dado el cine en los últimos años. Gene Hackman, que se llevó un merecido Oscar por su interpretación, logra crear un personaje con múltiples aristas que va más allá de ser el típico villano de la función. Daggett es un hombre con un peculiar sentido de la justicia, y puede resultar tan temible —la paliza delante de todo el pueblo a Bob el inglés— como encantador por torpe —la penosa construcción de su casa—. Un rival a la altura de la leyenda de William Munny.
También nos habla de Ned Logan, quizá el único personaje positivo en un relato donde los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos. Morgan Freeman, en su primera colaboración con Eastwood, transmite esa humanidad típica en muchos de sus personajes. Un hombre que ayuda a su amigo, pero llegado el momento de la verdad no puede disparar contra un hombre porque realmente él ya se ha reformado, ha dejado atrás de verdad su pasado violento. Schofiled Kid —un convincente Jaimz Woolvett— refleja la juventud, el ímpetu, la fanfarronería, tal vez lo que Logan y Munny fueron en sus tiempos jóvenes. El chico ayudará a Munny hasta que descubre por sí mismo que matar a un hombre puede ser algo fácil de hacer, pero muy duro de asimilar.

Hasta el clímax final, Eastwood alterna paisajes abiertos con escenas de una oscuridad casi extrema, en la que apenas pueden verse los rostros de los personajes. Poco a poco, las tinieblas van ganando a la luz en una historia cuyo clímax parece desarrollarse en el mismísimo infierno, fotografiado por un Jack N. Green en plena forma. En la famosa escena del bar, Munny aparecerá cual figura fantasmal, para llevar a cabo su venganza personal y demostrará la eficacia de la historia que instantes antes Daggett ha contado al biógrafo: un hombre tranquilo es el más peligroso en un tiroteo. La fotografía es más tenebrista que nunca, y Munny, que sabe que se verá con Daggett en el infierno, desaparece en medio de la lluvia no sin antes lanzar una advertencia de muerte y destrucción.
‘Sin perdón’ está delimitada por dos planos al más puro estilo John Ford —como si, a modo de homenaje, todo lo narrado por Eastwood no sobrepasase al más grande director de westerns que ha habido—. Un texto nos indica el pasado de Munny, y cómo una mujer le cambió la vida. Dicha mujer se llamaba Claudia, y su madre, que viajará hasta el último lugar de descanso de su hija, jamás llegará a entender por qué su única hija se casó con un hombre tan violento. Nadie conoce la verdadera cara de William Munny, sólo Claudia —pocas veces un personaje que no aparece físicamente en una película tuvo tanta presencia en una historia—, y el espectador.
Conclusión y curiosidad
Una obra maestra ya no sólo del western, sino del cine en general. Un Eastwood introspectivo que hizo las delicias de los críticos europeos, mientras que en Estados Unidos tenía un gran éxito de público y se alzaba como la vencedora en los Oscars entregados en 1993, siendo el tercer western en toda la historia que conseguía el premio a la mejor película, tras ‘Cimarrón’ (id, Wesley Ruggles, 1931) y ‘Balando con lobos’ (‘Dances with Wolves’, Kevin Costner, 1990).
El bello tema a guitarra que puede oírse a lo largo del film, ‘Claudia´s Theme’, fue compuesto por el propio Clint Eastwood. Está interpretado por Laurindo Almeida, excelente músico brasileño que colaboró en film de William A. Wellman —‘Good-bye, my Lady’ (id, 1956)— o Sam Peckinpah —‘Compañeros mortales’ (‘The Deadly Companions’, 1961)—, y contiene arreglos de Lennie Nieahus(3)



El western y Clint Eastwood
Hoy en día ya nadie hace westerns, o por lo menos, ya nadie hace westerns interesantes. Sin perdón quedó tan bien hecha y fue tal su éxito, que el propio Eastwood afirmó que si algún día fuera hacer un último western, este le parecería una buena elección. Y es que en la actualidad, y voy a ser breve, que no me quiero perder por las ramas, tras el punto final al género que significó el descalabro de La puerta del cielo (Heaven's Gate, 1980) de Michael Cimino, ya nadie ha sabido dotar de suficiente entereza al western para que este reavivara de un modo firme y serio -evidentemente Clint Eastwood es el único que ha sabido llevar una continuidad del género, pese al poco número de westerns, cuatro, que ha realizado-. Los intentos de gente cómo Lawrence Kasdan (Silverado / ídem, 1985 y Wyatt Earp / ídem, 1994), Walter Hill (Jerónimo / ídem, 1993 y Wild Bill / ídem, 1995) o Geoff Murphy (Intrépidos forajidos / Young Guns II, 1990 y El último forajido / The Last Outlaw, 1994), de revitalizar el género, pese a su marcada simpatía, me parece intentos en vano, y por lo general, flojas películas de carácter anecdótico. Más interesantes, por ejemplo, se presentan obras puntuales de cineastas tan diferentes cómo pueden ser Mario Van Peebles con su Renegados (Posse, 1993), Sam Raimi con su Rápida y mortal (The Quick and the Dead, 1995), Ang Lee con su Cabalga con el diablo (Ride with the Devil, 2000) o Michael Winterbottom con su El perdón (The Claim, 2001). Siendo este el panorama cinematográfico del western contemporáneo no me extraña que una obra tan cansina como Bailando con lobos (Dancing with Wolves, 1990. Kevin Costner) (cuya versión extendida es prácticamente imposible ver toda seguida) se alzara con todos los honores de su año, por encima de películas infinitamente mejores que ella cómo Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990) de Martin Scorsese o El Padrino III (The Godfather. Part III, 1990) de Francis Ford Coppola. Algo parecido le ocurriría dos años después a Eastwood y su Sin perdón al conseguir 4 estatuillas en los óscars del 92, sin embargo comparar el film de Eastwood con el de Costner, se me antoja totalmente ridículo, y ya no por las diferencias artísticas habidas en los dos films, si no por la trayectoria de uno y otro en su relación con el western.
Cuando Eastwood decidió enfundarse el traje de director al realizar Escalofrío en la noche (Play Misty for Me, 1971), él era conocido básicamente por dos vertientes cinematográficas: su faceta de cowboy y su faceta policíaca. Si bien, esta ambivalencia le ha servido siempre para conciliarse con el público comercial tras realizar proyectos más personales, cómo puede ser el hecho de realizar Licencia para matar (The Eiger Sacntion, 1975) justo después de Primavera en otoño (Breezy, 1973), Impacto súbito (Sudden Impact, 1983) después de El aventurero de medianoche (The Honky-Tonk Man, 1982), El principiante (The Rookie, 1990) después de Cazador blanco, corazón negro (White Hunter, Black Herat, 1990) o Ejecución inminente (True Crime, 1999) después de Medianoche en el jardín del bien y del mal (Midnight in the Garden of Good and Evil, 1995). Sin embargo, de ambas vertientes, la que ha salido mejor favorecido en cuanto a contenido artístico se refiere, es la del western.

Siendo Eastwood un hijo pródigo de dos realizadores cómo Sergio Leone y Donald Siegel, a uno no le deja de sorprender que en sus cuatro westerns realizados -Infierno de cobardes (High Plains Drifter, 1972), El fuera de la ley (The Outlaw Josey Wales, 1976), El jinete pálido (The Pale Rider, 1985) y Sin perdón- la huella que más se note en ellos, se la del maestro John Ford, y, en menor medida, la de Sam Peckimpah, y sí, Donald Siegel. Los cuatro westerns de Eastwood, rodados siempre con una mirada clásica que llega a ser desbordante en Sin perdón, mantienen un lujoso equilibrio entre narración y entramado dramático, lo suficientemente dinámico cómo para mantener siempre en vilo al espectador, haciendo que sirva de partícipe del film y nunca cómo juez del mismo. Los protagonistas de sus westerns son hombres abocados a la violencia, fantasmas resurgidos de la tierra para vengarse de los que le humillaron, forajidos con un áurea mística nacida del dolor y el horror por contemplar a tu familia violada y asesinada, ángeles de un cielo sin leyes que socorren a los necesitados, en definitiva, muertos vivientes de rostro enjuto, que arrastran tras de sí un carromato de cadáveres fruto de sus múltiples encuentros con pobres desdichados que se creyeron más rápidos y más listos.

No deja de ser curioso tampoco, los métodos expeditivos con los que los protagonistas eastwoodianos acaban con sus enemigos, y es que tal y cómo hiciera el protagonista de Centauros del desierto (The Searchers, 1956. John Ford), matando hombres por la espalda y disparando a los ojos a indios muertos, el cuadrado formado por "el extranjero", Josey Wales, "el predicador" y Will Munny, dentro de su épica de supervivencia se sirven de la violencia más bruta, desde a humillar a todo un poblado -no deja de ser totalmente extravagante el hecho de que el protagonista de Infierno de cobardes viole a una mujer del pueblo- a arrasar la taberna de Big Whiskey, rematando a cada uno de los cuerpos heridos... y es que al igual que el protagonista de Poder absoluto (Absolut Power, 1997), a las figuras del western eastwoodiano "ya no les queda piedad".
 Por un puñado de cortes
Una de las sensaciones que más calan al espectador que visualiza Sin perdón es el de la total falta de épica de la historia narrada. Si Sam Peckimpah había mostrado el crepúsculo del western en un grupo de hombres perdidos y aislados cuyo único motor de supervivencia es la violencia que arrastraban consigo y John Ford había jugado la última y más duras de las bazas al desmitificar la leyenda del etéreo cowboy, Eastwood, no exento de tristeza, rueda su último western desde el estigma más hondo. Su Will Munny es un asesino de mujeres y niños, un borracho que pegaba y maldecía a los animales, cuya última aventura, por si no fuera bastante, acaba por destrozarlo definitivamente, siendo el motor de la misma, unos cortes realizados por un par de jóvenes a una prostituta que se había reído al ver el minísculo pene de uno de ellos.
El despropósito de muertes y flagelaciones que conlleva dicha acción, está encadenada a los estúpidos actos de los protagonistas: un sheriff que se niega a castigar a los culpables, las prostitutas que creen que se debe pagar con la muerte tal ofensa, un joven bravucón que sólo piensa en la recompensa, y un par, casi de ancianos expistoleros, incapaces de subirse al caballo o de disparar ya a otra persona, aceptando un trabajo carente de toda épica, un vil asesinato a dos jóvenes, que al margen del acto brutal que abre el film, se presentan cómo gente de a pie, trabajadora e, incluso, arrepentida.
Los malos del western crepuscular ya no son las figuras pétreas que desafiaban a los granjeros en Raíces profundas (Shane, 1953), El forastero (The Westerner, 1940. William Wyler) o El jinete pálido, los ladrones, ya no son simpaticos Billy "The Kid", Jesse James, Butch Cassidy y Sundance Hill, no hay polos extremos, sólo una mixtura de caracteres que hacen que un sheriff cómo Little Bill se exceda en el cumplimiento del deber, tal y cómo habría hecho el sheriff de Río Bravo (ídem, 1959. Howard Hawks) o El dorado (ídem, 1967. Howard Hawks), y que el héroe de la historia no sea más que un asesino venido a menos, cómo el de Centauros del desierto o El grupo salvaje (The Wild Bunch, 1969) de Peckimpah. Quizás el único personaje positivo de Sin perdón sea el Ned Logan interpretado por Morgan Freeman, un hombre que se lanza a la aventura cómo algo excitante, una manera de recordar viejos tiempos, por oscuros que sean estos. Las exageraciones de Will Munny explicándole lo que le habían hecho los jóvenes con la prostituta, reflejan la sed de Munny por lanzarse a una caza cómo un buscador de recompensa más, sin importarle la veracidad de los hechos. Logan se deja tentar y para cuando desea retirarse, ya es demasiado tarde. Por su parte, Munny, por duro que le parezca, en el momento en que pide ayuda a su amigo, está labrándose una resurrección de su antiguo yo, convertido en la actualidad en un viejo que no puede ni separar unos cerdos enfermos. En el momento en que le comunican el asesinato de Logan, Munny, abstemio hasta la fecha, coge una botella de whisky y empieza a beber, ya ha llegado al éxtasis de la resurrección: No va a quedar alma en pena viva en Big Whisky.
Eastwood traza su film con una planificación majestuosa, juega con la leyenda y la realidad bajo los personajes cínicos y mentirosos de Bob El Inglés y Little Bill, retrata la muerte del significado del cowboy al abocarlo a una aventura tan estúpida cómo suicida, y todo, con un devenir de planos sin movimiento y un uso del montaje deslumbrante. Eastwood no es que ruede como Ford, es que en Sin perdón, prácticamente se convierte en John Ford.
¡Que diría Leone si levantara la cabeza!.(4)



CITAS:

1.- http://www.rosariocine.com.ar/Los-Imperdonables_2239

2.- http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1147.html

3.- http://www.blogdecine.com/criticas/clint-eastwood-sin-perdon

4.- http://www.miradas.net/0204/estudios/2002/11_ceastwood/sin_perdon.html





PER UN PUGNO DI DOLLARI

CLINT EASTWOOD



Clinton Eastwood Jr. (31 de mayo de 1930, San Francisco, California, Estados Unidos) es un actor, director de cine, productor cinematográfico, guionista, músico y compositor estadounidense.

Ha sido galardonado con cinco premios Óscar, un premio Irving G. Thalberg, cinco premios Globo de Oro, un premio Screen Actors Guild Award y cinco premios People's Choice Awards además de otros numerosos premios internacionales. Su dilatada carrera cinematográfica se extiende de 1955 a la actualidad.

BIOGRAFÍA
Sus padres fueron Clinton Eastwood Sr. y Margaret Ruth (Runner) Eastwood. Nació en San Francisco pero se crio en Oakland, después de ir de una ciudad a otra con su padre en busca de trabajo durante la Gran Depresión. Sus padres no podían permitirse pagarle estudios superiores, por lo que, tras acabar los estudios primarios, tuvo que empezar a trabajar en diversas labores como leñador, albañil, pianista, bombero forestal, limpiapiscinas, obrero del metal y muchas otras más que desempeñó para ganarse la vida. (1)

Cumplió el servicio militar como instructor de natación en Fort Ord. Esto le permitió ahorrar unos dólares con los que pudo pagarse unas clases de arte dramático en Los Angeles College.

Cabe destacar que fue fuertemente influenciado por dos amigos que conoció en el campamento militar: David Janssen, que luego fue famoso por su papel como actor en la serie El fugitivo, y Martin Milner, que realizó otra serie titulada La vida de Ritley. Gracias a ellos logró un contrato con la Universal de 76 dólares semanales, garantizadas cuarenta semanas al año de trabajo en sus estudios. En esa época los grandes estudios tenían una política llamada del Star-system, con la que se encargaban de formar y pulir a las futuras estrellas.

En 1953, a los 23 años, se casó con Maggie Johnson, que sería la madre de sus hijos Kyle y Alison, y un año después debutó en una película llamada Revenge of the creature con el director Jack Arnold, repitiendo con él en la película Tarántula. El mismo año (1955) trabajó en películas como Francis in the navy o Lady Godiva.

Pasó seis años trabajando en televisión (1959 - 1965), en una serie llamada Rawhide (cuero crudo). Esto hizo que su innegable apostura y buen parecido se hiciera muy popular en los medios.

File:Clint Eastwood Don Hight Rawhide 1962.JPG
Clint Eastwood y Don Hight, 1962
Pero su gran salto a la fama fue en 1964, cuando Richard Harrison y James Coburn rechazaron el papel protagonista de Magnificent Stranger, de Sergio Leone, rodada en Almería. La película acabó titulándose Por un puñado de dólares. Anecdóticamente, Eastwood tuvo que aportar su propio vestuario, comprando el poncho que sería famoso en las siguientes películas de Sergio Leone.

Con los spaghetti westerns Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio (en Hispanoamérica Por unos dólares más) y El bueno, el feo y el malo, Clint Eastwood se embolsó la cifra de 270.000 dólares. Eastwood estampa en estos films su clásica figura de duro y sin piedad.

En 1968 creó su propia productora, The Malpaso Company (más tarde Malpaso Productions), con la que ha realizado todas sus películas desde entonces.

En su país, trabajó en esta primera época con actores de la talla de Richard Burton, Lee Marvin, Shirley MacLaine, Telly Savalas y Donald Sutherland, consagrándose como una estrella de acción del celuloide. Su imagen se hizo popular en extremo, de tal modo que muchos imitaban su forma de ser y solicitaban su autógrafo en todo lugar al que fuere. En esa época, Eastwood gustaba además de pasear con un orangután como mascota.

En 1971 decide dirigir su primera película, The Beguiled: The Story Teller, un documental sobre el rodaje del filme El seductor, de Don Siegel, en el cual interpretaba el papel principal.

Ese mismo año, Don Siegel le ofrece el papel que marcará su carrera interpretativa, Harry el sucio, en el que retorna al hombre duro y sin piedad de las anteriores películas, pero convertido en agente de la ley. Más tarde vendría Harry el fuerte, una secuela de la serie. Estas actuaciones consagraron a Eastwood definitivamente como estrella de cine y lo enmarcaron como duro.

En un principio se pensó que la interpretara John Wayne, pero no se atrevió, al pensar que podría ser negativo para su imagen por su polémica "violencia gratuita".

Reavivando la pobre llama del western, realiza dos películas, Joe Kidd e Infierno de cobardes, su segunda película como director.

Por temor a ser encasillado de machista y de fascista tras protagonizar sus siguientes películas, Harry el fuerte y Harry el ejecutor, elige interpretar las películas Kelly's Heroes, Licencia para matar y El fuera de la ley.

En 1986 entra en la vida política como alcalde por el Partido Republicano, de Carmel, la ciudad donde reside habitualmente, y un año después abandona el cargo por falta de tiempo para realizar sus películas, pero ya como director y actor.

Su vida sentimental sufre un brusco cambio al conocer a la actriz Sondra Locke, mientras rueda Ruta suicida, de la que terminaría enamorándose y provocando la ruptura con su esposa Maggie Johnson, después de 25 años de matrimonio.

La relación sentimental entre Sondra y Clint terminaría en 1989, debido a su romance con la también actriz Frances Fisher (Sin perdón o Titanic), con la que tendría una hija. Siete años después terminaría casándose con la periodista latina Dina Ruiz.

Experimentando como director y evolucionando hacia una etapa más creativa, realiza varias películas seguidas, interpretadas por él mismo. Destacan Firefox, Impacto súbito, El jinete pálido y finalmente El sargento de hierro.

Por su pulido y exitoso trabajo, en 1991 recibe el Premio Irving G. Thalberg a su trayectoria en la gala de entrega de los Premios Óscar.

A partir de ese momento dirige una serie de películas que le convertirán en uno de los directores más destacados de los años 90. Tras Bird y Cazador blanco, corazón negro, dirige la que algunos consideran su mejor película, Sin perdón (llamada también en Hispanoamérica Los imperdonables), que a la larga se convierte en clásico de los western, y fue galardonada con un Globo de Oro al mejor director y cuatro Óscar, entre ellos el de mejor película y mejor director, siendo también candidato a mejor actor.

En Un mundo perfecto se dirigió a sí mismo y compartió cartel con uno de los intérpretes de moda en ese momento, Kevin Costner, tras lo cual filmó Los puentes de Madison, donde su calidad interpretativa se reafirma compartiendo cartel con Meryl Streep.

Dirige a su propia hija en Medianoche en el jardín del bien y del mal (1997), y en el año 2000, junto a los renombrados actores Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner, protagoniza y dirige Space Cowboys, segunda película más taquillera de los Estados Unidos ese año.

Mystic River, película que dirige en 2003, significa la vuelta de Eastwood al drama. Con esta película consigue seis candidaturas a los premios Óscar, entre ellas mejor película y mejor director, ganando dos premios (al mejor actor y al mejor actor de reparto).

En 2004 dirige y protagoniza junto a Morgan Freeman Million Dollar Baby, una excelente película de corte dramático que reedita el éxito cosechado con Sin perdón, y que le hace ganar su segundo premio Óscar como mejor director, además de conseguir el premio a la mejor película.

En 2006 regresa a su faceta como director y dirige dos películas tituladas Banderas de nuestros padres (basada en la novela escrita por uno de los hijos supervivientes de la batalla) y Cartas desde Iwo Jima. Ambas películas cuentan las experiencias de la Batalla de Iwo Jima desde los puntos de vista estadounidense y japonés respectivamente.

Cartas desde Iwo Jima ganó el Globo de Oro 2007 en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Eastwood fue doblemente nominado al premio de mejor director, pero no le fue concedido.

En 2008 dirigió Gran Torino, seguida en 2009 de Invictus. El 21 de enero de 2011 se estrenó Más allá de la vida y J.Edgar se estrenará en noviembre de 2011 en USA y en enero de 2012 en España.

En 2012 protagonizará la película titulada Trouble with the Curve, en la que dará vida a un ojeador de béisbol. El director es Robert Lorenz, su habitual asistente de dirección.(2)

Otras actividades

Además de sus facetas como actor, director y realizador, le ha apasionado desde temprana edad la música Jazz y posee varias empresas deportivas y hosteleras, entre ellas un complejo turístico de lujo en la localidad de Monterey Country. Tiene fama de ser un hombre deportista; de hecho siempre ha fomentado una imagen referente, en la que el deporte forma parte de su vida y, pese a su edad, mantiene un buen estado físico.

Simpatizante del Partido Republicano desde su juventud, se ha ido distanciando del juego político y actualmente se define como un libertario.(3)

Sus hijos

Eastwood ha estado casado dos veces, y tiene seis hijas y dos hijos de cinco compañeras sentimentales.

• Kimber Eastwood (17-06-64) con Roxanne Tunis.

• Kyle Eastwood (19-05-68) y Alison Eastwood (22-05-72) con Maggie Johnson.

• Scott C. Reeves Eastwood (21-03-86) y Kathryn Ann Reeves Eastwood (02-02-88) con Jacelyn Reeves.

• Heather Eastwood (19-07-1988) es mencionada en algunas publicaciones, sin más antecedentes.

• Francesca Fisher-Eastwood (07-08-93) con Frances Fisher.

• Morgan Eastwood (12-12-96) con Dina Ruiz.

PREMIOS

Premios OSCAR
2006 Mejor película  Cartas desde Iwo Jima  Candidato

2006 Mejor director  Cartas desde Iwo Jima  Candidato

2004 Mejor película  Million Dollar Baby Ganador

2004 Mejor director  Million Dollar Baby Ganador

2004 Mejor actor      Million Dollar Baby Candidato

2003 Mejor película  Mystic River  Candidato

2003 Mejor director Mystic River  Candidato

1994 Premio en Memoria de Irving Thalberg  Ganador

1992 Mejor película  Sin perdón   Ganador

1992 Mejor director Sin perdón  Ganador

1992 Mejor actor     Sin perdón   Candidato

Premios BAFTA

2009 Mejor director  Changeling  Candidato

1992 Mejor película  Sin perdón  Candidato

1992  Mejor director Sin perdón  Candidato

Premios Globo de Oro

2010 Premio al Mejor Actor de los 90 Candidato

2010 Mejor Director  Invictus  Candidato

2009 Mejor canción original  Gran Torino  Candidato

2009 Mejor banda sonora   Changeling    Candidato

2008 Mejor canción original Grace Is Gone Candidato

2008 Mejor banda sonora  Grace Is Gone  Candidato

2007 Mejor director  Banderas de nuestros padres  Candidato

2007 Mejor director  Cartas desde Iwo Jima Candidato

2007 Mejor película en lengua no inglesa  Cartas desde Iwo Jima  Ganador

2005 Mejor director  Million Dollar Baby  Ganador

2005 Mejor banda sonora  Million Dollar Baby  Candidato

2004 Mejor película - Drama  Mystic River  Candidato

2004 Mejor director Mystic River Candidato

1996 Mejor director Los puentes de Madison  Candidato

1993 Mejor película - Drama  Sin perdón  Candidato

1993 Mejor director Sin perdón  Ganador

1989 Mejor director  Bird Ganador

1988 Premio Cecil B. DeMille Ganador



POR UN PUÑADO DE DÓLARES


 
FICHA TÉCNICA

• Título Per un pugno di dollari Por un puñado de dólares

• Dirección Sergio Leone

• Producción Arrigo Colombo, Giorgio Papi

• Guion Sergio Leone, A. Bonzzoni, Víctor Andrés Catena, Jaime Comas Gil

• Música Ennio Morricone

• Fotografía Massimo Dallamano, Federico G. Larraya

• Montaje Roberto Cinquini, Alfonso Santacana

• Protagonistas Clint Eastwood, Gian Maria Volonté, Marianne Koch, Antonio Prieto Puerto, José Calvo, Margarita Lozano, Wolfgang Lukschy, Sieghardt Rupp, Joseph Egger

• País(es) Italia, España, Alemania Occidental

• Año 1964

• Género Spaghetti western

• Duración 95 minutos

• Compañías Productora Jolly Film, Ocean Films, Constantin Film Produktion

• Distribución United Artists(4)
SINOPSIS

Tras la muerte de Juárez, en México dominan la injusticia y el terror. Joe llega al pueblo fronterizo de San Miguel, donde dos familias se disputan el poder, y entra al servicio del clan Rojo.

Una noche Joe es testigo del intercambio de oro por armas entre mexicanos y soldados de la Unión.



COMENTARIOS

Este es el primer western dirigido por Sergio Leone. Rodada con escasos medios económicos , Por un puñado de dolares logró desde su estreno, que se produjo en Florencia en Agosto de 1964, con unos excelentes resultados comerciales, lo que motivó la realización de un segundo film iniciando la famosa trilogía western, también conocida como Trilogía del dólar, en coproducción con varios países europeos y rodada en la región de Tabernas, Almería (España). La trilogía obtuvo un inesperado gran éxito, además de aportar dos nuevos talentos al medio, el compositor Morricone, amigo desde la infancia del director, y el actor Clint Eastwood, desconocido hasta entonces, al que el director contrata entre un grupo de actores. Como anécdota curiosa, destacar que Por un puñado de dólares tuvo ciertos problemas legales al estar inspirada en una película anterior de Akira Kurosawa titulada Yojimbo (1961).

La consecuencia de este triunfo fue el rodaje de un tercer filme,El bueno, el malo y el feo.


Antes de continuar la serie ‘Rawhide’ (‘Látigo’), el futuro intérprete de ‘Harry el sucio’, pensó que venirse a España a rodar una película podría significar una buena oportunidad para seguir desarrollando sus aptitudes como actor. Cambiar de aires, sobre todo porque ya estaba un poco cansado de la CBS y la mencionada serie, podía venirle bastante bien. Así que, con alguna que otra duda, los consejos de su mujer por aquel entonces, y la condición de que podría cambiar los diálogos de su personaje, cruzó el charco dispuesto a probar nuevas experiencias.

‘Il magnifico straniero’ fue el título con el que se rodó la película, cambiándolo por el que todos conocemos justo antes de su estreno. Eastwood no sabía quien era Sergio Leone, quien había hecho algún que otro peplum (género, o subgénero, que empezaba a entrar en decadencia en Italia) y colaborado en algunas superproducciones (fue el director de la segunda unidad de ‘Quo Vadis’ y ‘Ben-Hur’), y éste apenas conocía nada de Eastwood. Simplemente le había parecido interesante al verlo en algún que otro episodio de ‘Rawhide’. Pensó que podría envejecer su aspecto, poniéndole barba de días y cierto aspecto desaliñado. No se equivocó.

Eastwood no hablaba italiano y Leone no hablaba inglés, pero al poco tiempo acabaron entendiéndose a la perfección, pues ambos compartían una enorme pasión por el cine. A Sergio Leone se le consideró el padre del spagetthi western, algo que a él siempre le molestó. Lo cierto es que este film, en contra de todo pronóstico, fue el que terminó de impulsar dicho subgénero, que hasta entonces contaba con algunas producciones, sobre todo de origen alemán (anotar la graciosa anécdota de que en Italia, los espectadores pensaron que Clint Eastwood era una actor alemán, ya que ‘Rawhide’ aún no había llegado al país de la bota).


Leone le dio la vuelta a lo que hasta entonces se conocía como western. El director italiano cambió por completo las reglas de un género genuinamente americano, y aunque esto fue visto en un principio como una falta de respeto, no hay más que fijarse un poco para comprobar el profundo amor y cariño que Leone sentía por las películas norteamericanas. El personaje central rompía todos los moldes del típico héroe. Su entrada en escena ya marca por dónde irán los tiros, nunca mejor dicho, en el film. Su llegada a un pueblo fronterizo, en el que parándose a beber un poco de agua en un pozo, es testigo de cierta injusticia (a nuestros ojos) en la que no interviene. ¿Estamos ante el héroe o por el contrario es uno de los villanos? Leone se reserva esa información para más adelante, y nos sorprende mostrándonos a alguien sin ningún tipo de moral o ética al ofrecer sus servicios de pistolero a los dos bandos que se disputan el poder en el pueblo.

Por un puñado de dólares’ es un remake en toda regla de ‘Yojimbo’, el famoso film de Akira Kurosawa protagonizada por Toshiro Mifune, aunque en un principio Leone intentó disculparse poniendo todo tipo de excusas. Kurosawa montó en cólera y denunció a los productores, logrando ganar el pleito (los derechos de distribución internacionales fueron exclusivamente suyos). Dejando a un lado polémicas de este tipo, se puede apreciar que ‘Yojimbo’ tenía una historia que podía ser trasladada perfectamente al western (no nos olvidemos de que Kurosawa además rendía con ese film un homenaje al género en cuestión, sobre todo por sus admiradas películas de John Ford, pasión que compartía con Leone), pasado por el filtro que el director italiano estaba a punto de convertir en estilo. La amoralidad del film japonés también está presente en ‘Por un puñado de dólares’, subrayando esto con un incremento de la violencia hasta límites insospechados para la época (atención a la paliza que recibe el personaje central cuando es pillado in fraganti en una de sus artimañas).


Leone, además de una puesta en escena reforzada por unos decorados de una sequedad brutal, en perfecta armonía con el uso del formato scope, contó con dos elementos que hoy día son ya inmortales. Por un lado la inolvidable música compuesta por Ennio Morricone, que va más allá de ser un mero acompañamiento musical. Sus melodías, pegadizas hasta decir basta, muestran y sugieren las motivaciones o sentimientos de los actores de una forma que nunca antes se había visto. El compositor italiano, que a día de hoy sólo tiene un Oscar honorífico, se convertiría en el máximo referente de las bandas sonoras en películas de este tipo (a la copia le salieron copias hasta debajo de las piedras), llegando a expandirse en otros géneros, como ya todos sabemos.

El segundo elemento es, cómo no, Clint Eastwood, cuya composición sigue resultando, aún a día de hoy, una de las mejores de su larga carrera como actor. Con una sorprendente ironía, un laconismo utilizado como expresividad, y cierto sentido del humor (la escena en la que pide al sepulturero tres ataúdes, y después de matar a cuatro hombres le dice que se equivocó, que quería decir cuatro, es impagable), el actor compone un personaje inolvidable. Leone siempre dijo que Eastwood tenía tres expresiones: con cigarro, con sombrero, y sin sombrero. Lo que nunca dijo, porque tal vez ya se daba por entendido, es que con esa enorme economía de medios, Eastwood era capaz de transmitir muchísimo, y de ser totalmente creíble. Por otro lado, el actor nacido en San Francisco se encontraba por primera vez dando vida a un tipo de personaje que no le abandonaría nunca, y que raya en cierto modo con lo fantástico. Su aire misterioso (aparece en medio de una humareda, impasible, peligroso), su origen desconocido, su parquedad en palabras, nos hacen pensar en alguien no humano, o de carácter fantasmal. Esto queda bien patente en una de las secuencias finales, cuando uno de los villanos dispara seguidas veces a Eastwood, y éste se levanta una y otra vez mientras susurra palabras, que semejan por el tono ser de ultratumba. Leone demuestra inteligencia al poner el punto de vista en el villano, de modo que el espectador no tiene más datos que él, y se sorprende (aterroriza) de lo que sucede. El actor Gian Maria Volontè es el perfecto contrapunto a la sobriedad de Eastwood.


Clint Eastwood se volvió a los USA convencido de que la película se olvidaría, hasta que el impresionante éxito que tuvo en Europa le pilló totalmente por sorpresa (incluso no sabía nada de lo del cambio del título). Leone quedó encantado de poder contar con él, después de la negativa de varios actores como Charles Bronson, quien dijo que el guión le parecía el peor que había leído en su vida, o Henry Fonda, que despidió a su agente pues éste ni siquiera le enseñó el guión que Leone le hizo llegar (¿es necesario que diga en qué impresionante película trabajaron los tres unos años después?).

El western empezó a despuntar en Europa, al contrario de lo que sucedía en su país de origen. El cine americano ya llevaba un tiempo trayendo algunas de sus producciones al viejo continente, aprovechando las subvenciones que el cine recibía por aquí (lo que son las cosas, eh?). Eastwood volvería a recibir una llamada para interpretar otra película que haría historia, ‘Per qualche dollare in più’, conocida aquí como ‘La muerte tenía un precio’, en la que Leone y Eastwood tocarían la perfección, cosa que aquí no sucede por un par de detalles no demasiados molestos (la rivalidad de los bandos en realidad era algo fácil de solucionar, y esa cámara subjetiva en el personaje de Volontè cuando cae abatido). Sea como fuere, se disfruta de principio a fin. (5)




CITAS
1.- http://es.wikipedia.org/wiki/Clint_Eastwood
2.- http://es.wikipedia.org/wiki/Clint_Eastwood
3.- http://es.wikipedia.org/wiki/Clint_Eastwood
4.- http://es.wikipedia.org/wiki/Por_un_pu%C3%B1ado_de_d%C3%B3lares