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miércoles, 7 de julio de 2010

EL LUCHADOR


El Luchador (título original en inglés; The Wrestler) es una película dirigida por Darren Aronofsky y con un reparto que cuenta con Mickey Rourke, Ernest Miller, Marisa Tomei y Evan Rachel Wood. La producción empezó en enero de 2008. La película se estrenó en 2008 en el Festival de Venecia ganando el León de Oro. Fox Searchlight adquirió los derechos para distribuir la película en Estado Unidos, fue estrenada en pocos cines el 17 de diciembre de 2008, y mundialmente el 16 de enero de 2009.

1.- DARREN ARONOFSKY

Darren Aronofsky es un director de cine estadounidense nacido el 12 de febrero de 1969 en Brooklyn, Nueva York. Hijo de Abraham y Charlotte Aronofsky, dos profesores de etnia judía, descendientes de judíos polacos. Pareja Rachel Weisz, Hijo/s Henry Chance Aronofsky

 1.1- Carrera cinematográfica

El debut de Aronofsky como director de largometrajes se remonta al año 1998, fecha en la que se estrenó la película Pi. Esta cinta narra la vida de un brillante matemático (Max) que está obsesionado con la idea de que, pese al aparente caos que rige el universo, existe un sistema numérico capaz de prever y controlar todo cuanto sucede en él. Centrándose para ello en el estudio del mercado bursátil, Max cada vez se acercará más a desentrañar el misterio que se oculta tras esa fórmula matemática que aparentemente controla todo, y que le lleva inexorablemente al número Pi. Ansiosos por hacerse con el increíble descubrimiento que Max está a punto de revelar, una agresiva firma de Wall Street y una secta judía le acosarán para hacerse con tan preciado botín.

Cabe destacar que la fotografía de este thriller matemático fue en blanco y negro, y que el compositor de la banda sonora de la misma fue su gran amigo Clint Mansell, colaborador habitual de Aronofsky en el resto de sus películas. El filme apenas costó 60.000 dólares, por lo que el mérito de la película es aún mayor.

La cinta logró un gran éxito de crítica y público, y obtuvo varios galardones, entre los cuales destaca el del Festival de Sundance, que reconoció a Aronofsky como Mejor Director en 1998.

La película que siguió a Pi, fue nada menos que Réquiem por un sueño (Requiem for a dream), estrenada en el año 2000. Basada en la novela de Hubert Selby Jr (quién también desempeña las labores de guionista), la película se centra en el mundo de las drogas (y otras adicciones) y en las devastadoras consecuencias que tienen éstas en un grupo de personas. Este segundo trabajo del director neoyorkino fue aclamado mundialmente por crítica y público y se convirtió instantáneamente en un clásico de culto. Su enorme poder visual, unido a una banda sonora hipnótica (obra también de Clint Mansell, cuyo tema Lux Aeterna ha sido remezclado y utilizado en decenas de trailers cinematográficos posteriores) y a unas interpretaciones sobresalientes (Ellen Burstyn estuvo nominada al Oscar y al Globo de Oro a la mejor actriz por su trabajo en este filme) dieron como resultado este exitoso segundo trabajo de realizador de Brooklyn.

La película se hizo con numerosos premios, entre ellos la Espiga de Oro del Festival de Valladolid.

La siguiente película de Aronofsky no vería la luz hasta más de un lustro después, en el año 2006, fecha del estreno de La fuente de la vida (The fountain). Con un presupuesto millonario, y teniendo a sus órdenes a actores de la talla de Hugh Jackman, Rachel Weisz y Ellen Burstyn (de nuevo), Aronofsky nos lleva por el viaje que emprende un hombre a través de los siglos con el objetivo de encontrar el árbol de la vida, que según la leyenda, otorga la vida eterna a quién bebe de su savia. Su fin último será salvar la vida de su enferma esposa.

La película pasó con más pena que gloria por la taquilla mundial, y esta vez no pudo contentar completamente a todo el mundo. El filme produjo una enorme división de opiniones tanto en la crítica especializada como en el público, yendo desde los que la criticaron duramente, hasta los que la encumbraron como una de las grandes obras cinematográficas de los últimos tiempos.

En cualquier caso, cabe reseñar la nominación de Clint Mansell (de nuevo a cargo de la banda sonora) a los Globos de Oro por su partitura, o la de Darren Aronofsky al León de Oro en el Festival de Venecia, entre otras.

En el año 2008 presentó The Wrestler, su cuarto largometraje que obtuvo el León de Oro del Festival de Venecia. La película está protagonizada por Mickey Rourke y Marisa Tomei, y narra la vida Randy Robinson, un antiguo campeón de lucha libre que se encuentra en el ocaso de su vida profesional. La crítica considero la película de Aronosky la mejor del festival y una de las mejores del director.

Aparte de realizar estos largos, Darren Aronofsky también es el autor de cortos como Supermarket Sweep (1991), Fortune Cookie (1991) y Protozoa (1993).

1.2.-  Filmografía como director

  •  Protozoa (1992)
  • Pi: El orden del caos (1998)
  • Réquiem por un sueño (2000)
  • La fuente de la vida (2006)
  • The Wrestler (2008)
  • Black Swan (anunciada) (2010)
  • Robocop (2011) 
2.- EL LUCHADOR


2.1.- Ficha técnica

  • Título:  El Luchador
  • Dirección: Darren Aronofsky

  • Guión: Robert D. Siegel

  • Reparto:  Mickey Rourke, Marisa Tomei, Ernest Miller, Evan Rachel Wood

  • País: Estados Unidos

  • Año: 2008

  • Duración:  115 min

  • Compañías Distribución: Fox Searchlight

  • Presupuesto: U$ 6.000.000


 2.2.- Argumento
Randy "The Ram" Robison (Mickey Rouke) es un luchador profesional de wrestling de los 80, 20 años después de estar en la cima, lucha los fines de semana en combates semiprofesionales independientes en la zona de Elizabeth, New Jersey por un dinero extra. Después de un show un promotor le propone un combate de 20 aniversario con su más conocido oponente, el Ayatollah que originalmente tuvo lugar en Madison Square Garden vendiendo todas las entradas. Randy acepta, pensando que esta lucha de alto nivel le ayudará a volver a la cima.
Randy vive en una caravana y cuando vuelve se la encuentra cerrada por no haber pagado el alquiler. Toma somníferos y se duerme en la parte de atrás de su furgoneta. Al día siguiente vuelve al trabajo, cargando cajas en un supermercado. Por la noche visita un club de striptease donde baila con una stripper algo mayor llamada Cassidy (Marisa Tomei). Él continua con su ritual de entrenamiento, que incluye el uso de esteroides para su próxima aparición. Su siguiente combate es particularmente "hardcore", en el cual Randy y su oponente (un luchador de wrestling en la vida real Dylan Summers, a.k.a. Necro Butcher) usan varias armas el uno contra el otro incluyendo thumbtacks, grapadoras, cable de espino y cristal. Randy sufre varias heridas, inclusive un corte profundo en el pecho del cable de espino. Después de la lucha es tratado por un médico pero poco después tiene un ataque al corazón y cae al suelo.
El ataque al corazón precisa de una operación de bypass y el doctor le dice a Randy que su débil corazón no puede soportar más los esteroides ni la lucha. Randy cancela los siguientes combates. Enfrentado a su mortalidad habla a Cassidy de su ataque al corazón e intenta ligársela. Randy visita a su hija a la que hacía mucho que no veía, Stephanie (Evan Rachel Wood), pero ella le acusa de haber sido un mal padre. En su segunda visita a Stephanie, Randy lleva un bonito regalo y se disculpa por haber sido un mal padre. Los dos quedan para cenar juntos.
Después de ir a ver una lucha de wrestling, Randy se emborracha y tiene sexo con una mujer, durmiendo todo el día siguiente por el agotamiento, y perdiéndose la cena con su hija Stephanie. Él va a su casa en medio de la noche, donde ella se enfada y le dice que nunca ha sido y que nunca será su padre. Randy se va al trabajo, donde él al ser reconocido se corta un dedo con una cortadora de carne a propósito, grita a su jefe y deja el trabajo, Llama a su promotor para decirle que vuelve a interesarle la pelea contra el Ayatollah. Antes de la pelea, Cassidy aparece por sorpresa (teniendo que dejar el trabajo para ello) se disculpa, e intenta convencer a Randy de que no luche por el bien de su salud. Randy le explica que el mundo real no se preocupa de él y que su único lugar es el ring y que su familia son sus fans.
Randy da un emocionante discurso al público a la hora de subirse al ring. Durante el combate, su corazón se resiente pero él continúa luchando. Randy lucha contra el dolor y sube despacio a una de las esquinas del ring para hacer su característico golpe final, un diving headbutt llamado "Ram Jam". En la última toma saluda y se despide de los fans, salta desde las cuerdas y la cámara vira a negro.


2.3.- Reparto

• Mickey Rourke - Randy "The Ram" Robinson
• Marisa Tomei - Cassidy / Pam
• Evan Rachel Wood - Stephanie Robinson
• Todd Barry as Wayne
• Ernest Miller as Bob/"The Ayatollah"

También aparecen los luchadores profesionales: Devon Moore, The Funky Samoans, Jim Powers, Kid USA, Ron Killings, Claudio Castagnoli , Romeo Roselli, John Zandig and Nigel McGuinness. Durante la lucha entre Randy contra Tommy Rotten algunos luchadores locales de las asociaciones Bodyslam Wrestling Organization y NWA Liberty States aparecen entre el público.


2.4.- Producción

The Wrestler fue escrito por Robert D. Siegel, antiguo escritor de The Onion, que escribió el guión y luego fue adaptado en la productora de Darren Aronofsky Protozoa Pictures. El actor Nicholas Cage entró en negociaciones en octubre de 2007 para el papel principal como Randy "Ram" Robinson. Al mes siguiente, Cage abandonó el proyecto después de asistir a un show en Nueva York de Ring of Honor y Mickey Rourke remplazó al actor en el papel. Según Siegel, Cage se retiró del proyecto porque Aronofsky quería que el papel fuera para Rourke. Aronofsky declaró "Cage fue un auténtico caballero, entendió que mi corazón estaba con Rourke y se retiro a un lado. Tengo tanto respeto por Nicholas que creo que realmente podría haber funcionado con Nic pero... ya sabes, Nic apoyaba la idea de que lo hiciera Mickey y ellos son viejos amigos y él quería ayudar a Mickey en esta oportunidad así que se retiró de la carrera" La producción comenzó en enero de 2008, y se rodó en Elizabeth, NJ, Linden, NJ, Rahway, NJ y New York.1 Algunas escenas se filmaron en el Alhambra Arena de Philadelphia. Afa Anoa'i, un antiguo wrestler profesional, fue contratado para entrenar a Rouke en su papel. Anoai trajo a sus dos principales entrenadores, Jon Trosky y Tom Farra que trabajon con Rourke durante ocho semanas. Los dos entrenadores también salen en la película.

2.5.- Música

El compositor de la banda original es Clint Mansell, compositor habitual de películas de Aronofsky como π, Requiem por un sueño y La fuente de la vida. Una canción de Bruce Springsteen titulada "The Wrestler" suena durante los créditos finales. Tres Canciones ("Round and Round", "I'm Insane") del grupo Ratt están también en la banda sonora, al igual que Balls To The Wall de Accept cuando se prepara para la última lucha "Sweet Child O' Mine" de Guns N' Roses. La película abre con el clásico de Quiet Riot, "Metal Healt" de 1983, canción que además es el himno de batalla de The Ram.(1)



2.6.- Premios

Globos de Oro
  • Año 2009 Mejor actor Mickey Rourke Ganador

  • 2009 Mejor canción original Bruce Springsteen Ganador
Independent Spirit Awards

  • 2008 Mejor película Ganador 

  • 2008 Mejor actor Mickey Rourke Ganador 

  • 2008 Mejor fotografía Maryse Alberti Ganador
 Festival de Venecia

  •  Año 2008 Mejor Película Ganador

 BAFTA
  •  Año 2009 Mejor actor Mickey Rourke Ganador

 2.7.- COMENTARIOS
  
Drama basado en hechos reales, este filme sobre boxeo y pobreza cuenta la historia de Jim Braddock, un púgil que pierde su título y su dinero en mitad de la Gran Depresión.
El paso desde la gloria del ring a las filas del desempleo y las ollas comunes será brutal, pero más peligroso aún puede ser aceptar una última pelea: un publicitado combate con un rival famoso por mandar boxeadores al cementerio. Esta es la segunda colaboración del director Howard y su estrella luego de Una Mente Brillante.

 Ascanio Cavallo Revista El Sábado: "Por encima de su ef icacia narrativa ¬que la tiene¬, esta película exuda un fuerte olor a fórmula".

 Ana Josefa Silva La Segunda: "Aunque abre y cierra con el protagonista en el cuadrilátero, EL LUCHADOR tiene el doble mérito de hacer atractiva esa gran escena final, incluso para quien el mentado deporte no tiene el menor interés".(2)

  
Para quienes amamos el cine, ya sea el contemporáneo o los grandes clásicos, algunos personajes u actores suelen ser primordiales en su historia. Existen varios en el cine hollywoodense, como Al Pacino, Robert De Niro, o el desaparecido Marlon Brando, que han hecho una carrera que nos ha llamado la atención tanto por su regularidad -salvo algunos errores- como por la forma en que han sido capaces de mantener su status de figuras del cine.

En el caso de Mickey Rourke sucede todo lo contrario. Su carrera lo ha transformado en un actor con una línea poco definida y, sumándole las grandes adicciones y contradicciones de la vida, en un “cacho” para cualquier director de Hollywood que quiera estructurar una obra según los parangones que ésta exige. Sin embargo, a directores como Darren Aronofsky (Requiem for a Dream) estos personajes los motivan a hacer películas como El Luchador.

Aquí Mikey Rourke ya no es el motorcycle boy de la gran cinta de Francis Ford Coppola Rumble Fish, de 1983. Tampoco es el co-protagonista de Nueve Semanas y Media junto a una guapísima Kim Basinger. En esta película, Rourke interpreta a un luchador de lucha libre que ha visto cómo, con el paso de los años, sus tiempos de gloria se fueron desvaneciendo, junto con sus ganas de salir de ese lugar que para todos resulta tan inhóspito e insoportable: el fracaso.

El Luchador nos relata la historia de Randy The Ram Robinson, que en los ochenta era la figura del momento en cuanto a la lucha libre, pero ahora ha pasado al olvido para sus fans, para las cámaras, y para su hija. Randy encuentra el consuelo en lo que más le gustaba -la lucha en lugares de mala muerte-, hasta que un infarto y la posterior instalación de un bypass en su pecho lo obligan a alejarse de lo único que lo hacía sentirse vivo.

Al darse cuenta de que su estado no es el mejor, concentra sus ganas en reunirse con su hija adolescente -a quien había dejado de lado-, y busca sentirse acompañado por una stripper a la que siempre quiso. Randy no sólo nos revela la ruina de un luchador libre, sino que nos muestra a un personaje que, como todos los de Aronofsky, está ligado a la decadencia y a la lucha por una adicción. Esa adicción desmedida es, en el fondo, lo que lo hace escapar de todo lo establecido (incluyendo un trabajo en un supermercado) para volver a ser él, y entregarse en un cuadrilátero a lo que significa luchar con un aparato en el pecho.

Con esta película, Aronofsky no solamente nos viene a contar la historia de The Ram, sino que también la vida de un personaje como Rourke. Él, al igual que Randy, lo tuvo todo, el aprecio y la confianza de los directores de cine, pero prefirió otra vida para convertirse en quien es. Una persona que puede servir de ejemplo para quienes creemos en el verdadero cine y en la verdadera vida, esa que no tiene superhéroes en todas las esquinas tratando de salvar a la ciudad de un tremendo ataque terrorista, sino que personas de carne y hueso, que se ven atraídas hacia actitudes tremendamente individualistas que los hacen sentirse más cercanos a lo que en verdad son: humanos. (3)


 No deja de sorprender que detrás de The Wrestler (El Luchador), ganadora de la última edición del Festival de Venecia, está el, a partes iguales, aclamado y odiado director Darren Aronofsky, y la sorpresa no la produce una nueva demostración de su buen hacer, si no el romper la línea que seguían sus anteriores trabajos.

Y es que su último film está lejos del ingenioso debut que supuso Pi (1998), de la alabada e hipnótica Réquiem por un sueño (2000) y, mucho más aún, de la incomprendida, poética y fallida La Fuente de la Vida (2006).
Con The Wrestler (El Luchador) Aronofsky nos ofrece un película con un planteamiento clásico sin las piruetas visuales que acompañan a su filmografía, donde nos cuenta la historia de Randy The Ram, vieja gloria de la lucha libre venido a menos que busca dar sentido a su vida.
Es un ejemplo más del cine de perdedores, con un planteamiento y un guión lleno de tópicos que no dejan lugar a la sorpresa, pero que la mano de Aronofsky convierte en un retrato brillante y lleno de tristeza sobre la soledad y el fracaso.
Sin duda el film no sería lo mismo sin el trabajo de su protagonista, el resurgido Mickey Rourke, que ha encontrado en The Wrestler no sólo una numerosa cosecha de premios sino algo parecido a lo que fue Pulp Fiction para John Travolta: una segunda oportunidad.


Un reconocimiento a la que fue una de las estrellas del cine de los 80 que ofrece aquí su mejor trabajo, y uno de los mejores del año, que le abre de par en par de nuevo las puertas grandes de la industria.

Y es que ninguna estrella actual del mundo del celuloide podría haber dado al personaje la fuerza que le da Rourke, quizás compartir el fracaso con su personaje hace que su interpretación rebose verdad y fuerza a raudales.

Mención aparte merece su pareja en el film, una espléndida, en todos los sentidos, Marisa Tomei (Antes que el diablo sepa que has muerto) que borda el dramático y decadente papel de madre stripper, y en menor media por la brevedad de su personaje, una actriz a seguir en cuenta Evan Rachel Wood (Across the Universe) en el papel de hija de Rourke.

The Wrestler (El Luchador) sirve en definitiva para ver crecer el talento de Darren Aronofsky al mismo tiempo que nos enseña una parte oculta del mundo de la lucha libre y, sobre todo, nos da una bella historia de perdedores que lo convierten en uno de los mejores trabajos de año. (4)

 

Una vez que pasaron, sin pena pero sobre todo sin gloria, los previsibles premios Oscar, se empezaron a estrenar en la ciudad algunas de las pocas películas de Hollywood que valen la pena, aunque hayan sido olímpicamente ignoradas por la Santa Academia. Un caso apenas recordable es el de Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, quien aquí logró recuperar un cierto tono que se extrañaba en sus últimos filmes, acaso porque volvió a apostar a la típica comedia de enredos pero sin albergar ya grandes pretensiones, sino más bien con la lucidez de alguien que se dio cuenta de que era hora de empezar a reírse un poco de uno mismo. Pero mejor aún es hablar de El Luchador, filme que significó el regreso dos figuras ya olvidadas: Mickey Rourke y el joven director Darren Aronofsky -aquel de la elogiada Pi (1998), que levantó muchas expectativas rápidamente sentenciadas al poco tiempo con dos bodrios como Réquiem por un sueño (2000) y La fuente de la vida (2006)-.

Verdadero regreso con gloria, ratificado por el León de Oro del último Festival de Venecia, el Globo de Oro para Rourke y los principales premios para todos (actor, director y filme) en los Spirit Awards, El Luchador constituye más que nada un fresco sincero sobre un ámbito preciso y acaso emblemático de la cultura norteamericana, el de la lucha libre. Para muchos, el filme puede considerarse además una parábola exacta de la vida del propio Rourke, que en los años `70 se convirtió en la promesa dorada del cine norteamericano pero que se fue arruinando rápidamente en medio de su rebeldía sin control, el alcohol, las drogas y el boxeo, su gran pasión (que incluso lo llegaría a traer hasta lo de Tinelly). Abandonado por una industria a la que nunca quiso, pero que hoy le abre apenas los brazos (imponiéndole las mismas condiciones de entonces), Rourke volvió con un papel consagratorio, que irónicamente viene a representar un lado que a nadie le interesa ver en Hollywood.
Como indica su título, la película cuenta la historia de un luchador, Randy “The Ram” Robinson (Rourke) que aparentemente fue uno de los más importantes en los ’80, pero que en la actualidad, veinte años después, es ya una ruina, un perdedor hecho y derecho, que no puede terminar de bajarse del ring. Siguiendo los patrones clásico de este subgénero cinematográfico, el hombre intentará acaso tardíamente reconstruir su vida, retomar el contacto perdido con su única hija (Evan Rachel Word), conquistar a una striper local de la que se ha enamorado (interpretada magistralmente por Marisa Tomei) y encontrar otro trabajo, sea cual sea. Pero una y otra vez Randy volverá a caer en lo que eventualmente parece llevarlo a la perdición, rechazado por la misma sociedad a la que entregó su vida y su cuerpo, pero que sólo quiere verlo sobre las arenas de combate.
Si bien la historia parece muy transitada ya por el cine, el filme de Aronofsky alcanza latitudes no muy conocidas en Hollywood, y el mérito es tanto del director como de su protagonista, Mickey Rourke, quien verdaderamente le ha dado una nueva dimensión a la película. Con una puesta en escena bien detallista, filmada en gran parte con cámara al hombro y largos planos secuencia, la película es una verdadera radiografía de un hábitat preciso y emblemático, que revela aspectos muy enraizados en la cultura norteamericana (relacionados íntimamente con el mundo del espectáculo y la cultura de la violencia). Lo más notable del filme es precisamente cierta autenticidad que Aronofsky y Rourke logran transmitir, cierta fidelidad a la realidad que trasciende todos los estereotipos: sin tensar nunca la cuerda de la sensiblería barata (caso Rocky), se diría que Rourke pone su cuerpo maltratado por los años y los anabólicos para representar a un símbolo de la clase obrera norteamericana, que justamente hoy parece nuevamente condenada por la crisis global. El resultado es un filme sincero y conmovedor sobre un perdedor o un condenado, que nunca tuvo la posibilidad de ser otra de la que fue. (5)


 CITAS:
1.- http://es.wikipedia.org/wiki/The_Wrestler
2.- http://www.bazuca.com/pelicula-7314729-El-Luchador
3.- http://www.indie.cl/2009/05/cine-el-luchador/
4.-http://www.google.cl/imgres?imgurl=http://www.estanochemadrid.com/cine/blog/archivo/2009/marzo/El-Luchador
5.-http://www.google.cl/imgres?imgurl=http://videodelta.files.wordpress.com/2009/03/el-luchador