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viernes, 6 de septiembre de 2013

DONA FLEUR E SEUS DOIS MARIDOS


 
Doña Flor y sus dos maridos




TÍTULO ORIGINAL
Dona Flor e Seus Dois Maridos
AÑO
1976
DURACIÓN

110 min.
PAÍS Brasil
DIRECTOR
GUIÓN
Bruno Barreto, Jorge Amado
MÚSICA
Chico Buarque de Hollanda, Francis Hime
FOTOGRAFÍA
Murilo Salles
REPARTO
PRODUCTORA
Carnaval Unifilm / Coline / Companhia Cinematográfica Serrador
PREMIOS
1978: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera
GÉNERO




SINOPSIS

Nos encontramos en el pueblito brasileño Bahia, en los años veinte. La bella Floripides Guimaraes, más conocida como Doña Flor, está casada con el pícaro y mujeriego Valdomiro Santos Guimaraes, alias Vadinho. Si bien su marido es un irresponsable apostador y juerguista, Doña Flor se siente compensada con la ardiente vida sexual que le da su forajido esposo. Cuando, debido a la agitada vida que lleva, Vadinho muera de un infarto en pleno carnaval, Doña Flor sentirá que su vida (sexual) ha quedado vacía. La solitaria viuda acepta casarse con el respetable y pulcro Dr. Teodoro Madureira, un hombre metódico y responsable. Pero, pese a ser un ciudadano modelo, el nuevo esposo no logra cubrir el vacío pasional dejado por el ardiente Vadinho. Doña Flor reconoce que su nuevo marido, pese a ser un hombre ejemplar en todo lo demás, nunca le podrá satisfacer en el campo del deseo como su primer marido. Pero, de manera sobrenatural, Doña Flor verá la oportunidad de satisfacer su nostalgia sexual: Vadinho ha regresado al mundo de los vivos, solo visible a los ojos de ella... y dispuesto a saciar los deseos de la apasionada viuda como solo él sabe hacerlo. (FILMAFFINITY)(1)[i]

 


La novela de Jorge Amado “Doña Flor y sus Dos Maridos” es resultado de una historia real ocurrida en la década de 30 en Bahía con una señora que, cuando joven, se casara con un bohemio, jugador y mujeriego, muerto poco después del casamiento. La joven viuda se casa nuevamente con un honesto comerciante portugués, pero algún tiempo después comienza a soñar con el marido muerto, que aparece exigiéndole amor. Pero Doña Flor es una mujer de mucha moral y vive el terrible drama sin saber cómo resolverlo. La viuda eterniza su drama al contarlo a un amigo de Jorge Amado que en la ficción se encarga de resolver el impasse. En la novela el personaje de Doña Flor se entrega a los encantos del marido muerto que, después de saciado, se marcha, y luego se entrega al marido real, encontrando que, si uno es bueno, dos es óptimo. Según Jorge Amado, un libro surge a veces de un acontecimiento, de una frase, de una persona. Así como ocurrió con “Doña Flor y sus Dos Maridos” en l966. El escritor creía que, debido a su moral, Doña Flor no cedería a los encantos do marido muerto. Y fue ese el final que escribió antes de dormir y soñar con el otro final en que ella, finalmente, cede a la tentación. Jorge Amado considera que la enseñanza de la novela es el amor, como factor trascendente a los límites de la muerte. Vadiño, su primer marido, muere cuando sambaba en las calles de Bahía. Tuvo un velorio agitado, realizado en un domingo de carnaval. Parte de los presentes juzgaban a Vadiño como un vagabundo, jugador, gigoló; otra parte lo hallaba un sujeto formidable. Ele era tachado como ángel y demonio, heroe y villano por los presentes que recordaban a Vadiño. Después del entierro, Doña Flor, en el sufrimiento de su viudez, recuerda su vida con el primer marido. Años de sufrimiento, profundo placer, humillaciones, alegría, espera insomne por un marido enviciado en juego y mujeres. Tanto que en su noche de bodas, él se va, cambiando a la esposa por la ruleta y la compañía de su pandilla, el negro Arigof, el compadre Mirandón, el borracho Cazuza Funil, el violinista Carliños, el poeta Godofredo y el cachorro 17. Para conseguir dinero para el juego, él era capaz hasta de pegarle a su propia esposa. Era un hombre totalmente mundano, sin horarios, sin reglas, indisciplinado, que desaparecía de casa por varios días y que, cuando estaba presente, acosaba a las alumnas de cocina de Doña Flor, en la Escuela de Culinaria Saber y Arte, en su residencia. Nótese que en esta escuela había platos deliciosos como guiso de tortuga, recetas para acompañar un velorio, ensopado, cerdo asado entero. Volviendo a Vadiño, paralelamente a sus sinvergüenzuras era un hombre excelente, atento con la esposa, bueno en la cama, del tipo descarado, un verdadero canalla. Era capaz de grandes gestos, como organizar serenatas a la esposa.

A su modo, amaba profundamente a Doña Flor. La viudez de la esposa amada es marcada por el recuerdo de este hombre que la hizo fogosa, ardiente, una mujer de verdad. El primero año de ausencia de Vadiño fue de mucho sufrimiento, pues ella ardía a fuego lento. Cansada de la soledad, decidió casarse nuevamente. El segundo marido era lo inverso del primero. Su nombre era Teodoro Madureira, farmacéutico, respetado, amante de la música clásica, considerado el hombre perfecto por Norma, Dinora y Jacy, vecinas de Flor. Era un marido celoso, casero, cuyo lema era: "Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar", lema escrito en la pared de su farmacia. Hasta en materia de sexo el susodicho era metódico, solamente miércoles y sábados (con derecho a bis), sin mucho fuego. Al lado del nuevo marido, la vida social de Flor se intensificó. Ella participaba de conferencias de farmacia, ensayos del conjunto Los Hijos de Orfeo, en el cual Teodoro tocaba fagot, en fin, había para ella nuevos ambientes y nuevos conocimientos. Así pasa un año de este casamiento con un marido gentil, cariñoso, fiel y, según la concepción sexual de la esposa, “frío” en la cama. Un año de completa paz, sin gracia y frialdad, después de una aburrida fiesta de conmemoración del primer aniversario de casamiento, al entrar en su cuarto Flor encuentra a Vadiño desnudo en su cama. El fantasma del primer marido no la asustó, pues sentía su falta y era bueno conversar nuevamente con él. Pero Vadiño volvió para algo más. Y dice haber sido evocado por la ex-esposa para eso. Flor se negó a cometer adulterio, incluso con el fantasma de su primer marido, que sólo ella y nadie más podía ver. Vadiño entonces procede a seducirla. Y también vuelve a los casinos, donde utiliza sus “poderes” de muerto, haciendo que sus amigos Mirandón y Arigof ganasen fortunas y quebrasen las bancas de los casinos bahianos jugando el número preferido de Vadiño, el diecisiete. Para Flor, se hace cada más difícil resistir las tentaciones del antiguo esposo, hasta que al fin cede al asedio y se entrega nuevamente. Ella descobrió que era imposible vivir sin uno de los dos. Ella necesitaba de Vadiño y de Teodoro, los dos se complementan en ella, sexo e seguridad. (2)[ii]



 

Crítica: Muy buena comedia fantástica brasileña, basada en la novela homónima de Jorge Amado, correctamente dirigida por Bruno Barreto (quien también tuvo a su cargo el guión).

El film adapta aceptablemente el libro del mismo nombre. Durante la primera mitad de la película, la acción combina la muerte de Vadinho (José Wilker) con flash-backs de su vida con Doña Flor (Sonia Braga), su bella esposa. Conocemos su vida de vago, apostador compulsivo (que robaba lo que su esposa ganaba para gastarlo en el casino), borrachín, fiestero y mujeriego (aunque él asegura que solo ama a su mujer); por otra parte, Doña Flor se siente por momentos infeliz con ese granuja que tiene por esposo, pero pronto olvida y perdona todo ante el irresistible poder de seducción de Vadinho y la manera como él la sumerje en el fuego de la pasión y el deseo en inolvidables noches.

La segunda parte de la cinta muestra, de manera explícita, cuánto extraña Doña Flor a su marido muerto; por más bribón y caradura que fuese, nunca podrá olvidar al amante. Así, acepta casarse con el farmacéutico de Bahia, Teodoro Madureira (Mauro Mendonça), que tiene fama de decente y recto a más no poder. Si bien con este nuevo marido Doña Flor consigue la seguridad y respeto que nunca le dio Vadinho, el buen doctor es una desilusión a la hora de cumplir sus deberes conyugales (no solo fija fechas y horas para el sexo, sino que ni siquiera se quita el pijama).

Vadinho reaparece como una especie de fantasma "corpóreo" (siempre completamente desnudo), pues solo su mujer podrá verlo y sentirlo. Doña Flor, si bien llega a tener apasionado sexo con el fantasma, se resiste a seguirle siendo infiel a su respetable segundo esposo, y contacta a unos brujos para que, mediante conjuros, manden al difunto de regreso al más allá. Pero en la escena culminante, Vadinho aclara que fue la propia Doña Flor quien le "llamó" y que no habría infidelidad alguna, pues tanto Vadinho como Teodoro son sus legítimos esposos. Cada uno le dará lo que el otro no puede (o pudo) darle. Doña Flor finalmente lo entiende, pero ya el hechizo de "regreso" está en marcha... ¿será demasiado tarde?

Este película es considerada, con toda justicia, como uno de los clásicos del cine brasileño, así como el más recordado film de la sensual Sonia Braga. En los años noventa se hizo una miniserie televisiva, ambientada en el Brasil contemporáneo. Pero nada podrá superar la calidad del original, ni hacernos olvidar a Sonia Braga, José Wilker y Mauro Mendonça como los definitivos DOÑA FLOR Y SUS DOS MARIDOS.(3)[iii]

 


El cineasta brasileño Pedro Vasconcelos encarará el desafío de rodar una nueva versión de "Doña Flor y sus dos maridos", que en 1976, bajo la dirección de Bruno Barreto, dio a conocer al mundo toda la sensualidad de la actriz Sonia Braga

"Sabemos que la comparación con el filme original es inevitable", dijo en una entrevista que publica hoy el diario O Globo el actor Marcelo Faría, que en la nueva versión interpretará a "Vadinho", el marido parrandero de Doña Flor que regresa de la muerte una vez que ella se casa por segunda vez. 

La historia, basada en un libro de Jorge Amado, narra la vida de una sensual mujer, cuyo marido muere en medio de una borrachera en pleno Carnaval, pero que se le aparece después de que ella se repone de la pérdida y se casa con Teodoro, un pacato farmacéutico. 

El papel de Doña Flor lo interpretó en la primera versión Sonia Braga, que después de ese filme participó en otras adaptaciones de obras de Amado, como "Gabriela", en la actuó con el italiano Marcelo Mastroianni, y se hizo un lugar entre las estrellas de Hollywood. 

En esa versión, el actor José Wilker le dio vida a "Vadinho", mientras que el honrado y recatado Tedoro fue interpretado por Mauro Mendonca. 

En la versión que dirigirá Vasconcelos, la actriz Vanessa Giácomo encarnará a la sensual Doña Flor, y el papel de Teodoro recaerá en Humberto Martins

Según O Globo, Vasconcelos contará con un presupuesto de 6 millones de reales (unos US$3,5 millones) y comenzará a rodar en noviembre próximo en la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía, que fue también el escenario de la primera versión.

"Doña Flor y sus maridos" se mantuvo como el filme más taquillero de la historia de Brasil, con 10,7 millones de espectadores, hasta el año 2010, cuando fue superado por "Tropa de Elite 2", que llevó a las salas de cine a cerca de 11 millones de personas.(4)[iv]

 

Ciertamente uno no puede dejar de tildar a Doña Flor y sus Dos Maridos como una película optimista. No sólo por su temática, sino también por haber aparecido en una etapa negra de la historia sudamericana - en donde las dictaduras, las torturas y los desaparecidos estaban por todos lados, pero difícilmente se los podía nombrar -. Es difícil imaginar que en semejante escenario alguien haya aparecido con un relato - tan tonto como simpático - sobre una joven viuda que extraña tanto la pasión de su primer marido que termina por invocarlo para revolcarse con el fantasma de su ex. 

Pero los brasileros tenían ese poder, y lograron atrapar la atención de multitudes, convirtiendo a Doña Flor y sus Dos Maridos en todo un clásico. La gente quería magia y quería humor, y el filme les prometía todo eso, transportando a la audiencia a un paraíso colorinche durante casi dos horas. En algunos lugares el filme estuvo en cartel durante meses, y siempre con funciones agotadas. El boca a boca fue monumental, y las multitudes hacían enormes colas para ver esa delicia cinematográfica de la que todos hablaban.

Es innegable que Doña Flor y sus Dos Maridos tiene su ángel. En una época marcada por el puritanismo, su desfachatez era un bálsamo refrescante. Todo pasa por José Wilker, el que absorbe el filme en todas las escenas en las que aparece. Ok, está Sonia Braga, que es una buena actriz y no tiene el menor problema en desnudarse cada vez que le chistan, pero lo suyo aquí es secundario. Quizás se haya ganado el estrellato por su piel café, sus labios hiperrojos y sus gruesas cejas negras, lo que le da un encanto latino similar a Carmen Miranda o Frida Kahlo; pero también es cierto que demoraría 10 años más en llegar a Hollywood para capitalizar el éxito del filme ... y posiblemente lo haya hecho como la novedad exótica del momento.

Debo admitir que me llevé cierta decepción con la película. Toda la situación fantástica de marras - que fué lo que me inclinó a incluirla en este portal - recién surge en los últimos 15 minutos de la película, y ni siquiera está demasiado desarrollada. Por contra, hay situaciones del filme que se hacen eternas. He aquí una película a la que le sobra media hora con facilidad, y se nota. Hay una continua repetitividad de las acciones - Vadinho es mujeriego, es mujeriego, es mujeriego; Vadinho va a jugarse todo a la ruleta, a la ruleta, a la ruleta; etc, etc, etc - que a veces cansa. Es cierto que el personaje es la piel de Judas y tiene su encanto, pero tampoco el racconto repetitivo de sus excesos termina por aportar algo más substancioso a su perfil de lo que ya conocemos. 

Este tipo sí que es un auténtico tiro al aire: estafador, apostador, mujeriego, borrachin, golpeador, que vive la joda loca y sólo es fiel a sí mismo. Está casado con una mujer abnegada y trabajadora, quizás por la necesidad de tener a alguien normal a su lado para tener algún asidero en el mundo y, de paso, poder explotarlo financieramente. Hay algún que otro detalle que, si bien no redime a Vadinho, al menos le da un matiz menos detestable: cuando se excede, pide perdón y arma ostentosas fiestas para agasajar a Flor; y su pasión por esta mujer es ardiente y auténtica.
Pero el amor es ciego y sólo el destino - con la muerte del desquiciado egoista - terminará por tomar una decisión que Flor debería haber tomado hace años. Y, aún en la paz y la normalidad, el recuerdo de esas noches de pasión asaltan y torturan a la ardiente viudita... quien se ha involucrado con el tipo más pasmado de todo el pueblo.

Si hay una moraleja en todo esto, es que lo perverso tiene su gracia y termina ponerle a sal a nuestra existencia. Lo de Flor es como una especie de versión brasilera del Fausto, en donde el cumplimiento del contrato es tan torturante como intenso, y resulta mucho más satisfactorio que una aburrida y rutinaria vida normal

Doña Flor y sus Dos Maridos es una película simpática y algo lenta. Quizás uno se ha acostumbrado a otros ritmos cinematográficos con el paso de los años, y por ello obtiene esa sensación de morosidad. La anécdota del título llega tarde, dura demasiado poco y está a medio cocinar, cuando uno esperaba que el filme empezara realmente a partir de allí.(5)[v]





Donna Flor e i suoi due mariti è un film brasiliano del 1976, diretto da Bruno Barreto e basato sull'omonimo romanzo di Jorge Amado. Nel corso degli anni è diventata l'opera cinematografica di maggior successo e di maggior incasso nella storia del cinema brasiliano, almeno sino al 2010, quando i suoi incassi vengono superati da un'altra pellicola locale, Tropa de Elite 2 – Il nemico ora è un altro.

 Trama
Dona Florípides (detta Flor) Guimarães è una tranquilla donna borghese, benestante, insegnante di arte culinaria. Ciò che forse sembra stonare è il marito, Valdomiro Santos, detto Vadinho, che ha davvero un sacco di difetti: sperpera il denaro della moglie nel gioco d'azzardo, la lascia sola anche per alcuni giorni, tornando a casa ubriaco, senza quattrini e a volte pure senza vestiti, frequenta tutte le case di piacere di Bahia e ci prova persino con le allieve della scuola di cucina della moglie. Ciò nonostante, Flor ama Vadinho, che ha risvegliato in lei la "sgualdrina" che in fondo la donna covava nel suo intimo. Quando il marito muore improvvisamente nel corso del Carnevale di Bahia, la vedova trascorre un doveroso periodo di sincero lutto; poi, bisognosa di un uomo, sposa l'insignificante farmacista dr. Teodoro Madureira. Questi non la soddisfa sessualmente e la donna, che ricorda nostalgicamente i focosi amplessi con il "suo" Vadinho, ricorre a una fattucchiera che le restituisce il defunto, simpatico mascalzone, il quale le rimarrà al fianco come fantasma (apparendole sempre completamente nudo) notte e giorno, invisibile a tutti fuor che all'appassionata Flor.

Le location
Il film è girato quasi completamente nel centro storico di Salvador de Bahia (nome completo: São Salvador da Bahia de Todos os Santos), in particolare nel noto quartiere Pelourinho. La chiesa del finale, dalla quale esce Dona Flor a braccetto con il marito attuale e con l'ex-marito fantasma Vadinho (nudo anche in quest'occasione!), è precisamente la Igreja de Nossa Senhora do Rosário dos Pretos, situata nella Rua Luis Viana Filho, che conduce dal citato Pelourinho, a largo do Carmo, porta d’ingresso al quartiere di Sant’Antonio.

L'edizione italiana
Dopo essere stata presentata al Festival Cinematografico di Taormina del 1977, in Italia la pellicola viene distribuita regolarmente solo alla fine di febbraio del 1978. Quanto al mercato home-video italiano, ricordiamo alcune edizioni in VHS (Columbia, Fonit Cetra); il film è infine uscito, nel 2010, in una edizione in DVD per l'etichetta StormVideo/Mondo Home Entertainment.[vi]



Sônia Braga

Sônia Maria Campos Braga (n. Maringá, Estado de Paraná, Brasil; 8 de junio de 1950), actriz brasileña más conocida por Sonia Braga.

Biografía

Nació en Maringá, Estado de Paraná, Brasil, el 8 de junio de 1950. Empezó su carrera de actriz a los 14 años en la televisión de Brasil, a los 17 se introdujo en el mundo del teatro y a los 19 ya rodaba su primera película. Su primer éxito internacional, después ya de ser considerada en su país como una de las más grandes actrices, fue Doña Flor y sus dos maridos. Tras protagonizar una adaptación cinematográfica de una novela de Amado a cargo de Barreto, se trasladó a Hollywood donde participó, entre otras, en la película El beso de la mujer araña (1985), de Héctor Babenco, por cuya interpretación fue nominada a los Globos de Oro. Sonia Braga fue el primer brasileño a presentar una categoría en los Oscar, a los 36 años en 1987. La actriz, que saltó a la fama mundial por su trabajo en El beso de la mujer araña (1985), fue anunciada por Goldie Hawn como una de las actrices más glamourosas del mundo, antes de salir al escenario junto a estrellas Michael Douglas, quien anunció la indicó al mejor cortometraje.(6)[vii]

(a)     Filmografía

Apariciones en TV:
 


CITAS:


[i] http://www.filmaffinity.com/es/film303823.html
[iii] http://www.quintadimension.com/zonacritica/Txt/169.shtml
[iv] http://www.latercera.com/noticia/cultura/2012/02/1453-428949-9-cineasta-brasileno-rodara-nueva-version-de-dona-flor-y-sus-dos-maridos.shtml
[v] http://www.sssm.com.ar/arlequin/dona-flor.html
[vii] http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B4nia_Braga