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viernes, 12 de septiembre de 2014

COMO AGUA PARA CHOCOLATE




Como agua para chocolate es una película mexicana basada en el libro homónimo de la escritora mexicana Lnura Esquivel que rompió registros de venta como el más vendido de los últimos 20 años. Esta película obtuvo diez Premios Ariel. Ocupa el lugar 56 entre las 100 mejores películas del cine mexicano. Ha sido, además, la octava película extranjera más taquillera de Estados Unidos

Ficha Técnica
Título: Como agua para chocolate
Título original: Como agua para chocolate
Dirección: Alfonso Arau
País: México
Año: 1992
Duración: 105 min.
Género: Drama, Romance
Reparto: Marco Leonardi, Lumi Cavazos,  Regina Torné, Mario Iván Martínez, Ada Carrasco, Yareli Arizmendi, Claudette Maillé, Pilar Aranda, Farnesio de Bernal, Joaquín Garrido, Rodolfo Arias, Margarita Isabel, Sandra Arau, Andrés García Jr., Regino Herrera, Genaro Aguirre,
Guión: Laura Esquivel
Productora: Cinevista, Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), Arau Films Internacional, Aviacsa, Fonatur, Fondo de Fomento a la Calidad Cinematográfica, Gobierno del Estado de Coahuila, Secretaria de Turismo
Fotografía: Emmanuel Lubezki, Steven Bernstein
Guión: Laura Esquivel
Novela original: Laura Esquivel
Producción: Alfonso Arau
Sonido: Alejandro Baez, Aurelio López, Felipe Zavala, Juan Carlos Prieto, Juan Castro, Marco Welsh

Sinopsis
Historia de amor mágico realista en el México en tiempos de la Revolución.
Tita y Pedro ven su amor obstaculizado cuando Mamá Elena decide que Tita, siendo su hija menor, siga la tradición de quedarse soltera para cuidar de su madre hasta la muerte de esta, por ser la menor de sus hijas. Tita sufrirá largos años por un amor secreto que perdurará más allá del tiempo. Todo ello con la gastronomía como nexo de unión y metáfora de los sentimientos de los personajes.

Comentarios
Esta película ocupa el lugar 56 dentro de la lista de las 100 mejors películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista somos en Julio de 1994

Premios y nominaciones
  • Premios Ariel 1992: Ganó 10 premios, incluyendo el de mejor película, mejor dirección y mejores interpretaciones principales masculina y femenina. Estuvo nominado a un total de 14 premios.
  • Premios Goya 1993: Nominada a mejor película extranjera de habla hispana.
  • Globos de Oro 1993: Nominada a mejor película extranjera.
  • Independent Spirit Awards 1994: Nominada a mejor película extranjera.
  • Premios BAFTA 1994: Nominada a mejor de habla no inglesa.
  • Festival de Cine Mexicano de Guadalajara 1992: Premio de la audiencia.
  • Festival Internacional de Cine de Tokio 1992: Premio a la mejor actriz (Lumi Cavazos) y mejor contribución artística.
  • Festival de cine de Gramados 1993: Premio de la audiencia y mejor actriz principal(1)[i]
Música
La música de la película corrió a cargo del guitarrista cubano: Leo Brouwer. Muchos de los temas de la película son interpretados a base de sintetizadores. La partìtura de la película fue lanzada por Milan Records.[]

This movie is about how life used to be in Mexico. It is a love story between Pedro and Tita, and why they coudn't get married because Tita's mother wanted her oldest daughter to get married first, and have Tita to stay and take care of her. It shows how marriage was imposed on those times, and how a love between two people can change everything. This picture set a new epoch in Mexican movies all over the world.(2)[ii]



[i] http://es.wikipedia.org/wiki/Como_agua_para_chocolate_(pel%C3%ADcula)

DIARIOS DE MOTOCICLETA


Ficha Técnica
Título original: Diarios de motocicleta
Año 2004
País Argentina, Estados Unidos, Chile, Peru
Genero Aventuras. Drama. Road Movie. Biográfico. Años 50
Dirección Walter Salles
Guión José Rivera (Libros: Ernesto 'Che' Guevara)
Duración 128 min
Reparto: Gael García Bernal, Rodrigo de la Serna, Mia Maestro, Mercedes Morán, Jorge Chiarella, Gabriela Aguilera


 

SINOPSIS:

En 1952, siendo el "Che" Guevara (Gael García Bernal) estudiante de medicina, recorrió América del Sur, con su amigo Alberto Granado (Rodrigo de la Serna), en una destartalada moto. Ernesto es un joven estudiante de medicina de 23 años de edad, especializado en lepra. Alberto es un bioquímico de 29 años. Ambos jóvenes emprenden un viaje de descubrimiento de la rica y compleja topografía humana y social del continente hispanoamericano. Los dos dejaron atrás el familiar entorno de Buenos Aires en una desvencijada motocicleta Norton de 500 cc, imbuidos de un romántico espíritu aventurero. (FILMAFFINITY)[i]





PREMIOS:

  • 2004: Oscar: Mejor canción original. 2 nominaciones
  • 2004: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
  • 2004: 2 Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa y música. 7 nominaciones
  • 2004: Premio Goya: Mejor guión adaptado
  • 2004: Cannes: Premio del Jurado Ecuménico y Premio técnico

CRÍTICAS:

Realización de Walter Salles ("Tierra extranjera", 1995), basada en las notas de viaje que tomó Ernesto Guevara de la Serna y reescribió años más tarde en el libro de memorias "Notas de viaje". Se rodó a lo largo de 16 semanas, a partir de mediados de junio de 2002, en más de 30 localizaciones. Impulsada por Robert Redford y producida por Michael Nozik y Karen Tenkoff, se estrenó en Argentina el 29-VII-2004.

La acción tiene lugar en 1952, en un recorrido de más de diez mil km, cubierto en 7 meses, que se inicia en Buenos Aires, cruza territorio de Argentina, Chile, Perú y Venezuela, para concluir en Caracas. Ernesto Guevara (Gael García Bernal) y Alberto Granado (Rodrigo de la Serna) comienzan el viaje en una moto Northon, de 1939, "La poderosa", hasta que vencida por la carretera, la abandonan para seguir a pie, en auto-stop y con otros medios (balsas, canoas, etc.). Ernesto es estudiante de medicina, especialista en leprología, asmático, de 28 años, hijo de una familia acomodada. Alberto, de 29 años, es bioquímico. Ambos son argentinos.

La película, narrada en formato documentalista, exento de tintes laudatorios, muestra la variada realidad física, humana, social y cultural de los años 50 en los países visitados y, por extensión, de toda la América latina. Entablan contacto con personas sencillas, conocen de primera mano sus problemas, desesperanzas e inquietudes y se unen a algunos de los que encuentran en el camino. Visitan el Machu Pichu, que produce en ellos una honda impresión por lo que les evoca y por lo que les dice. Se acercan a una leprosería situada en la selva amazónica, donde se detienen brevemente. Allí constatan que lo que han visto no conforma una experiencia inerte: les mueve a poner en cuestión la validez del progreso que margina y excluye a tantos. Allí comienza el proceso interior que les lleva a asumir un compromiso destinado a marcar el futuro de sus vidas.

La música, de Gustavo Santaolalla, recoge melodías propias de la localidades del recorrido, que conforman un conjunto colorista, vibrante y seductor. La fotografía, de Eric Gautier, muestra paisajes naturales espléndidos, grandiosos, abruptos y muy diferenciados. Describe con maestría los ambientes nocturnos, abiertos a la fiesta colectiva y a la confidencia individual. El guión, bien estructurado, hilvana un relato que se desgrana a la manera de un "road movie". Una afirmación y una exclamación del Che para el recuerdo: "Somos un único pueblo mestizo que se extiende desde Méjico hasta el estrecho de Magallanes" y la amarga exclamación: "¡Cuánta pobreza!".

Los dos amigos comienzan el viaje movidos por el espíritu de aventura que les anima y por afanes de diversión, entretenimiento, placer y curiosidad. Termina siendo un acicate que moviliza su capacidad de reflexión y provoca la aceptación de compromisos, cuyo desarrollo queda fuera del relato.[ii]





ARGUMENTO:

En 1952, un semestre antes de que el Che Guevara terminase sus estudios de medicina, él y su viejo amigo Alberto Granado, un bioquímico, dejan Buenos Aires para viajar por el continente buscando diversión y aventuras. Si bien al final de su viaje tienen un objetivo, intentan trabajar en una colonia de leprosos en Perú, el propósito principal es turismo. Ellos quieren ver tanto de América Latina como puedan, más de 10.000 kilómetros en solo unos meses. Su método inicial de transporte era la antigua y agujereada, pero funcional motocicleta Norton 500 de Alberto bautizada La Poderosa.


Sin embargo, es la visita a las ruinas incas de Macchu Picchu lo que inspira algo en Ernesto. Él se pregunta cómo la avanzada cultura dio paso a la expansión urbana de Lima. Su respuesta es que los españoles tenían armas.

En Perú, el che y Granada trabajan como voluntarios durante tres semanas en una colonia de leprosos de San Pablo. Allí Guevara ve tanto física como metafóricamente la división de la sociedad entre las masas trabajadoras y las masas gobernantes (el personal que vive en el lado norte del río, separado de los leprosos que viven en el sur). Guevara además se rehúsa a usar guantes de goma durante su visita eligiendo en su lugar estrecharse las manos desnudas con los asustados leprosos recluidos.

Al final de la película, después de su estancia en la colonia de leprosos, Guevara confirma sus incipientes impulsos igualitarios y antiautoritarios durante un brindis de cumpleaños, que es a su vez su primer discurso político. En él evoca una identidad latinoamericana que trasciende las fronteras de la nación y la raza. Estos encuentros con la injusticia social transforman la manera en que Guevara ve al mundo y por implicación motivan más tarde sus actividades políticas como un revolucionario.


Guevara hace su simbólico “viaje final” esa noche cuando a pesar de su asma, elige nadar a través del río que separaba las dos sociedades de la colonia de leprosos, para pasar una noche en una choza de leprosos en vez de en las cabinas de los doctores. Este viaje implícitamente simboliza el rechazo de Guevara a la riqueza en la que había nacido, y el camino que tomaría más tarde en su vida como un guerrillero, peleando por lo que él creía era la dignidad que todo ser humano merecía.[iii]

Cuando se estaban despidiendo uno del otro, Alberto revela que su cumpleaños no era, de hecho, el 2 de abril, sino el 8 de agosto, y que la razón de esa mentira era simplemente por motivación: Ernesto responde que siempre lo supo. La película termina con la aparición del verdadero Alberto Granado de 73 años, junto con imágenes del viaje real y una mención de la eventual ejecución del Che Guevara en la selva boliviana en 1967.



CITAS:


[i] www. Filmaffinity.com/Diarios_de_motocicleta
[ii] http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/187994.html
[iii] http://es.wikipedia.org/wiki/Diarios_de_motocicleta_(pel%C3%ADcula)

SU EXCELENCIA

SU EXCELENCIA



Su Excelencia es una película de 1986 protagonizada por CANTINFLAS y dirigida por Miguel Delgado. El filme contiene un memorable discurso del actor que critica a los gobernantes del mundo y les exhorta a conseguir la paz y la libertad.
Sinopsis
Lopitos (Cantinflas) es un simple burócrata de la imaginaria República de los Cocos. Sin embargo, la nación se ve envuelta en una serie de cambios en el poder donde el mismo Lopitos termina siendo nombrado como embajador. El nuevo dignatario enfrentará el conflicto entre los dos grandes bloques del poder: los "verdes" y "colorados" quienes, encabezados por Dolaronia (Obviamente EEUU) y Pepeslavia (Apuntando a José Stalin de la URSS), necesitan el voto del nuevo emisario en una asamblea internacional para dominar el mundo.
El momento culmen de la película es cuando Lopitos tiene la posibilidad de dar un discurso oficial ante los "representantes del mundo", ya que aprovechará de hacer una crítica a los modelos económicos socialista y capitalista imperantes en los tiempos de la guerra fría, y a los comportamientos de las superpotencias Unión Soviética y Estados Unidos.
Producción

Tanto las escenas del auditorio en el que se encuentran los "representantes del mundo" así como el loby del auditorio que tiene una escalera de caracol fueron filmados en la Conferencia Interamericana de Seguridad Social encontrada en la ciudad de México. Cabe mencionar que el propósito de esta institución tiene una gran similitud con el propósito del discurso de Lopitos en la película, ya que ambos buscan el reconocimiento de los derechos de los habitantes del mundo independientemente de su lugar (o ideología) de origen.

El genial y nunca suficientemente reconocido cómico mexicano Mario Moreno, Cantinflas, ha abordado en diversas ocasiones la sátira de contenido social y político, siempre con notables resultados. Quizá una de sus mas logradas intervenciones en este terreno es Su Excelencia, donde nos da su particular visión sobre la Guerra Fría, y las relaciones de las grandes potencias con el Tercer Mundo.

En esta película, Cantinflas interpreta a uno de sus entrañables perdedores, Lopitos, gris funcionario de la embajada de Los Cocos, una imaginaria república bananera de Latinoamerica, en la capital de Pepeslavia, hipotética república de la Europa del Este en tiempos del comunismo. Por una serie de cómicas casualidades del destino, Lopitos es ascendido al cargo de embajador justo en un momento clave de las relaciones internacionales. En la capital de Pepeslavia esta a punto de celebrarse una conferencia internacional que pretende poner fin a la Guerra Fría, por el método de poner a votación entre los diversos países el sistema por el que a de regirse el mundo a partir de entonces, comunismo o capitalismo. En esa situación, la voz de los países del Tercer Mundo se hace repentinamente de una importancia capital, ya que son sus votos los que decantaran una balanza igualada entre ambos bloques, y muy especialmente el de la república de Los Cocos, cuyo gobierno no da señales de haber decidido su posición en vísperas del importantísimo evento.


De repente, Lopitos es, sin comerlo ni beberlo, el hombre del momento, asediado por los medios de comunicación y centro de todas las intrigas políticas posibles. Los acontecimientos se sucederán a un ritmo demencial. Cantinflas hace gala de su habilidad de, en palabras de uno de los personajes, “hablar mucho y no decir nada”, para conseguir que su personaje lidie con éxito con los diversos agentes de las distintas potencias que tratan de sonsacarle el sentido de su voto.


La película tiene escenas memorables, como la de la cena de gala en la embajada de Los Cocos, en la que, al mismo ritmo que los platos del menú, van siendo servidos los teletipos que informan de los sucesivos golpes de estado que están teniendo lugar mientras tanto en el país de los anfitriones, o sobre todo, la apoteosis final, el discurso de Lopitos frente a la Asamblea de las Naciones, en la que, sin perder en ningún momento el tono jocoso, hace una demoledora critica tanto a comunistas como a capitalistas, y a la relación de los bloques con el Tercer Mundo, justo antes de desvelar el secreto mejor guardado de la película, el sentido de su voto, que no desvelare aquí, por supuesto. Tendrás que ver la película para saberlo. Sin duda disfrutaras viendo una película que te hará reír, y también te hará pensar.


CITAS: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Su_Excelencia_(pel%C3%ADcula)
http://frikinomikon.blogspot.com/2010/03/cantinflas-su-excelencia.html


TIEMPO DE MORIR

TIEMPO DE MORIR

 

FICHA TÉCNICA

Dirección: Jorge Ali Triana
Reparto: Enrique Almirante, Gustavo Angarita, Jorge emili salazar, Lina Botero, María Eugenia Dávila y Sebastián Ospina
Año:1985 
Duración:98 minutos
Género: Drama
Color o en B/N: Color
Guión: Gabriel García Márquez
Fotografía: Mario García Joya
Música: Leo Brouwer y Nafer Durán

El universo de Gabriel García Márquez en una plasmación que no va más allá de lo convencional. La oposición entre el carácter mágico y el naturalista queda reducido a una serie de apuntes un tanto burdos. De sus abigarrados resultados apenas se desprende una confusa historia de amor y venganza narrada con escasa convicción.[i]

SINOPSIS

Juan Sáyago sale de la cárcel luego de pagar una condena de dieciocho años por haber matado en duelo a Raúl Moscote. Quiere recuperar el tiempo perdido y volver a vivir. Busca a su novia que se cansó de esperarlo y debe enfrentar el acoso implacable de los hijos de Moscote¸ criados en la obsesión de venganza. Es otra vez el tiempo de morir. o de matar. De este guión escrito por Gabriel García Márquez en 1964 el mexicano.
Arturo Ripstein realizó una primera versión cinematográfica en 1965¸

Premios Nacionales

Mejor largometraje Ex-aequo¸ Medalla al Mérito de las Comunicaciones Manuel Murillo Toro - Premio Focine¸ Ministerio de Comunicaciones¸
(Colombia) 1986¸ Círculo Precolombino Premio Especial en el 3er Festival de Cine de Bogotá:Nacional¸ Tropical y del Caribe (Bogotá - Colombia) 1986¸

Participación en Festivales

Tucán de Oro a Mejor Película¸ Tucán de Oro Mejor Actor a Gustavo Angarita¸ Premio Fipresci y Premio CIFEJ de las Juventudes de Unesco¸ Festival de Rio de Janeiro ( Brasil) 1985¸ Coral a Mejor Edición a Nelson Rodríguez y Premio Coral Mejor Fotografía a Mario García Joya en el 7° Festival del Nuevo Cine Latinoamericano (La Habana - Cuba) 1985¸ Tercer Premio Coral Carteles de Cine en el 8° Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (La Habana - Cuba) 1986¸ Makhila de plata en el 8° Festival de Biarritz du Film Ibérique et Latino - Américain¸ (Biarritz - Francia) 1986¸ Mejor Actriz a María Eugenia Dávila y Mejor Actor a Gustavo Angarita en el 12° Reseña Internacional de Acapulco (México) 1987¸[ii]



COMENTARIOS:

En cuestiones de cine, da miedo, a veces, ver atrás. Vale darle a la audiencia, pues, la buena noticia de que no resulta ni un poco traumático repetirse Tiempo de morir: la estupenda película de Jorge Alí Triana, basada en un guion de Gabriel García Márquez (que en 1966, disminuido y sin corregir, sirvió de base para una película del mexicano Arturo Ripstein), 27 años después de su estreno sigue siendo una estremecedora tragedia en tierra hirviente habitada por un puñado de personajes memorables que hacen lo mejor que pueden para estar a la altura de sus destinos.

“¡Juan Sáyago!”, grita el amenazante Julián Moscote una, dos, tres, cuatro veces, resignado a enfrentarse en un duelo de cine del oeste con el hombre que mató a su padre. Sáyago, que ya ha pagado 18 años de cárcel por aquel crimen y ha vuelto a su pueblo con la esperanza de vivir algo semejante a la vida, soporta todas las afrentas: que Moscote le lance una vejiga de cerdo en el pecho, que le deje en la puerta un perro moribundo, que le eche abajo su casa, que lo persiga por las calles del lugar. Sabe, sin embargo, que está escrito en donde todo está escrito que un día tendrá que encarar a los hijos de su víctima.

Gustavo Angarita encarna al expresidiario Juan Sáyago con todo el misterio y toda la humildad que requiere el personaje. Sebastián Ospina interpreta al vengativo Julián Moscote con todo el miedo y toda la rabia que vienen al caso. Jorge Emilio Salazar hace el papel del dubitativo Pedro Moscote con toda la compasión y toda la ansiedad que darán paso a la tragedia. Y detrás de todo se encuentran el guion de García Márquez, que tiene claro, como su literatura hiperbólica pero precisa, que el lejano oeste aún sucede en ciertos parajes de Colombia (Tiempo de morir es, sin duda, un western colombiano), y la firme dirección de Triana, que unos meses antes ya había ensayado planos y movimientos de cámara y actuaciones mientras grababa una versión mucho más larga para la televisión.

Filmada durante ocho semanas en el Tolima, empujada por un presupuesto de 300.000 dólares de 1985, Tiempo de morir fue recibida por los jurados de los festivales, por los críticos y por los espectadores de a pie como una película importante. Podría decirse que tanto Gabriel García Márquez como Jorge Alí Triana lograron, por obra y gracia de su trama y de su puesta en escena, la mejor de sus películas. Verla no se ha vuelto un drama. El drama, contundente y abrumador, es, aún hoy, el que sucede en la pantalla. [iii]


Así como muchos westerns, ésta es una historia de hombres, venganza y violencia. Aunque es cierto que para un género con sus elementos tan definidos es un poco forzado acomodar películas de otras latitudes y estilos, aún así es posible hacer referencias y paralelismos con su esquema, los cuales pueden ser útiles para entender esos otros filmes que en un sentido purista no pertenecen al género.

Como se sabe, lo primero que define al western es el tiempo y espacio donde se desarrolla: la segunda mitad del siglo XIX y el oeste de los Estados Unidos, respectivamente. Esas dos condiciones ya descartan todo western espurio que quiera pasar como tal sólo porque contiene algunos elementos del género, como cuando se quería rotular a Brokeback mountain (Ang Lee, 2005) como un western o quienes afirmaban que el díptico de Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003-4) era un spaghetti western de artes marciales.

Lo fundamental es que, además de esas dos grandes condiciones, el género tiene otra serie de características que lo definen con precisión, empezando por su iconografía (los pistoleros, el desierto, la diligencia, el comisario, los indios, etc.). Por eso no es suficiente con que una película contenga o coincida con unos cuantos elementos para considerarla un western o definida por su esquema. En esa medida, sí es forzar la clasificación decir que la película de Ang Lee lo es sólo porque sus personajes usan sombrero, montan a caballo y pastorean ovejas, o que las de Tarantino lo son porque se fundamentan en la venganza y la violencia gráfica.
Para asociar una película con un género tan específico, sin tener que apelar a retorcidas argumentaciones, las coincidencias tienen que ser más sustanciales, tanto en la forma como en sus contenidos. En el caso de Tiempo de morir (1985), desde el espacio mismo en que se desarrolla la historia ya empiezan las similitudes con el western. Porque hay historias y géneros enteros, como éste, que están determinados por el espacio (también ocurre con el cine negro y buena parte de la ciencia ficción, por ejemplo). Son casos en que, si está definido el espacio, en general ya se sabe de qué va la historia y cómo son los personajes y hasta la configuración de la puesta en escena.

En este filme de Triana ese espacio tiene casi todas las características del paisaje físico y sociocultural del western. Porque el lejano oeste no sólo era un lugar geográfico en el que pequeños pueblos se erigían a lo largo de un caluroso territorio distante de la civilización, sino que también esos elementos imponían una forma de vivir y unas relaciones sociales entre las personas. La oposición entre la ciudad y el campo abierto e inhóspito, así como entre el mundo civilizado y la ley del revólver, son dos de los más importantes imperativos del western que son impuestos por el espacio, aunque hay muchos más. Es en este marco social, entonces, que se origina el duelo a muerte entre estos tres “pistoleros” colombianos, y tal conflicto tendrá su desarrollo según las reglas impuestas por las condiciones de esta geografía.

En esa medida, Tiempo de morir se ajusta al esquema y con ello se puede explicar la lógica de ese universo creado por el guión de Gabriel García Márquez. Aunque aquí hay que hacer una importante aclaración, y es que si bien la esencia de esta lógica está presente en la historia escrita por el ahora célebre escritor, fue la versión que hizo el mexicano Arturo Ripsten, en su debut como director en 1965, la que transformó el paisaje campesino y los personajes agricultores del guión original en un western a la mexicana, esto por imposición de su padre, un importante productor mexicano de la época, quien también hizo mexicanizar los diálogos por otro también ahora célebre escritor, Carlos Fuentes.

La versión de Triana igualmente evidencia esta intención de identificarse con los códigos del género, seguramente por cuestiones estéticas y dramáticas, lo cual resulta lo más atractivo del filme, tal vez lo que más fuerza le da y que lo diferencia del resto de películas colombianas. Como al Santiago Nasar de Cónica de una muerte anunciada, el Juan Sáyago de esta cinta también convive con la muerte desde el mismo título. No importa que el alcalde del pueblo trate de evitar esa confrontación que está pendiente desde hace dieciocho años, porque él, como la mayoría de los alguaciles del western, sólo tiene poder para hacer advertencias. Buena parte del western es una colección de muertes anunciadas y sus argumentos están soportados por el sino trágico de matar o morir y la impotencia de todos para evitarlo.

Como en un pueblo del lejano oeste, en el de esta película todos conocen el viejo pleito y a sus contendientes, pero nadie puede hacer nada, porque es un asunto de honor, ya sea vengar la muerte del padre, los unos, o no querer abandonar el pueblo a pesar del inminente peligro, el otro. Así mismo, las pistolas y los caballos son elementos clave del asedio y la resistencia que se da en esta confrontación por honor. Ambos son símbolos de ese universo machista y son usados para ostentar el poder y la fuerza. Tomar o no el revólver para defenderse, no asesinar por la espalda y el duelo final en un polvoriento lugar, marca la construcción de personajes, la ética del pueblo sin ley y la dinámica de las imágenes y las acciones. Además, son elementos que evidencian el alma de western que tiene este filme, con toda su zozobra permanente y el tono de tragedia que por lo regular acompaña a este género.

Por otro lado, retomando el predominante carácter machista de este tipo de cine, las mujeres, en consecuencia, tienen una presencia incidental. Hacen parte de las historias sólo para reforzar la condición masculina, pero atadas por el rol social que el paisaje les ha impuesto. En esta película cada uno de los tres hombres que participan en la contienda, Juan Sáyago y los dos hermanos vengadores, tienen a una mujer. Pero son mujeres encasilladas en los arquetipos del universo patriarcal: la viuda, la virgen y la puta. Ninguna de ellas tiene la más remota posibilidad de incidir en esa caída libre hacia la muerte que allí tiene lugar. Porque el western siempre ha sido dominado por los hombres, cuando una mujer tiene protagonismo y poder de decisión es porque asume el rol masculino: Joan Crawford en Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954), Sharon Stone en Rápida y mortal (Sam Raimi, 1995), y muchas más.

Amparada por el esquema del western, con su simpleza argumental, la contundencia de su premisa y la configuración física de su universo, esta película sostiene siempre su fuerza dramática y narrativa, muy a pesar de esa condición que pesa sobre ella, que bien pareciera una paradójica maldición, y es que se trata de un guión de Gabriel García Márquez, quien no ha tenido mucha suerte cuando asocia su arte literario al cine, que no ha sido pocas veces. Sin embargo, salvo por algunas líneas de diálogo y uno que otro personaje que definitivamente están hechos para ser leídos, lo que pueda tener este filme de anticinematográfico proviene de la puesta en escena, en especial de la dirección de actores, que en ciertos momentos evidencia la procedencia teatral de Triana y algunos de sus actores.

Pasando por alto esta situación, que no alcanza a ser sistemática como para echar a perder la solidez cinematográfica, estamos ante una de las películas mejor logradas del cine colombiano, en lo cual tuvo mucho que ver el esquema al que se acogió. Se trata, en definitiva, de un western crepuscular a la colombiana, un filme que recurre a una serie de códigos del primer género que se inventó el cine, los cuales se ajustan perfectamente a ciertas condiciones de la cultura, la sociedad y la geografía del país. Porque Colombia, salvando las distancias de tiempo y espacio, en muchos sentidos históricamente se ha parecido más al salvaje y lejano oeste que al idealizado paraíso tropical.[iv]

CITAS