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jueves, 19 de agosto de 2010

EL SECRETO DE SUS OJOS

2. EL SECRETO DE SUS OJOS



2.1. SINOPSIS

Benjamín Espósito acaba de jubilarse después de trabajar toda una vida como empleado en un Juzgado Penal. Para ocupar su tiempo libre decide escribir una novela, basada en una historia real de la que ha sido testigo y protagonista. La novela que escribe es, en apariencia, la historia de un asesinato ocurrido en Buenos Aires en 1974, y de la investigación para hallar al culpable. Pero una vez abierta la puerta de ese pasado al propio Espósito se le volverá imposible cerrarla. Primero, porque la turbulenta Argentina de entonces se cuela en la vida de los personajes, con su carga de violencia y de muerte.

Y, sobre todo porque aunque Espósito suponga que la historia que teje habla únicamente del pasado, su búsqueda ilumina de un modo descarnado su propia vida y su presente, y lo pone de frente con un dilema de amor que lo obsesiona desde hace demasiado tiempo. Reconstruir el pasado lo conducirá a bucear en sus propios sentimientos, sus propias conductas y decisiones. Y hallar la verdad terminará por convertirse no en un objetivo literario, sino en la llave que le permita abrir la puerta para vivir el resto de su vida.(2)

2.2. FICHA TÉCNICA

Título El secreto de sus ojos

Dirección  Juan José Campanella

Ayudante de dirección Fernando Alcalde

Producción Haddock Films, Tornasol Films, 100 Bares, Telefe

Guión Eduardo Sacheri, Juan José Campanella

Música Federico Jusid, Emilio Kauderer

Sonido José Luis Díaz Ouzande

Fotografía Felix Monti (ADF)

Montaje Juan José Campanella

Vestuario Cecilia Monti

Efectos especiales Rodrigo Tomasso

Reparto Ricardo Darín, Guillermo Francella , Soledad Villamil, Pablo Rago

Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón, Mariano Argento

Ricrdo Cerone, David Di Nápoli

País(es) Argentina, España

Año 2009

Género Thriller

Duración 127 min. aprox.

Idioma(s) español

Distribución Distribution Company


2.3. ARGUMENTO

La historia, situada en 1999, es contada en forma de recuerdo: en junio de 1974, un agente de la justicia federal, Benjamín Esposito (Ricardo Darín), empieza a investigar el crimen de una joven mujer, Lilliana Colotto de Morales, brutalmente violada y asesinada dentro de su casa en un barrio de Buenos Aires. Su esposo, ahora viudo, Ricardo Morales (Pablo Rago), queda devastado por la noticia; Esposito le promete encontrar al asesino y llevarlo ante la justicia. Éste es ayudado por su asistente alcóholico, Pablo Sandoval (Guillermo Francella), y la recién llegada Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil), una joven de clase acomodada que es la nueva jefa del departamento. El rival de Esposito en el tribunal, Romano, acusa a dos trabajadores inmigrantes para deshacerse del asunto, lo cual enoja a Esposito tras ver que ambos fueron torturados para que se declararan culpables y se enfrenta a Romano en un ataque de furia.

Pronto, Esposito encuentra una pista al mirar unas viejas fotos de la joven asesinada, que le fueron dadas por Morales: en muchas de las fotos encuentra a un hombre, identificado como Isidoro Gómez, que miraba a la víctima de forma sospechosa. Esposito investiga a Gómez, y determina que vive y trabaja en Buenos Aires, pero no logra localizarlo.

Esposito y Sandoval entran ilegalmente en la casa de la madre de Gómez en Chivilcoy, ciudad donde no sólo nació él, sino también la difunta esposa de Morales. Durante el allanamiento, encuentran unas cartas que el sospechoso le escribió a su madre. Sandoval las roba, Esposito se entera manejando de regreso. De vuelta a la Capital Federal, la "visita" sólo les causa problemas con sus superiores, y no logran conseguir ninguna evidencia en las cartas. Además, Gómez sigue en libertad debido a una descuidada llamada telefónica a su madre por parte de Morales, quien desesperadamente quería encontrar al asesino de su esposa. Tras estos sucesos, la investigación del homicidio de la joven es cerrada.

Sin embargo, tiempo después, ya en 1975 Esposito se encuentra a Morales en una estación de trenes en Belgrano y descubre que por todo un año Morales había estado yendo a distintas estaciones de tren en capital federal para tratar de encontrar a Gómez cuando este vuelve del trabajo. Conmovido por la determinación de Morales y el amor de este por su difunta mujer, Esposito logra convencer a Irene de que reabra la investigación. Mientras emborrachandose en un bar, Sandoval hace un descubrimiento: un conocido suyo del bar identifica varios nombres mencionados en las cartas -sin conexión aparente- como jugadores de fútbol pertenecientes a Racing Club de Avellaneda.

Después de identificarlo como fanático de Racing, Esposito y Sandoval van a un partido entre ese equipo y Huracán, con la esperanza de encontrar a Gómez. En una escena memorable filmada en el estadio de este último equipo, lo localizan entre la multitud, pero un gol repentino causa el barullo suficiente para que huya. Una persecución comienza en la que Gómez casi escapa, pero es finalmente atrapado gracias a la asistencia de la policía cuando el se mete accidentalmente en la mitad del campo de fútbol. Esposito e Irene entonces lo someten a una falsa e ilegal interrogación en la oficina en la que Irene logra que Gómez confiese el crimen tras herir su orgullo masculino.

Gómez es juzgado y condenado, pero apenas un mes después Romano, el rival de Esposito, logra que liberen a Gómez y lo contrata como sicario para miembros de la facción de derecha del Partido Peronista para vengarse de Esposito. Esposito e Irene tratan de revertir esto pero la intervención de Romano no se los permite y a Esposito le cae la dura tarea de informar a Morales de que el asesino de su mujer seguira libre, algo que devasta al hombre.

Semanas después, Sandoval se emborracha y se pelea con otro hombre en el bar que frecuenta y Esposito lo lleva hasta su propio departamento para que se ponga sobrio mientras el va a buscar a la mujer de su amigo. Cuando Esposito vuelve con la esposa de Sandoval a su departamento, encuentra la puerta forzada, sus fotos dadas vuelta y a Sandoval tiroteado y muerto en su cuarto. Esposito después concluye que Romano mandó asesinos a sueldo para tratar de matarlo a el y cuando encontraron a Sandoval, este dio vuelta las fotos y pretendio ser Esposito para salvar a su amigo.

Temiendo por su vida, Esposito es forzado a exiliarse a Jujuy con los primos de Irene para evitar a los asesinos de Romano. Este se va de la ciudad y se queda en Jujuy por diez años hasta volver a Buenos Aires en 1985 para encontrar Gómez desaparecido, a Romano asesinado durante la dictadura de 1976 y a Irene casada y con dos hijos.

Tratando de sacarle sentido al caso, Esposito va a visitar a Morales, quien se mudó en el '75 a una casa en la mitad de la nada en las afueras de la Provincia de Buenos Aires. Durante la visita, ambos hombres discuten varios de los eventos que ocurrieron durante y después del caso pero Morales se descontrola después de que Esposito le pregunta cómo hizo para sobrellevar la muerte de su mujer, y más aún la injusticia con la que finalizó su causa. Porque después de enterarse Esposito de que Gómez había terminado como guardaespaldas de Isabel Perón, a este no se lo volvió a ver. Morales le cuenta a Esposito que él ya se había encargado de secuestrar a Gómez y de tirotearlo en el baúl de su auto. Siendo así, Esposito se retira. Pero tras una profunda reflexión guiada por recuerdos, detiene el auto y se dirige campo adentro, de vuelta hacia la casa de Morales. Llegó a esto tras pensar en lo que Sandoval le había dicho "Nadie puede cambiar de pasión". Espósito comprendía el afán que tenía Morales por que Gómez sufriera una estadía eterna en prisión, y no se salvara instantáneamente con la muerte. Así llegó a la conclusión de que era imposible que el damnificado le "hubiera dado el gusto" a su agresor. Tras esperar hasta el anochecer, encuentra a Morales entrando en un pequeño granero con un plato de pequeños trozos de pan. Esposito avanza y mira por detrás de la puerta: Morales lleva ese plato a una celda de cuya oscuridad sale un "anciano" decrépito, quien resulta ser un añejo y maltrecho Gómez a quien Morales mantuvo preso y bien alimentado por 25 años pero ni una vez le dijo una sola palabra. Gomez dentro de su celda se aproxima a Esposito y le ruega que le pida a Morales que le hable. En ese momento Morales, con seriedad en su rostro le dice a Esposito: "Usted dijo perpetua", en referencia a la promesa de encarcelarlo que le había hecho.

De vuelta a Capital Federal, Esposito visita la tumba de Sandoval, y más tarde visita a Irene, dispuesto a confesarle su amor por ella, cosa que ella siempre ha esperado de él. Sonrientes y expectativos, los dos nuevos amantes entran en la oficina de ella y cierran la puerta para tener privacidad.(3)




2.4. COMENTARIOS

Juan José Campanella es, por lejos, el cineasta más astuto de Argentina, junto con ser el de mayor éxito. Esta película, por ejemplo, comienza con un escritor que desecha dos comienzos demasiado melosos para una novela. Este acto insinúa un cierto tono autocrítico, aunque las mismas escenas vuelven a aparecer más tarde.

El relato cubre 30 años, desde el 21 de junio de 1974, cuando la joven esposa de Ricardo Morales (Pablo Rago) es salvajemente violada y asesinada, hasta alguna fecha actual, cuando el suboficial judicial Benjamín Espósito (Ricardo Darín), ya jubilado, regresa al tribunal para escribir una novela sobre el caso que con tanto ahínco persiguió.

El retorno a su antiguo trabajo propicia también el reencuentro con su antigua superior, la secretaria del juzgado Irene Menéndez (Soledad Villamil), una mujer algo más joven a la que siempre admiró pero nunca se atrevió a seducir. Como El hijo de la novia, la película se construye con estos dos movimientos: una empresa ajena, acometida por deber y admiración, y una frustración personal, llevada por sobre el tiempo.

Astutamente, Campanella sitúa a Espósito en los bordes de sus encuadres cuidadosamente descentrados; a veces hay más de media pantalla vacía, sólo para examinar la extrañeza del funcionario, su desafiliación de los opacos actos emprendidos con el móvil de la pasión. Esa posición comunica con fuerza la idea de que Espósito no es un protagonista, sino apenas un testigo, tanto de la investigación como de su propia vida.

¿Acaso no se han sentido millones de argentinos en esa situación oblicua y tangencial respecto de su historia reciente? En un nuevo toque de agudeza, el cineasta hace pasar la política por detrás del relato. Pero lo que transita es nada menos que la dictadura, que viene a cancelar toda justicia. Entonces parece que la mujer violada es una metáfora de la propia nación.

Y luego está lo que todo cineasta con ambiciones intenta alguna vez: un golpe de virtuosismo. El de aquí, cerrando la mitad exacta del metraje, parte como Scorsese y culmina como De Palma: un plano aéreo que cae sobre el estadio de Huracán, pasa sobre la cancha, entra en la barra de Racing, sigue una laberíntica persecución por los camarines y culmina en la cancha de fútbol. La interpretación de los personajes respecto del fútbol como el territorio de la pasión puede satisfacer la imaginación argentina, pero fuera de allí parece el tipo de exceso idiosincrásico que sólo se puede apoyar en una audacia lingüística.

El secreto de sus ojos está muy bien armada, actuada y filmada. Al revés de El hijo de la novia, donde el melodrama oblitera el lado más interesante, el sentimiento de derrota reivindicado con una acción vicaria, aquí ese sentimiento es el centro y el motor, incluso aunque el astuto Campanella no supere del todo el aire de prefabricación, cálculo y manipulación que ha hecho que sus películas anteriores sean tan atosigantes.(4)



Esta mañana he ido a ver, con mi amigo Miguel Ángel, la película argentina El secreto de tus ojos, dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella.

Me ha encantado. Es cine de alto nivel. Un guión excelente (de Eduardo Sacheri, a partir de su primera novela, La pregunta de tus ojos, y del propio Campanella), unos actores colosales, una historia que tiene muchísimo interés. El aficionado al cine agradece cintas de esta calidad. Algo más de dos horas viviendo (disfrutando, sufriendo) de un relato típicamente bonaerense, con una interpretación excepcional.(5).


El secreto de tus ojos es una gran película. No es una buena película de género, no es un trabajo eficaz. Es una gran película. Invitados por la asociación Darín. What else? que preside mi mujer, la vimos ayer junto al amigo cinefrick, a mi hermanito cinéfilo y a mi cuñada. Cien por ciento de ese focus group casero quedó encantado con la película. Por supuesto, pese a algunas reticencias iniciales generadas por los celos no del todo infundados del marido de la presidenta, todos nos afiliamos a la asociación, aunque participaríamos sin inconvenientes en el club de fans de Soledad Villamil y el de Guillermo Francella. Todas las actuaciones, incluyendo los personajes ínfimos de 2 segundos o incluso Pablo Rago, son buenas. La dirección de actores fue siempre una de las cualidades de Campanella pero esta vez logra algo casi milagroso. Todo, desde el arte (excelente, a la altura del de Zodiac) la música, los diálogos, la fotografía, impone un ritmo que atrapa desde el primer momento. El guión, de relojería, tiene algo de la excelente Nueve reinas de Bielinsky, aunque sin su componente mecánica. Es una historia perfectamente armada, bien contada, ambientada en Buenos Aires y desarrollada a lo largo de dos décadas, incluyendo los años de plomo, pero que milagrosamente no intenta educarnos, no nos explica que los argentinos somos así, que la vida carajo o que la tarea de cada director es denunciar injusticias. Es una película de un amante del cine que descree del prestigio del tedio.”



¿Qué nos enseña la película? Entre otras muchas cosas, que hay que ser valientes respecto al amor, porque la vida se te puede pasar en la duda.



Hablando de cine, ya ha salido la revista Fotogramas del mes de octubre. Mirito Torreiro, el maestro Torreiro, le da cinco estrellas (sobre cinco) a El secreto de tus ojos. Escribe: “un Campanella que regresa en plena forma: mostrando y escondiendo, dejando cabos sueltos que siempre serán retomados. Y moviéndose en el terreno en el que mejor sabe jugar: el cine de género (aquí, un thriller con tantas capas como historias se entrecruzan en él), con una buenísima trama criminal, una estremecedora historia de amor y unos actores superlativos: atención al duelo entre un Darínque jamás estuvo mejor, y un Guillermo Francella sencillamente magistral. Académica pero bien resuelta, siempre apasionante en su desarrollo, y con un acabado técnico que ya querríamos ver más seguido en nuestro cine, El secreto de sus ojos es una de esa películas que huelen a premios se miren desde donde se miren.”(6)



Mi nombre es Juan Olivares, soy un Chileno viviendo en Buenos Aires hace ya casi 8 añose y me dedico a hacer Efectos visuales. trabaje en El Secreto de sus Ojos durante 8 meses como compositor digital, sino que también porque tiene un nivel de post produccion nunca antes visto en una película latinoamericana. Me parece que es una pelicula que puso una vara muy alta para el nivel de efectos que se generan en nuestras tierras y creo que merece un poco de atención y reconocimiento por lo que se hizo.

Entonces, me dirijo a ustedes, primero para hacerles saber de todo esto, y segundo, para que se den una vuelta por su cine favorito, la vean y juzgen por ustedes mismos, ya que si bien a estas alturas corren por internet un par de DVD rips que tienen una calidad aceptable, les recomiendo verla en cine). Les adelanto que la película tiene un plano secuencia de 6 minutos (que es, por asi decirlo, la guinda de la torta) en el cual se uso el software MASSIVE para llenar un estadio de fútbol con mas de 10.000 personas generadas integramente en 3D con un resultado que no tiene nada que envidiarle a las super-producciones hollywoodenses. Hago hincapié en esto porque es la primera y única película latinoamericana hasta el momento en usar este tipo de herramientas.

Quisiera aclarar que yo solamente trabaje como compositor digital, realizando labores que iban desde composición de 3D con imágenes reales, rotoscopia, chroma keying, matchmoving y eliminación de errores de rodaje (corrección de maquillaje, borrado de micrófonos, etc), o sea que solo fui parte de un equipo de varias personas que pusieron lo mejor de cada uno para que todo saliera lo mejor posible. Mi intención no es darme créditos ni hacerme notar ni nada por el estilo, solamente quiero dar a conocer que en Latinoamérica también podemos hacer cosas buenísimas, porque talento y personas hay de sobra, solo falta gente arriesgada (con esto me refiero a productores y directores) que quieran subirse al carro de las nuevas formas de producción, abrir el camino de un mercado que esta muy en alza en nuestras tierras y también, para que nuestros directores puedan contar mas y mejores historias, no necesariamente me refiero al efectismo visual, sino que también como una gran herramienta de libertad creativa y de apoyo narrativo.

Les dejo un gran abrazo y espero que sigan difundiendo todo lo que tiene que ver con el mundo audiovisual y especificamente lo que tiene que ver con el mundillo de losefectos visuales en nuestras tierras.(7)



“El Secreto de sus Ojos” es una coproducción Argentina/Española dirigida por Juan José Campanella. El guión está basado en una novela llamada “La Pregunta de sus Ojos” de Eduardo Sacheri, quien también colaboró en la adaptación cinematográfica junto al director.

El thriller está protagonizado por Ricardo Darín y Soledad Villamil, acompañados en papeles importantes por Guillermo Francella y Pablo Rago. No es la primera vez que el director dirige a Darin y Villamil, ya ocurrió en 1999 con “El Mismo Amor, la Misma Lluvia”, film que también protagonizaron junto a Ulises Dumont, Eduardo Blanco, Alfonso de Grazia y Alicia Zanca.

Además de contar en su filmografía, películas como “El Hijo de la Novia” o “Luna de Avellaneda”, Juan José Campanella ha venído dirigiendo estos años algunos episodios de varias series estadounidenses, como “House MD”, “30 Rocks”, “Law & Order” y “Six Degrees”.

Luego de su estreno en Argentina el próximo 13 de Agosto, “El Secreto de sus Ojos” se estrenará en España el 25 de Setiembre, mes en el que pasará también por los festivales de San Sebastian y Toronto.

Confieso mi amor por Ricardo Darín. Empezó en el ‘87 con su inolvidable papel de ‘Juanjo’ en el culebrón argentino Estrellita Mía, años más tarde me volvió a cautivar en Nueve Reinas y el Hijo de la Novia, así que antes de entrar al cine ya me había robado el sueño. Me senté en la butaca con una gran barra de chocolate y dispuesta al reencuentro con el galán argentino. Darín no es el prototipo del ‘guapo’, pero su talento mezclado con sus ojos claros, y alguna que otra cana, hacen una combinación demoledora.

La trama es un flashback a la Argentina de 1971, donde Benjamín Espósito, agente de la justicia federal, toma el caso de una joven violada y asesinada. Conmovido por el amor que siente el viudo, Espósito hace suyo el proceso y no descansa hasta encontrar la verdad. Ya jubilado y sin más distracciones se propone escribir una novela sobre la causa que marcó su vida. Mientras escribe, la luz intensa de la memoria revive sin piedad sus pasiones, sus amores y sus equivocaciones.

La cinta cuenta con la brillante actuación de Guillermo Francella, destacado comediante argentino en el papel de su vida como Sandoval. El ayudante y hombre de confianza de Espósito (Darín), amante de bares de mala muerte e Irene (Soledad Villamil) la correcta abogada de la clase alta argentina, jefa de ambos. Juntos dan vida a una de las más auténticas radiografías a la burocracia estatal de los 70 y a la idiosincrasia porteña con sus dichos y frases características, usadas en la justa medida para robarnos más de una carcajada. Notable es su conexión con el fútbol, gran pasión trasandina y el personaje del juez Fortuna Lacalle, maestro del lunfardo porteño.

Es una obra de arte que llega al corazón, gracias a actuaciones geniales, una dirección y manejo sabio de los silencios, las miradas y la tensión entre sus personajes por parte del gran Juan José Campanella. Además de cuidadas tomas, ambientación impecable y una fotografía excepcional, que permiten sumergirse por completo en el relato y trasladarse al Buenos Aires de hace 40 años. Una historia de amor postergada, que sin beso alguno, hace renacer la esperanza en que el verdadero amor se puede alcanzar, incluso treinta años después… a pesar de que una vida vacía haya pasado por encima.

Aparte de haber ganado merecidamente el Oscar como mejor película extranjera, a mi juicio tendría que haber obtenido a lo menos 2 estatuillas más, El Secreto de sus Ojos es de esas películas que uno simplemente no puede dejar de ver. Así que ahora que ha vuelto a la cartelera y que además está en DVD, no se la pierdan.(8)

CITAS:

1.- http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Campanella


2. http://www.google.cl/imgres?imgurl=http://www.demasiadocine.com/wp-content/uploads/2009/08/el-secreto-de-sus-ojos.jpg&imgrefurl

3.- http://es.wikipedia.org/wiki/El_secreto_de_sus_ojos

4.- Ascanio cavallo Revista del Sabado 09/01/2010

5.- www.791cine.com/blog

6.- http://jccubeirojc.blogspot.com/2009/09/el-secreto-de-tus-ojos.html

7.- http://www.eje-zeta.com/2010/01/26/el-secreto-de-tus-ojos-elevando-el-nivel-del-cine-latinoamericano-en-vfx/

8.- http://www.caras.cl/blog/2010/03/por-que-ver-el-secreto-de-sus-ojos/

jueves, 12 de agosto de 2010

EL SILENCIO DE LORNA

1.- HERMANOS DARDENNE

En 1975, Luc y Jean-Pierre Dardenne fundaron la compañía "DERIVES", que ha producido 60 documentales, incluyendo los realizados por ellos. En 1994, fundaron la productora Les Films du Fleuve.
Ética y estética. Un plano filmado por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne se reconoce en menos de tres segundos por su intensidad y su dinámica. La cámara tiene un lugar esencial como creadora de tensión y lazo caótico entre la interioridad de los personajes y el espectador. La puesta en escena reposa en una estética despojada, la ausencia de música y un dispositivo técnico sofisticado que coloca la cámara tan cerca del protagonista que por momentos parece perseguirlo. Sus películas tienen como escenario recurrente la región belga de Seraing cerca de la frontera alemana, una zona ligada históricamente a las industrias minera y siderúrgica en donde los directores pasaron su infancia. Los Dardenne filman en el margen de esta sociedad y muestran lo que no se suele (o no se quiere) ver: el trabajo de los jóvenes, la desocupación o los problemas de la inmigración clandestina. Es un cine de hondo contenido humanista que sin embargo está lejos ser didáctico o “comprometido” a lo Ken Loach, porque los directores tienen el coraje de no mezclar nunca la representación social con los buenos sentimientos. La marginalidad económica de los personajes no explica su comportamiento, no son víctimas que tienen legitimidad y derecho a hacer cualquier cosa por su condición. El reflejo de las múltiples adversidades o el combate diario por la supervivencia no engendran un cine simplista ni estereotipado. La ética del cine de los Dardenne no admite que se condene a sus personajes a una dimensión unívoca. En cada una de sus películas construyen una moral del relato que se apoya precisamente en la inmoralidad de los comportamientos representados.
Películas. Presentada en el Festival de Cannes en 1996, La promesa marca el principio del reconocimiento internacional para los directores belgas y es la primera manifestación brillante de un estilo realista alimentado por veinte años de práctica militante en el documental. Con Rosetta, película que obtiene la Palma de Oro en 1999, profundizan estos rasgos y construyen una ficción social como si fuera una película de guerra, donde la heroína es filmada como un pequeño soldado resistiendo al enemigo. Aparece por primera vez en su filmografía un procedimiento que será en lo sucesivo su marca de fábrica: el uso de la cámara pegada al cuerpo del protagonista y sus conmociones, un enfoque cerrado que genera la impresión de descubrir con sorpresa cada uno de sus movimientos. Se destaca asimismo el realismo nervioso de la puesta en escena y el uso genial del sonido fuera de campo, recurso que los Dardenne volverán a utilizar seis años más tarde en la secuencia terrorífica de la venta del bebé en El niño (segunda palma de Oro en 2005). Entre las muchas constantes que podemos encontrar en sus películas está el tema de la mirada. Rosetta avanza sin mirar a nadie hasta el inquietante desenlace donde por fin levanta la vista. En El hijo, Olivier (cuyo rostro permanece semioculto porque la cámara se mantiene a su espalda) observa sin cesar al otro protagonista hasta que, sobre el final, los dos miran juntos. El hijo es la obra cumbre de los Dardenne, una película austera y sugerente con un guión férreo y minimalista que lleva al extremo otro de los temas centrales en su cine, las relaciones paterno-filiales.
Política. En la familia de actores emblema de los Dardenne se destaca Olivier Gourmet, que trabajó en todas sus películas y recibió el premio al mejor actor en Cannes por la sutil composición del personaje del carpintero en El hijo. El primer suceso en la carrera de Gourmet fue el padre seco y odioso que interpretó en La promesa, película que marca el debut de otro de los actores de la casa, el notable Jérémie Rénier que encarna al pequeño Igor. Rénier es además el protagonista de El niño y demuestra toda su versatilidad en la soberbia construcción del frágil drogadicto en El silencio de Lorna, la última película de los Dardenne de reciente estreno comercial en Argentina que sirve de excusa para estas líneas. Lorna es una sobreviviente con su propia ley y su propio cosmos, que resiste en una zona donde (como ocurría en El niño) el cuerpo es a la vez la mercancía y lugar de la transacción. Es la película con más planos, elipsis y personajes en la filmografía de los directores, una complejidad que por momentos le resta contundencia. La impronta de Robert Bresson se siente (al igual que con Rosetta, que podría ser la hermana menor de Lorna) en la sacralidad de ciertos momentos y en la redención final (como en un cuento de hadas, Lorna atraviesa un bosque sombrío y encuentra refugio en una cabaña). Se trata de un cierre provisional, porque todas las películas de los Dardenne se detienen en el momento en el que algo se acaba, pero también sobre el principio de otro movimiento. Son documentos que muestran una realidad que preexiste y los sobrevivirá. Finalmente, esta manera de concluir sus películas es también una elección política porque sin redención estaríamos ante una suerte de determinismo social, y en el universo de los Dardenne siempre hay una grieta por donde se puede filtrar la libertad.(1)
Habituales del Festival de Cannes, los hermanos belgas Jean Pierre y Luc Dardenne han ganado ya dos Palmas de Oro (Rosetta, 1999, también premio de interpretación femenina; El Niño, 2005), un premio de Interpretación masculina (El Hijo, 2002) y recientemente el premio al mejor guión con, El Silencio de Lorna (2008). Apenas lógico es preguntarse cuáles son las características de su cine, cuáles las cualidades que en los últimos cuatro de sus siete largometrajes les han valido tanto reconocimiento.
Lo primero que salta a la vista es que estamos ante una esencia doble. En treinta y cinco años trabajando juntos y al unísono, los Dardenne han logrado retratar de forma fidedigna las relaciones familiares. El tema de la paternidad, por ejemplo, lo abordan con excelentes resultados tanto en El Hijo -un maestro carpintero trabaja en la reintegración de jóvenes ex delincuentes y de pronto debe recibir al asesino de su hijo-, como en El Niño -sórdido cuento urbano en el que un joven vende a su hijo y luego se arrepiente-, desde la original perspectiva de un director de dos cabezas que si bien es poco común, tampoco es la excepción, pues existen los Wachowski, los Kaurismaki, los Coen… y los Lumière, nada menos.
Por otro lado, no es evidente que la inquietud de los Dardenne gire en torno a la paternidad; ni siquiera diría que su temática se circunscribe a cuestiones sociales, aunque a menudo recreen ambientes difíciles donde se generan injusticias, pues, como ellos mismos lo han comentado, el hecho de clasificar una cinta como visión social debido a la presencia de seres marginados sería tan restringido como decir que los dramas sicológicos se generan sólo en la clase media. Es verdad que la elección de dichos personajes representa en sí misma un punto de partida desde el cual intentan abarcar el mundo, y ello sí constituye una constante en sus películas, pero las tramas son en cada caso muy diferentes; por eso, más que hablar de un tema yo diría que existe un propósito que unifica su filmografía.
El objetivo de estos cineastas parece ser el ser humano actuando en la inmediatez, es decir, sólo para sobrevivir en ciertas circunstancias que no le permiten sino reaccionar ante la hostilidad del medio ambiente. Así, la vida de Rosetta transcurre entre la caravana donde cada tarde encuentra casi inconsciente a su madre alcohólica y el empleo insignificante que defiende encima de todo, incluso contra un posible cariño, creyendo que va a integrarla a la sociedad de las personas normales a quienes ya ni siquiera sabe reconocer. Es una situación tan extrema como las de las dos películas antes mencionadas; el público difícilmente podría identificarse con ellas y, sin embargo, por alguna razón los personajes nos inspiran empatía. Esto es algo que los propios directores han explicado: quieren que el espectador comparta la experiencia del protagonista aunque al mismo tiempo no pueda identificarse con él… Los Dardenne tienen la capacidad de ponerse bajo la piel del personaje que encarna un titular de periódico, el informe de un juzgado, una novela o un reportaje de tele; saben recrear las vivencias de tales seres aunque les sean totalmente ajenas, y con base en ellas construyen a la persona anónima que ha sido mirada con distancia, con indiferencia inclusive, pero lo mejor es que nos la presentan de la misma forma. Es quizá donde reside su verdadero propósito: fomentar en el espectador una comprensión, una tolerancia ante la diferencia, por eso procuran que éste no se identifique de forma directa con el protagonista sino que reflexione al interior de sí mismo y en verdad se cuestione.
Por contradictorio que parezca, esta misma distancia es también la causa del mayor distintivo de la obra Dardenne. Es tal vez por un deseo de salvarla físicamente que la lente de su cámara se pega tanto al personaje; penetra en su interior más recóndito y ahí permanece, contenida, apenas abriéndose para irnos dando, no sin mucha dificultad, sus sentimientos y el argumento del relato. Efectivamente, de larga tradición en ellos, el trabajo previo que los belgas realizaron en el género documental es evidente en sus posteriores largometrajes; sobre todo en cuanto al movimiento de la cámara. En su filmografía en general dicha cámara se utiliza muchas veces en mano y se mueve junto con el actor para expresar su inestabilidad, parece un poco la energía que lo va escribiendo a medida que él reacciona, y constituye un puente, aunque escabroso, en el vació que lo aísla del prójimo.(2)
FILMOGRAFIA
• El niño (2005) Director, Guionista, Producción
• El hijo (2002) Director, Guionista, Producción
• Les siestes grenadine (1999) Producción
• Rosetta (1999) Director, Guionista
• La promesa (1996) Director, Guionista
• Le silence de Lorna Director, Guionista, Producción

2.- EL SILENCIO DE LORNA

2.1.- SINOPSIS
Lorna, una joven albanesa residente en Bélgica aspira a comprar un bar con su novio Sokol, para ello se asocia con Fabio, un mafioso de poca monta. Fabio ha organizado un matrimonio de conveniencia entre Claudy y ella para que así pueda obtener la nacionalidad. Según el plan de éste, Lorna debería casarse más tarde con un delincuente ruso que también pretende adquirir la nacionalidad belga, pero para que este segundo matrimonio sea posible, Fabio planea asesinar a Claudy. ¿Permanecerá Lorna en silencio? (3)
2.2.- FICHA TÉCNICA
Título original: Le Silence de Lorna
Dirección:  Jean-Pierre Dardenne - Luc Dardenne
Guión: Jean-Pierre Dardenne - Luc Dardenne
Elenco:

  • Arta Dobroshi (Lorna)

  • Jérémie Renier (Claudy)

  • Fabrizio Rongione (Fabio)

  • Alban Ukaj (Sokol)

  • Morgan Marinne (Spirou)

  • Olivier Gourmet
Origen: Bélgica/Francia/Italia/Alemania
Año: 2008
Duración: 105 min.
2.3.- COMENTARIOS
Lorna (Arta Dobroshi) está metida en un pequeño infierno. Casi es posible notarlo con sólo mirarla, la manera ansiosa con que cambia dinero en un banco, la mirada esquiva con que regresa al departamento que comparte con Claudy (Jérémie Renier), el hastío con que se mete a la cama. Lorna, inmigrante albanesa, se ha casado con el ladronzuelo y drogadicto Claudy sólo para obtener la nacionalidad belga.
Sus movimientos los administra un mafioso, Fabio (Fabrizio Rongione), que ya ha previsto que una vez que logre el divorcio de Claudy, Lorna se case por dinero con un oscuro ciudadano ruso, al que ayudará ahora a que él obtenga la nacionalidad.

Toda esta trama se ejecuta con el asentimiento de su novio, Sokol (Alban Ukaj), con quien quiere instalar un bar para, quizás, algún día, llevar una vida normal.

Sin ese propósito cristalino, sin esa decencia hundida y, sobre todo, sin la indeseada compasión, mezclada con repulsa, que le suscita el yonkie Claudy con sus desesperadas peticiones de ayuda para dejar la droga, no se entiende la magnitud del infierno de Lorna. Es una inmigrante tratando de sobrevivir y de ganar legitimidad en un país ajeno, y se esfuerza por ser fiel a esa condición precaria y contracultural; pero es también una mujer joven que no puede rechazar sus sentimientos esenciales, que no puede actuar de una manera contranatural.

Los hermanos Dardenne filman esta historia con la densidad que les es usual. Su cámara está siempre lista para detenerse en los momentos de mayor movimiento emocional (Lorna contemplando a Claudy desmayado en el hospital) y su edición puede prescindir de grandes pasajes dramáticos (el destino de Claudy), pero jamás cortan un instante en el que se estén desplegando las fuerzas que quieren comunicar.

En El silencio de Lorna hay mucho intercambio de dineros, unos trajines que sugieren que las vidas de estos personajes están enredadas en una maraña envilecida de transacciones.

Lorna rompe este tejido en el momento en que toma una decisión (hay que ver la película para entender esto) que materializa su voluntad de redención, punto en el cual comienza el pasaje más inspirado de esta película. No importa si tiene razón o si sólo vive una ilusión o una obsesión: lo que importa es que decide rebelarse contra esa vida negra y hacer caso a su instinto más profundo, y acaso también más desquiciado. Pocas veces se ha escenificado tan bien, en personajes tan pequeños, la idea de la redención como locura.

Ignoro si los Dardenne son cristianos o no. Me parece que su cine lo es. De cualquier modo, pertenecen a esa categoría de cineastas que encuentra una ética de la humanidad en toda realidad, por limítrofe y marginal que ella sea. Quizás es eso lo que hace tan reconfortante a un cine que por otro lado es también áspero, feroz, implacable. (4)

Lorna, la protagonista de su última película, es otro de esos seres marginados cuyos sueños, en este caso, terminan destruidos por la culpa (buscando una vida mejor en Bélgica, la joven albanesa paga por un matrimonio falso con un drogadicto y luego se convierte en cómplice de su muerte llevada a cabo por una red mafiosa que opera en torno a la inmigración) y, sin embargo, carece del o los elementos que a los demás personajes dardenianos los hacen entrañables. Esta vez los belgas filman con planos menos cerrados y un ritmo más lento al acostumbrado; dicen además haber optado por un ambiente urbano (Lieja en lugar de la aislada y desértica Seraing donde siempre han rodado) para resaltar la condición de soledad de esta joven que guarda un secreto; afirman que quisieron potenciar el sentimiento de extrañeza que ella pudiera causarnos. ¿Por qué, entonces, nos duele menos que Rosetta? Por otro lado, en Europa el tema de la migración de los países pobres al primer mundo, con la explotación que implica, tiene un gran alcance social, incluso político; es una situación que nos toca también en América y, no obstante, en este caso nos afecta menos que la desesperación de un padre reviviendo la vida y la muerte de su hijo. Desde mi punto de vista, la diferencia entre ésta y las otras películas es que, si con Lorna tampoco nos identificamos, se debe a la nueva perspectiva de la cámara que no sólo nos aleja de ella sino nos la presenta como falta de intimidad; es decir, abarcamos la totalidad de su superficie, pero no penetramos al interior de donde emanan las reacciones. Además, dicha perspectiva no se centra en su tragedia personal, sino se abre hacia un contexto más amplio, representativo de un serio problema que aqueja a varios grupos sociales y esto, paradójicamente, resulta menos sensible. Parece como si las otras historias más pequeñas, más individuales y únicas, de alguna manera devinieran más universales.

Admiradora de los Dardenne de siempre, no me atrevería a decir que su última película no es tan buena como las otras, aunque la comparación es inevitable. Me parece que al menos no tiene su sello y que para el Festival de Cannes los belgas se han convertido en una costumbre . (5)

Quién haya visto Rosetta o L´enfant puede hacerse una idea de lo que le deparará el visionado de El silencio de Lorna, de los directores Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, habituados a llevarse un buen número de premios con sus películas, las cuales por otra parte más allá de las objeciones que podamos presentar, entiendo como necesarias, pues muestran lo que el cine a menudo no muestra, dado que el espectador quiere algo espectacular cuando se gasta 6 euros para ver una película y no está por la labor de seguir las andanzas de perdedores, cuyas vidas deprimen al más optimista.

El estilo es similar a sus anteriores trabajos, prima la imagen limpia, sin aderezos, personajes que viven al límite, barrios de ciudades inmoninadas, pero en esta ocasión al contrario que en Rosetta la cámara no es puro nervio (lo cual es de agradecer, porque entre la cámara y la sordidez de la historia acabé con el estómago revuelto). La historia va de Lorna, una chica albanesa que vive en Lieja, la cual se casa con Claudy un heroinómano al cual da una cantidad de dinero para a cambio del enlace conyugal obtener la nacionalidad belga. La idea es casarse con él y luego que este muera de sobredosis, para poder entonces casarse con un ruso, que obtendría la nacionalidad belga, al ser ella ya belga. La premisa nos recuerda a Rosetta, esa joven que era capaz de matar por obtener un puesto de trabajo.

Sí, es el siglo XXI, la era del hiperconsumo, pero los personajes que vemos en pantalla están pegados a la realidad y sus problemas no son las típicas ñoñerías que vemos en pantalla con frecuencia. A estas personas no les sobra el dinero, saben que una nacionalidad puede ser la puerta hacia la presunta Europa rica que puede darles lo que buscan: el dinero necesario para abrir un negocio, porque Lorna sale con Sokol, un tipo que sin ser su chulo actúa como tal.

Lorna está en las manos de Fabio un taxista que es el que se encarga de la “ingeniería sentimental”, quien busca los pretendientes a Lorna, encauzando sus devaneos sexuales.

El silencio de Lorna no me ha producido el efecto que me supuso las otras dos películas de los hermanos Dardenne. La notable interpretación de Arta Dobroshi hace creíble y entrañable su aciaga historia personal, porque a pesar de su situación, de su coraza ante el medio, hay debajo de todo ello un corazón que late, unos sentimientos que la avalan, aunque las circunstancias la hagan perder la cabeza. (6)

El silencio de Lorna (Le silence de Lorna), el nuevo filme de los hermanos predilectos de este festival, los belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne. La crítica la ha recibido con entusiasmo y decepción en partes iguales. En Cinematical subrayan este recibimiento luego de la proyección, y no la consideran en la carrera para la Palma de Oro. En El País, por el contrario, se resignan a que los Dardenne se lleven otra vez “algún premio de los gordos” (Sordidez y aburrimiento: más de lo mismo en el cine de los Dardenne).
La bella actriz kosovar Arta Dobroshi interpreta a una inmigrante albanesa en la ciudad belga de Liège (un nuevo escenario para los filmes de los Dardenne, que siempre han ubicado sus historias en su ciudad natal, Seraing), cuyo matrimonio por conveniencia -para obtener la ciudadanía belga- con Claudy, un patético drogadicto (interpretado por Jérémie Renier, el actor fetiche de Jean-Pierre y Luc), se complica al verse envuelta en un negociado criminal para traficar con su recién obtenida ciudadanía europea.

La performance de la protagonista (en la foto, recibiendo el saludo de los brothers) sí ha obtenido prácticamente puros aplausos, pueden ver algo de eso en la crítica de Variety. En Screen Daily también destacan su actuación, pero sentencian “la película decepcionará a los fans de sus últimos filmes, sobre todo L’enfant”. Ver para creer. (6)

Lorna, una joven albanesa residente en Bélgica aspira a comprar un bar con su novio Sokol, para ello se asocia con Fabio, un mafioso de poca monta, que le ha organizado un matrimonio de conveniencia con Claudy –un adicto a las drogas- para que así ella pueda obtener la nacionalidad. Según el plan de éste, Lorna debería casarse más tarde con un delincuente ruso que también pretende adquirir la nacionalidad belga, pero para que este segundo matrimonio sea posible, Fabio planea asesinar a Claudy.

Esta es la trama de El silencio de Lorna (2008), la nueva obra de Jean-Pierre y Luc Dardenne, creadores entre otras de El hijo (2002) y El niño (2005). Como en estos films, también los personajes se mantienen en niveles oscuros, por lo que nunca llegamos a conocerlos del todo, produciendo que el espectador se mantenga atento a cada detalle pensando que puede llegar a ser revelador.

El silencio de Lorna es una película de personajes, interpretados firmemente por Arta Dobroshi (Lorna), Jérémie Renier (Claudy), Fabrizio Rongione (Fabio) y Alban Ukaj (Sokol). Es en este punto –además del guión que también lo escribieron juntos- donde se nota la jerarquía de la dupla de directores. En ningún momento flaquean las actuaciones, siempre mantienen la dosis justa de dramatismo y austeridad, y no solo debido a sus cualidades individuales como intérpretes, sino a los grande marionetistas que llevaron este proyecto a la pantalla grande.

En un final sorprendente e inesperado los hermanos Dardenne llevan a Lorna hasta sus últimas consecuencias. Logrando así llevarse el Premio al Mejor Guión en Cannes 2008 y a Mejor Film en los Lumiere Awards, además de varias nominaciones, entre ellas las de Arta Dobroshi como mejor actríz en los European Film Award.(8)

El cine de de hoy no tendría gracia sin las películas devastadoras de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Es verdad que no siempre dan en el blanco. Es cierto que a veces se hunden en su propia desesperanza. Pero los dos documentalistas belgas, que hasta el momento han escrito, producido y dirigido siete ficciones de un realismo aterrador (pensemos en las rutinas dolorosas que captan en relatos como Rosetta, El hijo y El niño), le han dejado al cine de estos últimos años una manera frenética de mover la cámara; una mirada desencantada de cierto lugar del planeta, esa parte de Europa que nada tiene de primer mundo, que nos recuerda que siempre puede caerse más bajo; y una energía, no vista desde los días del neorrealismo italiano, para acercarse a los personajes de todos los días.

Tal vez esto último sea lo más importante de la obra de los Dardenne: nos ha probado lo lejos que estamos de sentir lo que sienten los otros, nos ha presentado a una serie de personas maltrechas que entienden demasiado tarde el significado de la palabra “prójimo”.

Es eso lo que le sucede a la protagonista de El silencio de Lorna: una tarde descubre, como el recién operado al que acaban de pasársele los efectos de la anestesia, que carga un dolor terrible en el centro del cuerpo en nombre de todas las personas que ha pisoteado para llegar a donde está. Lorna es una heroína albanesa golpeada por la vida que no puede darse el lujo de pensar qué está bien y qué está mal y que dedica sus pocos minutos libres a imaginar el bar que abrirá con su novio Sokol. Se ha casado con un heroinómano llamado Claudy para obtener la nacionalidad belga. Pero desde que le ofrecen una buena suma de dinero por deshacerse de él, desde que le piden que lo conduzca a una sobredosis, comienza a sentir el impulso de no hacerle daño: es como si el silencio del título se le convirtiera, gradualmente, en un grito de auxilio.

Se ha dicho que el acto final de El silencio de Lorna no tiene pies ni cabeza, que el drama se resuelve “porque sí”, que se nota, en esos 30 minutos finales, que los Dardenne esta vez no sabían qué hacer con su protagonista. No hagan caso. No es verdad. Es cierto que la Lorna del principio no es la Lorna de la última escena. Que va de una orilla a la otra, de la A a la Z, como una oruga que se convierte en una mariposa negra. Y sin embargo no me cabe duda de que esa era la idea. No estamos ante una resolución sacada de la manga, no, no estamos ante un giro que viene de la nada. La esencia de la historia, la razón por la que valía la pena contarla, está contenida en esa extraña escena en la que el personaje principal se da cuenta de que la compasión se ha tomado su cuerpo.

No digo nada más. Creo que cada quién debe enfrentarse solo a esa secuencia. Y que la compasión también es la clave en ese caso. (9)

Pasaron tres años desde la última vez que los porteños tuvimos la suerte de ver una película de Luc y Jean-Pierre Dardenne. Después de El niño, El silencio de Lorna vuelve a convencernos no sólo del talento de los hermanos belgas sino de su sensibilidad social y de su coherencia personal y profesional. Sin dudas, ésta es una buena oportunidad para reencontrarnos con un cine que cuenta algo, dice mucho… y explica poco.

Como sus antecesoras, El silencio… se distingue por su economía de palabras y de escenas pre-digeridas. Como su protagonista, este film nos invita a abrir y cerrar candados/cerraduras cuyos espacios albergan realidades crueles: no sólo la de Lorna, sino la de Claudy, Fabio y Sokol.
Lejos de recrear el formato coral, los personajes imaginados por los Dardenne aparecen en tanto engranajes de un submundo que yace debajo del Primero, y que se inserta en el escenario de una globalización despiadada y perversa. La presencia de lo marginal es tal que el silencio no es exclusivo de Lorna; de hecho quienes rodean a esta mujer albanesa hablan apenas lo necesario.
Sin verborragia, sensacionalismo ni golpes bajos, los hermanos cineastas muestran los entretelones de una mafia ¿europea?, ¿internacional?, especializada en el negocio de la inmigración, en los nuevos espejitos de colores que prometen el acceso a una ciudadanía (y a un poder adquisitivo) de primer nivel. También denuncian otro tipo de prostitución que -vaya paradoja- no gira alrededor del sexo sino del sacrosanto matrimonio.
Sin dudas, Luc y Jean-Pierre saben contar historias, pintar frescos y convocar a un elenco a la altura de sus exigencias. Así lo prueba la elección del actor fetiche Jérémie Renier, de Fabrizio Rongione y de los desconocidos (al menos por estas latitudes) Arta Dobroshi y Alban Ukaj entre otros.
Por todo esto, El silencio de Lorna es una película sumamente recomendable. Permite que los seguidores de los Dardenne renovemos nuestra admiración, y que quienes aún no los conocen puedan darse el gusto de descubrirlos, valorarlos e incorporarlos como referentes de un cine que cuenta algo, dice mucho… y -gracias a Dios- confía en los beneficios de explicar poco.
   
Dentro del panorama del cine europeo actual, son muchos más los directores que se esmeran por filmar películas fáciles de distribuir a nivel mundial, que los que se arriesgan a mostrar el lado oscuro de la realidad que vive el viejo continente. Mientras el cine industrial alemán, italiano, español, inglés o francés con aspiraciones estéticas (cine qualité) busca plasmar historias burguesas y conformistas para consumo de la burguesía conformista, algunos pocos realizadores se meten con problemas tan urgentes y reales como la desocupación, la falta de oportunidades para los jóvenes, la inmigración de los países pobres, la discriminación y la miseria en las grandes ciudades. Dentro de este último grupo podemos ubicar a los veteranos realizadores belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, más conocidos como “los hermanos Dardenne”, que ostentan el record de haber ganado dos veces la Palma de Oro del Festival de Cannes (máximo galardón del cine mundial), con sus películas Rosetta (1999) y El niño (2005). En 2008 volvieron a ganar, esta vez el premio al Mejor Guión por su película El silencio de Lorna. En ella, una joven albanesa que vive en Bélgica sueña con abrir un bar junto a su novio. Pero para alcanzar su sueño tiene que pactar con la mafia, que le arregla el casamiento por conveniencia con un drogadicto, para así tener la ciudadanía belga y casarse después -divorcio mediante- con un ruso.
 Los hermanos Dardenne vuelven a plantear aquí su preocupación por la inmigración y la marginalidad, de forma tan cruda y contundente como lo hicieron en La promesa (1996). El viaje interior de Lorna y su transformación es el hilo conductor emocional de esta historia de supervivencia. La relación de Lorna con Claudy (Jeremie Renier), el drogradicto perdido con quien se casa, va mutando hasta que ella se involucra con su drama y cae la coraza con la que suele realizar los trámites tendientes a alcanzar su sueño. Esa lucha interior, que la sitúa en una batalla constante de ella sola contra el mundo, la enfrenta a un dilema cuando descubre que está embarazada, y que conservar al bebé sería desafiar a la mafia: Lorna encuentra en ese hijo una razón para vivir que la conmueve y le devuelve su humanidad perdida. (10)

 El cine de los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne, seco y vigoroso, ríspido y fluido, con el intercambio monetario reemplazando al intercambio sentimental, sigue centrándose en personajes que se mueven -cercados por la realidad y los dilemas morales- en las márgenes del opulento sueño europeo de las últimas décadas. Por eso ahora, en tiempos en que no queda claro si el sueño terminó o si pasa por una fase de pesadilla, algunos le encuentran rasgos premonitorios. Pero la potencia del estilo Dardenne no radica en mostrar la magnitud de una enfermedad social, ni tampoco en anticiparla, sino en transmitir sus síntomas a través de la crisis de un individuo o de un grupo familiar.

En El silencio... vemos a una inmigrante albanesa (excelente actuación de Arta Dobroshi) que convive con un drogadicto belga, con el que se casó para conseguir la ciudadanía de la Unión Europea (gran papel de Jérémie Renier, que en El niño vendía a su hijo y acá se vende a él). Lorna, débil engranaje de un mecanismo mafioso, debió pagar por su matrimonio. Y debería pagar por el divorcio, para así poder casarse con un ruso, "darle" su nueva ciudadanía y ganar el dinero para cumplir un sueño: poner un bar en Bélgica con su novio. Pero el plan del entorno de Lorna, aceptado en principio por ella, era eliminar al adicto belga fingiendo una muerte por sobredosis. Nada raro: la opción más rentable, en la lógica de mercado.

Los Dardenne, por supuesto, jamás remarcan las connotaciones sociales ni utilizan elementos narrativos ampulosos para transmitir la gradual grieta moral de Lorna. Más bien apuestan a miradas, a gestos ínfimos. Pero no son minimalistas en un sentido dramático. A través de la elipsis y de la dosificación de información, manejan el suspenso y la intensidad de la trama. Esta vez, sin esa cámara nerviosa que desde el hombro o la nuca de un protagonista pone al espectador en su lugar. En El silencio... hay más distancia: la puesta de cámara es más reposada, externa, frontal. Podríamos decir que en este filme los Dardenne abandonan la primera persona de, por ejemplo, El hijo, para adoptar la tercera persona, aunque centrada en un solo personaje.

Con algunas secuencias de despojada sordidez, El silencio¿ atrapa al espectador a través de una trama bien contada y de algunos giros fuertes, imprevistos. La película puede ser vista, también, como un sutil thriller. La narración avanza sin retórica, sin flashbacks, sin sobreexplicaciones, a través de los actos de los personajes; los más dramáticos no son mostrados en el instante en que ocurren, sino en sus efectos. Hay elementos que se repiten: billetes que pasan de mano, llaves que se pierden, celulares que ¿comunican? También, destellos de darwinismo social: el desamparado personaje de Renier echa, sin abrir la puerta de la casa, a alguien que le pide ropa usada. Aun en la base de la pirámide, siempre existe un subsuelo habitado por seres que pueden ser menospreciados.

Ajenos al maniqueísmo y al sentimentalismo, los personajes se mueven con la ambigua potencia de lo real: no es casual que los Dardenne vengan del documental y usen historias verdaderas como disparadores de sus filmes ficcionales. Por último, el tema de la maternidad: Lorna comienza a quebrarse cuando el joven drogadicto le demanda un cuidado casi infantil. Más adelante, el tema se apropiará de ella y de parte de la trama. El reparo final de muchos dardennistas de la primera hora será que esta película es la menos personal de los realizadores belgas. Puede ser. También que tiene méritos y que no desentona en una carrera por ahora impecable.(11)

En gran medida, la importancia del cine de los hermanos Dardenne reside en su interés por mostrar el lado oscuro de esos países del Norte cohesionados y fortalecidos por el Euro (pocos directores actuales del continente se animan a lo mismo: Michael Haneke, Fatih Akin, Bruno Dumont...). Esa Europa centro-occidental que parece día a día extender y fortificar un poco más sus fronteras burocrático-aduaneras frente al resto del continente –y del mundo– que mira con recelo el estilo de vida primermundista que allí llevan. De ahí que la filmografía de estos belgas esté atravesada por personajes marginales, desesperados, en lucha constante por ser parte de un sistema que hace de la exclusión una de las bases de su status.

En esta nueva película conjunta, los Dardenne deciden seguir cámara al hombro a Lorna, una albanesa que se instala en Bélgica gracias al casamiento arreglado con un drogadicto a cambio de dinero. Pronto, Lorna (quién físicamente parece una Rosetta –protagonista del film homónimo de estos mismos hermanos– ya hecha mujer) es incitada por una mafia montada en torno de la inmigración clandestina para que deje morir a su esposo y así, una vez viuda, contraiga matrimonio nuevamente, ahora con un ruso, a cambio de más dinero. Claro que acá, como en todos los trabajos previos de los Dardenne, el verdadero conflicto que en el fondo moviliza a los personajes no es material ni mucho menos de género, sino moral. Una vez que Lorna deja morir a su marido, pasa de ser cómplice de una muerte a convertirse en otra pobre víctima de una sociedad perversa.

Movida principalmente por sentimientos de culpa y un fuerte deseo de redención, esta mujer comienza una carrera desesperada por mantener la memoria y el legado de su "esposo", drogadicto y por ende desechable para una sociedad en donde quién no produce no sirve. Por eso mismo, los primeros síntomas del embarazo psicológico que desencadena la crisis que sufre esta protagonista se dan en una escalera –símbolo de ascenso social– del local que alquila con la plata conseguida mediante su silencio y su no-accionar. Lo que permite atisbar la gran pregunta que proponen los hermanos esta vez: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a llegar para ingresar a un mejor nivel de vida?

Las virtudes con las que encaran esta problemática son comunes a sus películas anteriores La promesa, Rosetta, El hijo y El niño (salvo Rosetta, todas cubiertas por CINEISMO; ver links al pie) . A destacar, la distancia siempre prudente con que se acercan a sus personajes (en está ocasión, tratándose de una inmigrante venida de la otra Europa, deciden colocar la cámara unos metros más lejos, comunicando la incomprensión que les produce una persona de estas características), nunca juzgándolos ni sometiéndolos a caprichos; y, por otro lado, la fe depositada en la humanidad de los mismos y su capacidad para convertirse en héroes mediante acciones pequeñas pero de gran valor.

Una nueva película de un autor, para conformar una gran obra, debería mantener las constantes que lo definen y a la vez introducir variantes que produzcan crecimiento y progresión en una filmografía, en un todo. Pues bien, en El silencio de Lorna, los Dardenne se mantienen fieles a su cosmovisión a la vez que apuestan a cambios temáticos: indagan sobre las cuestiones inmigratorias, trabajan con una mujer adulta, madura y consciente de sus decisiones como protagonista (encarnada por Arta Dobroshi, una actriz que contagia fortaleza a la vez que vulnerabilidad); y también formales: un trabajo de cámara más estable, reflexivo y a la vez menos nervioso y urgente, sexo carnal e intenso, algunas notitas de música incidental sobre los títulos. Recursos, todos, que se adaptan perfectamente a la historia que deciden narrar. Así, vuelven a demostrar una vez más que en el mundo liberal, cínico y cruel en el que vivimos, el corazón todavía puede pesar más que un puñado de euros. (12)

CITAS:

1.- http://cinemarama.wordpress.com/2009/05/18/el-cine-de-los-hermanos-dardenne/

2.- http://www.septimovicio.com/world_cinema/26092008_belgica_cinema_el_silencio_de_lorna/

3.- http://www.eneccine.com/elsilenciodelorna/elsilenciodelorna01.doc

4.- AscanioCavallo "El silencio de Lorna", Revista del Sabado , 26/09/2009

5.-http://www.septimovicio.com/world_cinema/26092008_belgica_cinema_el_silencio_de_lorna/

6.- http://www.cuak.com/critica/el-silencio-de-lorna/

7.- http://www.cinencuentro.com/2008/05/20/cannes-2008-los-dardenne-dividen-la-critica-con-el-silencio-de-lorna/

8.- http://www.cinevivo.org/home/index.php?tpl=home_nota&idcontenido=2482

9.- http://www.semana.com/noticias-cultura/silencio-lorna/124869.aspx

10.- http://habiaunavezunachica.blogspot.com/2009/05/critica-el-silencio-de-lorna.html

11.- http://www.clarin.com/diario/2009/05/14/espectaculos/c-01301.htm

12.- http://www.cineismo.com/criticas/silencio-de-lorna-el.htm

viernes, 6 de agosto de 2010

EDUCANDO A ARIZONA

1. HERMANOS COEN


1.1. JOEL COEN

Joel y Ethan Coen durante el rodaje de Intolerable Cruelty

Biografía: Director y guionista norteamericano que, junto con su hermano menor Ethan, forma uno de los dúos más creativos del cine de Hollywood. Estudió en la Universidad de Nueva York antes de dedicarse al cine. En 1982 fue asistente de editor de su amigo Sam Raimi en Diabólico (The Evil Dead). En 1984 debutó con Ethan en la realización con Simplemente sangre (Blood Simple).

Desde entonces, a la hora de repartirse créditos, Joel figura como director, Ethan como productor, y comparten los roles de guionistas y editores, pero está claro que la propiedad creativa de sus obras pertenece a ambos. Con Simplemente Sangre, los Coen mostraron ya una de las características esenciales de su estilo: tomar un género clásico -en este caso el film negro- y reinterpretar todas sus reglas. Sin embargo, esta opera prima exhibe un uso austero de recursos y un equilibrio estilístico que en el resto de su filmografía serían reemplazados por un desbordado sentido del humor.

En 1985 escribieron el guión de La academia más loca del mundo (Crimewave), que dirigió Sam Raimi. Y en 1987 tuvieron un pequeño éxito con la comedia alocada Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987), con Nicolas Cage y Holly Hunter. En 1990, cuando realizaron el film de gangsters De paseo a la muerte (Miller's Crossing), con Gabriel Byrne, Albert Finney y la actuación consagratoria de John Turturro, ya tenían una audiencia de seguidores de su cine, especialmente en Europa. Y Barton Fink (idem, 1991), sin un género definido y con su excesiva estilización y recursos para construir la nada, se encargó de extender los límites de ese círculo, brindarles la Palma de Oro y consagrarlos como "intelectuales" del cine.

Tras la incomprendida El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994), una irónica recreación de las comedias clásicos de Hollywood, les llegó el momento de consagrase en su país, Estados Unidos, con el thriller pueblerino Fargo (idem, 1996), que les dio nada menos que el Oscar al Mejor Guión Original y el de mejor actriz para la protagonista Frances McDormand, esposa de Joel desde 1984. Luego llegarían El gran Lebowski (The Big Lebowski), que revisa en tono de comedia el género detectivesco, y Dónde estás hermano (Where art thou, brother, 2000), otra demostración del humor irreverente de los Coen, reubicando la Odisea en la Gran Depresión. (1)

9.2. ETHAN COEN

Biografía: Guionista y productor, forma junto a su hermano mayor Joel uno de los dúos más creativos del cine estadounidense. Ethan estudió Filosofía en la Universidad de Princeton. Después de la graduación, comenzó a escribir guiones con su hermano y en 1984 debutó en el largometraje con Simplemente sangre (Blood Simple). Desde entonces, a la hora de repartirse créditos, Joel figura como director, Ethan como productor, y comparten los roles de guionistas y editores, pero está claro que la propiedad creativa de sus obras pertenece a ambos.

Con Simplemente Sangre, los Coen mostraron ya una de las características esenciales de su estilo: tomar un género clásico -en este caso el film negro- y reinterpretar todas sus reglas. Sin embargo, esta opera prima exhibe un uso austero de recursos y un equilibrio estilístico que en el resto de su filmografía serían reemplazados por un desbordado sentido del humor.

En 1985 escribieron el guión de La academia más loca del mundo (Crimewave), que dirigió Sam Raimi. Y en 1987 tuvieron un pequeño éxito con la comedia alocada Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987), con Nicolas Cage y Holly Hunter. En 1990, cuando realizaron el film de gangsters De paseo a la muerte (Miller´s Crossing), con Gabriel Byrne, Albert Finney y la actuación consagratoria de John Turturro, ya tenían una audiencia de seguidores de su cine, especialmente en Europa.

Barton Fink (idem, 1991), sin un género definido y con su excesiva estilización y recursos para construir la nada, se encargó de extender los límites de ese círculo, brindarles la Palma de Oro y consagrarlos como "intelectuales" del cine.

Tras la inconprendida El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994), una irónica recreación de las comedias clásicos de Hollywood, les llegó el momento de consagrase en su país, Estados Unidos, con el thriller pueblerino Fargo (idem, 1996), que les dio nada menos que el Oscar al Mejor Guión original. Luego llegarían El gran Lebowski (The Big Lebowski), que revisa en tono de comedia el género detectivesco, y Dónde estás hermano (Where art thou, brother, 2000), otra demostración del humor irreverente de los Coen.

9.3. Filmografía selecta:

Dirección

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Paris, je t'aime (2006)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• ¿Dónde estás hermano? (O Brother, Where Art Thou?, 2000)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Fargo (1996)

• El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994)

• Barton Fink (1991)

• De paseo a la muerte (Miller's Crossing, 1990)

• Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)


Guión

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Paris, je t'aime (2006)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Fargo (1996)

• El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994)

• Barton Fink (1991)

• De paseo a la muerte (Miller's Crossing, 1990)

• Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)

Producción

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Fargo (1996)

Edición

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Barton Fink (1991)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)


10. EDUCANDO A ARIZONA



Raising Arizona (Educando Arizona o Arizona Baby en español) es una película estadounidense lanzada en 1987 y dirigida, escrita y producida por los hermanos Coen. La película está protagonizada por Nicholas Cage, Holly Hunter, John Goodman, Frances McDormand y Randall "Tex" Cobb. Raising Arizona es considerada como una de las 100 mejores películas cómicas en la historia de Hollywood según las listas publicados por el American Film Institute y Bravo.

Pese a no haber tenido éxito comercial el año de su lanzamiento, Raising Arizona se ha convertido en una película de culto en los Estados Unidos por su simbolismo, música, lo poco convencional de sus personajes, así como por el lenguaje utilizado.

10.1. SINOPSIS

Cuando el ladronzuelo H.I. McDonnough (Cage) y la oficial de policia Edwina (Hunter) se conocen, luego de que ella es la encargada de tomar las fotografías de ingreso a la estación de policia, ambos se enamoran y McDonnough promete cambiar y hacerse un hombre de bien. La pareja se muda a una casa rodante en medio del desierto de Arizona.

10.2. FICHA TÉCNICA

• Título original Raising Arizona

• Director Joel Coen

• Guión Joel Coen, Ethan Coen

• Género Comedia, Acción

• Duración 94 min.

• País Estados Unidos

• Idioma original Inglés

Elenco

• Nicolas Cage- H.I. McDonnough

• Holly Hunter- Ed McDonnough

• John Goodman- Gale Snoats

• William Forsythe- Evelle Snoats

• Frances McDormand- Dot

• Randall "Tex" Cobb- Leonard Smalls (El motociclista solitario del Apocalípsis)

• Trey Wilson- Nathan Arizona

• Sam McMurray- Glen

10.3. COMENTARIOS

Una ex mujer policía (Holly Hunter) y un ladrón rehabilitado (Nicolas Cage) se casan. Ante la imposibilidad de tener hijos, deciden raptar a uno de los quintillizos de un magnate local, llamado Nathan Arizona.



Sorprendente segundo film de los hermanos Ethan y Joel Coen: tras el éxito independiente de su ópera prima, el oscuro y ascético policial Simplemente sangre, los cineastas entregan una comedia disparatada y agridulce en la que están cifradas las claves de gran parte de su obra posterior: vértigo visual, personajes de farsa caídos en desgracia, actuaciones desbordantes, un humor absurdo y onírico.

Además de la presencia de algunos actores fetiche de los Coen -Frances McDormand, John Goodman-, es fundamental el aporte del fotógrafo -luego director- Barry Sonnenfeld y del músico Carter Burwell, que ya habían brillado en Simplemente sangre y se convertirían después en nombres importantes de la industria.

Aunque tuvo un aceptable desempeño en taquilla (recaudó US$ 23 millones en Estados Unidos a partir de un presupuesto de US$ 6 millones), este film fue ignorado por crítica y festivales, probablemente desorientados por el cambio de estilo de los hermanos Coen, estilo que sin embargo cuatro años más tarde sería premiado en Cannes con una Palma de Oro para Barton Fink. (3)


Los hermanos Coen logran una historia delirante que mezcla el romance y el crimen con absurdas situaciones de acción. El ladrón H.I. McDonnough es atrapado continuamente por sus crímenes. En sus visitas a la cárcel se relaciona la policía Edwina, que es la encargada de sacar las fotos de los prisioneros. H.I. y Edwina se enamoran y se casan, pero el matrimonio se siente infeliz porque no pueden tener un hijo. Para lograr su sueño, H.I. lleva a cabo un plan bastante arriesgado.(3)



Cuando el ladronzuelo H.I. McDonnough (Cage) y la oficial de policia Edwina (Hunter) se conocen, luego de que ella es la encargada de tomar las fotografías de ingreso a la estación de policia, ambos se enamoran y McDonnough promete cambiar y hacerse un hombre de bien. La pareja se muda a una casa rodante en medio del desierto de Arizona.

Al poco tiempo ambos se enteran que Edwina es estéril y trás ser rechazados en todas las agencias de adopción que visitan (a causa del historial delictivo de H.I.) deciden robar a uno de los quintillizos hijos del magnate local Nathan Arizona. Finalmente roban al niño (presumiblemente Nathan Jr. aunque nunca queda claro) y un libro de cómo cuidar bebés.



Todo parece ir bien hasta que los amigos ex convictos de H.I. Gale Snoats (Goodman) y Evelle Snoats (William Forsythe) se escapan de la cárcel y deciden hacer una visita a casa del matrimonio.

Enojada, Ed le pide a H.I. que haga que sus amigos se vayan, sin embargo, él logra convencerla de que los acepte por un par de días y se compromete a pedirles que no estén presentes al día siguiente pues su jefe y la esposa de éste los visitarán para conocer al bebé.


Cuando el jefe de H.I., Glen (Sam McMurray) y su esposa, Dot (Frances McDormand) visitan a la pareja, Glen malinterpreta un comentario de H.I, y le sugiere que intercambien esposas pues él y Dot son swingers. H.I. se siente ofendido y lo golpea en la nariz, causando su despido de facto lo cual hace molestar a Ed pues ahora tienen más responsabilidades. H.I. decide aceptar la propuesta de robar un banco con Gale y Evelle y se dispone a dejar a Ed a cargo del niño pues reconoce no ser lo suficientemente responsable para ser padre, sin embargo mientras escribe la nota se queda dormido y amanece.


Mientras tanto, la policia inicia la investigación del robo del niño y la prensa se reune afuera de la mansión de Arizona. Al día siguiente es publicada en primera plana la noticia y no pasa desapercibida por el ofendido Glen, quien regresa a la casa de los McDonnough para chantajear a H.I. con no denunciarlo a la policia siempre y cuando éste le entregue al bebé pues él y su esposa están obsesionados con los niños y no pueden tener más. Mientras H.I. y Glen discuten, Gale y Evelle escuchan que el bebé de su amigo es en realidad hijo del acaudalado empresario y deciden secuestrarlo. Con el dinero del rescate y el botín que pensaban obtener al robar un banco rural suponen se podrán retirar y vivir una vida con comodidades.

El secuestro de Nathan Jr. afecta tanto a Ed que mientras van en su búsqueda, le propone a H.I. divorciarse pues, según ella, ambos son demasiado irresponsables como para hacer algún bien el uno al otro.




Él es un fuera de la ley con la irresistible necesidad de asaltar tiendas; ella, una ex-policía. se conocieron y se enamoraron cuando a él le estaban fichando en una comisaría. Ahora, esta peculiar pareja siente la necesidad de completar su familia con un bebé, pero se sienten frustrados cuando se enteran de que ella es estéril. Así que deciden raptar a un quintillizo, pensando que a los padres no les importará mucho al tener cuatro más.




CITAS:
1.- http://www.pantalla.info/persona/9/9156.html


2.- http://www.pantalla.info/pel/7/7222.html

3.- http://cl.livra.com/item/educando-a-arizona/1378177/

4.- http://es.wikipedia.org/wiki/Raising_Arizona

5.- http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.kinetoscopio.com/re/img/cineclub/tb_raising_arizona.jpg&imgrefurl=http://www.kinetoscopio.com/re/actuales/sandiego.html&usg=__8qeDXcb8xmsmCnm_GndeJrQwdhI=&h=150&w=225&sz=21&hl=es&start=47&sig2=jLTuvSJHisT9uy0YakFXQw&um=1&tbnid=TRGBURQAFpbP1M:&tbnh=72&tbnw=108&prev=/images%3Fq%3Deducando%2Ba%2Barizona%26ndsp%3D18%26hl%3Des%26rlz%3D1T4ADRA_esCL356CL356%26sa%3DN%26start%3D36%26um%3D1&ei=uONBS6ubNdWztgfatvWHBw

THE USUAL SUSPECTS

15. BRYAN SINGER



Bryan Singer (n. Nueva York, 17 de septiembre de 1965) es un director de cine y productor estadounidense, popular entre los aficionados a la ciencia ficción por sus trabajos en películas como X-Men o Superman returns.

15.1. Biografía

Bryan Singer es originario de la ciudad de Nueva York, creció en una casa hogar judía en Nueva Jersey, Estados Unidos. Asistió a la escuela secundaria West Windsor-Plainsboro y realizó sus estudios de Dirección Cinematográfica en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y, más adelante, en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Singer fue criado en un hogar judío y ha declarado abiertamente su homosexualidad1 . Asimismo ha manifestado que el haber crecido como parte de una minoría lo influenció en el desarrollo de su película X-Men.

Su compañía productora lleva el nombre de Bad Hat Harry Productions, y realiza trabajos para la televisión, el cine, DVD y videojuegos. Su nombre está tomado de una frase de su película favorita "Tiburón": "That's some bad hat, Harry", se puede oír en el clip de los créditos de la compañía.(1)

15.2. Trabajos

Tras graduarse, Singer dirigió un corto llamado Lion's Den. En este trabajo Singer hizo amistad con el actor Ethan Hawke a quien conocía de su niñez en Nueva Jersey y al editor John Ottman.

Después de proyectarse el corto Lion's Den, Singer se acercó a una productora japonesa de películas de bajo presupuesto y junto con Christopher McQuarrie, su amigo de la secundaria, escribió el guión para 'Public Access, cuyo argumento se desarrolla en un idílico pueblito. Ottman trabajó como editor y compuso la música para la cinta. Durante el Festival Sundace de 1993 la película fue co-ganadora del Gran Premio del Jurado.

Mientras atendían el Festival Sundace de 1993, Singer y McQuarrie empezaron a discutir una idea que McQuarrie tenía para una historia donde "cinco criminales se conocen en una rueda de identificación". La película, Los sospechosos de siempre (The Usual Suspects), ganó numerosos premios incluyendo el premio BAFTA de 1995 a la mejor película y el Premio Saturno para el mejor actor en una película de aventuras y suspense. McQuarrie ganó también el premio de la Academia como mejor guión original y el premio BAFTA por mejor guión. El compositor y editor John Ottman ganó el premio BAFTA por mejor edición y el premio Saturno a la mejor banda sonora. Kevin Spacey ganó el premio de la Academia como mejor actor de reparto.

En 1998, Singer dirigió la película Apt Pupil (en España Verano de corrupción), basada en la novela de Stephen King del mismo nombre. El guión fue adaptado por uno de sus amigos Brandon Boyce. Esta película cuenta la historia de un joven muchacho que desarrolla una mórbida fascinación por un criminal de Guerra Nazi. Esta cinta recoge también una de las experiencias de la niñez de Singer, cuando él y sus amigos formaron brevemente un Club Nazi. Singer ha declarado posteriormente que ese club fue creado debido a la gran atracción que ejercía en ellos la Segunda Guerra Mundial y que de ninguna manera el grupo era antisemita.

Inicialmente Singer se acerco a la 20th Century Fox para dirigir 'X-Men, luego de haber dirigido The Usual Suspects, pero debido a que no era un fan de los comics y desconocía a los personajes rechazó la oferta. Sin embargo, su amigo Tom DeSanto, gran fan de estos y socio de la compañía productora Bad Hat Harry Productions lo persuadió para que reconsiderara la oferta. Singer tras leer los cómics y familiarizarse con los personajes acepto firmar con la Fox. Singer rechazó todos los guiones creados a lo largo de una década para producciones que nunca llegaron a realizarse, finalmente junto con DeSanto crearon el boceto del nuevo guión en una semana y luego lo desarrolló con David Hayter, quien anteriormente había sido su chofer. Con esta cinta Singer ganó el Saturn Award como mejor director del 2000.

A inicios del 2001, Singer planeó dirigir Confessions of a Dangerous Mind, guión escrito por Charlie Kaufman, basada en la novela del mismo nombre escrita por Chuck Barris y protagonizada por Johnny Depp. Sin embargo, la producción se detuvo debido a problemas financieros por lo que Singer abandonó el proyecto. Más adelante este filme fue retomado por Miramax Films quien encargo la dirección a George Clooney y tenía a Sam Rockwell en el papel estelar. Más tarde Singer manifestó que estaba gratamente impresionado por el trabajo de Clooney.

En junio de 2002 se dio inicio a la filmación de la segunda parte de los hombres Xs en Canadá con Singer nuevamente como director, pero esta vez contando con David Hayter, Dan Harris y Mike Dougherty como guinistas. En el 2004, X2 fue nominada por los Hugo Awards como mejor película dramática pero perdió frente al Señor de los anillos: El retorno del Rey dirigida por Peter Jackson.

En el 2002 Patrick Stewart se enteró que Singer había sido un ferviente fan de la serie y arreglo una visita al set de Star Trek: Nemesis y apareció casi al final de la película como un oficial Starfleet en el puente de mando de la nave the Enterprise.

El 16 de noviembre de 2004 una nueva serie dramática relacionada con ambiente médico, salió al aire por la cadena Fox con el nombre de House M.D.. En esta serie Singer es el productor ejecutivo pero también dirigió el piloto y el tercer episodio, incluso tuvo una breve aparición en el duodécimo capítulo donde actúa como él mismo. Actualmente, House es una de las series más populares en Estados Unidos, se emite a través de la cadena FOX y tiene una media de 13 millones de espectadores por episodio. En España puede verse a través del canal FOX y en abierto a través de Cuatro. La tercera temporada se estrenó en USA el 5 de septiembre de 2006."House" ha ganado varios premios importantes: dos Emmys de la televisión. El primero a Hugh Laurie (actor que interpreta a House) como mejor actor de serie dramática, y el segundo para el creador de la serie, David Shore, al mejor guión por el capítulo de la primera temporada titulado "Tres Historias". Además, Hugh Laurie ha conseguido el Globo de Oro al mejor actor en serie de drama en 2006.

Casi como una broma, Singer fue llamado a Nueva Zelanda para dirigir algunas de la últimas tomas del remake de King Kong, pues el director de la película Peter Jackson se encontraba extremadamente exhausto y necesitaba dormir por lo que pidió su ayuda. Sin embargo se le aseguró a los ejecutivos de Universal que ya todo estaba listo. Parte de este procedimiento se muestra en el diario de producción de King Kong de Peter Jackson. Luego se desmintió su participación formal en la realización del filme.

A mediados del 2004, Singer estuvo en negociaciones para dirigir la tercera parte de X-Men para la Fox, casi al mismo tiempo se le ofreció la posibilidad de dirigir la nueva película de Superman, Superman Returns. El 19 de julio la revista Variety reportó que Singer había firmado con la Warner Bros para dirigir la película de Superman; lo que condujo que la Fox diera por terminado su contrato con la compañía productora de Singer Bad Hat Harry Productions. La película Superman Returns fue filmada en Australia durante el 2005. Se estrenó en cines comercialmente en junio de 2006, y en Argentina y otras partes del mundo en julio de ese mismo año. Si bien el estudio estimo una recaudación mayor a la de la película Spider-man, también una adaptación de comics no fue así, la película recaudo solo en Estados Unidos 200 millones de dólares y en el mercado internacional un monto similar, siendo que según el director no esperaba contar con esta recaudación, debido a que consideraba que superman es un héroe norte americano, aun así recaudo 200 millones de dólares en el resto del mundo, este monto no se acerco a lo que el estudio esperaba ya que el costo de la película y esto según el director ascendió a 200 millones de dólares. Por esta razón al director se le redujo el presupuesto a solo 170 millones para una próxima entrega, esto bajo la premisa de tener más acción en la siguiente película. Aún no hay detalles de una secuela, pero si se lo confirmo como director para una próxima entrega.

A finales del 2001, los planes de Singer era los de ayudar a DeSanto en la producción de la nueva serie televisiva Battlestar Galáctica para el Studio USA (hoy NBC Universal Television Studio) y la cadena Fox. Singer tenía el compromiso de dirigir la miniserie que serviría como piloto de una potencial serie. Es así que, en una entrevista para la revista Variety de febrero de 2001, comentó que se sentía muy seguro de que la marca Galactica era un gigante dormido, "Galactica era una serie que había visto la primera vez que salió al aire, desde el piloto hasta el último capítulo. La esencia de esta marca sería muy fuerte en un ambiente donde existe un gran déficit de programas de ciencia ficción". Sin embargo la producción se retrasó también debido a los ataques del 11 de septiembre, lo que llevo a Singer a abandonar el proyecto puesto que ya estaba comprometido para dirigir la secuela de X-men. La cadena Fox, entonces perdió el interés y el Studio USA llevó el proyecto al canal de ciencia ficción Sci Fi Channel y a diferentes equipos de producción, que dio como resultado la nueva miniserie Battlestar Galactica en el 2003 y la serie de televisión en el 2004. Finalmente en verano de 2009 se anunció que Bryan había retomado su proyecto original y adaptaría la serie a la gran pantalla.2

15.3. Filmografía

• Public Access (1993)

• Los sospechosos de siempre (The Usual Suspects, 1995)

• Verano de corrupción (Apt Pupil, 1998)

• X-Men (2000)

• X-Men 2 (2003)

• Superman returns (2006)

• Valkyrie (2008)

16. THE USUAL SUSPECTS


The Usual Suspects (llamada Los sospechosos de siempre o Sospechosos comunes en América Latina y Sospechosos habituales en España) es una película estadounidense de 1995 escrita por Christopher McQuarrie (quien ganó un Oscar al mejor guión original por este trabajo) y dirigida por Bryan Singer. Protagonizada por Kevin Spacey (Oscar al mejor actor de reparto), Gabriel Byrne, Stephen Baldwin, Benicio del Toro y Kevin Pollak.

La película, con un presupuesto de 4 millones de dólares, no fue muy bien recibida en las salas de cines durante el lanzamiento (formando parte de la lista de las “películas más odiadas de Roger Ebert”) pero fue atractiva para muchos seguidores del género de crimen/drama, y es considerada una película de culto. Diez años después de su estreno, permanece en el Top 25 de Internet Movie Database "Top 250 Movie List".(2)

16.1. SINOPSIS

Roger “Verbal” Kint (Spacey), es un pequeño estafador lisiado, que se encuentra en un interrogatorio de la policía de Los Ángeles y le cuenta a su interrogador, el Agente Kujan (Chazz Palminteri) una historia sobre los acontecimientos que desencadenaron en tiroteo y una masacre dentro de un barco apostado en el puerto de Los Ángeles. Usando la narración en retrospectiva, la historia de Verbal llega a ser cada vez más compleja mientras él intenta “aclarar” los hechos, para la satisfacción del Agente Kujan, que está interesado en saber el porque él y sus compañeros de crimen estaban en ese barco.

16.2. FICHA TÉCNICA

Título Sospechosos Habituales, Los sospechosos de siempre

Dirección Bryan Singer

Producción Bryan Singer

Guión Christopher McQuarrie

Reparto
Stephen Baldwin, Gabriel Byrne, Benicio del Toro, Kevin Pollak, Kevin Spacey, Chazz Palminteri

País(es) Estados Unidos

Año 1995

Género Acción / Thriller / Misterio

Duración 106 min


16.3. PREMIOS

• PREMIOS BAFTA 1995 Mejor Película

• PREMIO OSCAR 1995

   o Mejor guión original

  o Mejor actor de reparto

• PREMIO SATURNO

    o Mejor banda sonora

   o Mejor actor de aventuras


16.4. COMENTARIOS

Una Historia que Rompió Moldes: Pongámonos en situación, corría el año 1995, más concretamente primeros de septiembre. Se estrenaba en toda España una película de un nuevo cineasta desconocido hasta el momento, al igual que su elenco técnico, pero avalada por una impresionante ficha artística, con un grupo de los mejores secundarios que un director de casting puede desear, conjuntando un largo reparto coral. El film era "Sospechosos Habituales", el director Bryan Singer, el compositor y montador John Ottman (consiguió el BAFTA), el guión, inenarrable, fastuoso, críptico, magnífico, obra de un maestro, ganaría el Oscar Kevin Spacey en el papel por el que se le recordará siempre, también; el resto es historia.

La prensa comentaba con motivo del estreno las excelencias de la trama, las conseguidas interpretaciones y el ritmo ágil de una película básicamente sustentada en los diálogos entre los diferentes personajes por encima de la acción. La publicidad decía que tenía un guión por el que Hitchcock hubiera matado. Hasta ahí, todo indicaba que aquello iba a merecer la pena ser visto, pero entonces en la sala se apagaron las luces, y un travelling lateral recorriendo las aguas y unas extasiantes notas al piano nos introducían en la mítica de Dean Keaton (Gabriel Byrne), Verbal Kint (Kevin Spacey), McManus (Stephen Baldwin), Hockney (Kevin Pollack) y Fenster (Benicio Del Toro), los sospechosos habituales de un mundo regido por las reglas de la mayor mente criminal que el mundo ha conocido, Keyser Sozë (algo con lo que estamos de acuerdo al concluir el film) y las pautas musicales y rítmicas de John Ottman; entonces descubríamos que este pequeño film nos había conquistado sin remedio.


Las sensaciones al concluir el visionado de la película son coincidentes en la mayoría de los casos, la boca abierta y la mirada ausente intentando recopilar datos para revisionar todo en la cabeza son consecuencias habituales, el sorprendente final te deja sin palabras. El resultado del conjunto nos ha atrapado ya para siempre, y podemos decir sin miedo a equivocarnos, que de entre todos los departamentos que obraron el milagro destaca por méritos propios la composición musical de un recién llegado por entonces al mundo del cine, alguien que curiosamente también firmaba otra de las virtudes ensalzables de la obra, su montaje. John Ottman se había dado a conocer.

La Trama se Despliega Un aroma de misterio y cine negro nos arrulla desde la primera nota, un tema al piano de una melodía equívoca y subyugante nos sitúa en la trama ("Main Title"), parece incluso avanzar y retroceder al mismo tiempo acompañado de leves y breves apariciones del cello primero y el violín más tarde, para concluir con las suaves notas de la sección de viento abrazando literalmente el motivo principal en cadencia descendente hasta prácticamente apagarse, poseyendo esa cualidad atemporal de no pertenecer a una época o un lugar determinados. Las piezas comienzan a disponerse en el tablero y "The Story Begins" nos ofrece una panorámica musical, recurriendo al tema del Misterio (variación del tema principal presente en el segundo tercio del "Main Title"), sobre el escenario del puerto en el que han tenido, o tendrán lugar, dependiendo del trasfondo temporal, los acontecimientos que eclosionan la trama, pues retrocedemos y avanzamos viviendo o recordando éstos junto a los protagonistas. Todo ello de una forma soterrada, sin desvelar aún las cartas.

Ya estamos dentro de la historia, nosotros somos la historia, caminamos al ritmo de los personajes, sabemos lo que ellos saben, y conocemos los datos cuando a ellos les son presentados. Pero alguien lo controla todo, alguien que conoce los peones y en que momento se deben sacrificar. Alguien que nos lleva de la mano hasta el precipicio. En la atmósfera de engaños y verdades a medias nada es lo que parece, estamos indefensos.



Apariencias, Realidades, Encubrimientos, Engaños, y su Música

La tensión a partir de metales y percusión ("Getting on Board") nos domina, la conjunción música-imagen nos hace temblar de emoción ("Payback Time", "New York´s Finest"), la música define primero caracteres, luego personajes. Advertimos la sutilidad marca Ottman para el lírico tema del tullido locuaz "Verbal Kint", la cadencia y la orquestación nos dicen que su personalidad y apariencia es retraída y sensible, a través de la ternura de la melodía, pero unas notas del tema del Misterio integradas en el mismo, se hacen eco de la parte corrupta del criminal (1:20 a 1:30 seg.). De ahí nos trasladamos a la encarnación musical del mal, con unas muy marcadas cuerdas en combinación con el contrabajo y bruscos ascensos y descensos melódicos, concluyendo con un pequeño aporte de la flauta y un crescendo orquestal para presentarnos a Keyser Sozë y sus maquiavélicos planes y acciones en la sombra.

Un espléndido y lírico piano nos sitúa en la tragedia de la pérdida de los seres queridos, definida magistralmente por Ottman primero brevemente, en el elegíaco "It Was Beautiful" (la tragedia de Keaton) y más tarde en el atonal "The Faces of his Family" (la del propio Keyser Sozë, que prefirió asesinar a sangre fría a su propia familia al completo, antes que verla enfrentarse al terrible trauma de la venganza de una banda de gángsters rival). Ottman nos ofrece este momento sin concesiones a la galería, motivando la inquietud con su música, no provocándola, permitiendo que surja.

La ductilidad del compositor nos traslada mediante la sucesión de breves temas a la descripción vertiginosa de motivantes secundarios de la trama, la aparición de "Redfoot", un gángster de relevante importancia en el desarrollo de los acontecimientos aunque fugaz aparición, caracterizado musicalmente por un tema oscuro para banjo solista y diversa percusión exótica, que lleva a los protagonistas a entrar en contacto con el lugarteniente del propio Keyser Sozë, Kobayashi, violines disonantes nos advierten del peligro tras las apariencias (sutil ubicación del tema del Misterio 1:13 a 1:45) dentro de un entorno tenebroso. Pero no podemos dejar de comentar otros momentos reseñados sin duda, por su originalidad y prestaciones, "The Garage", vibrante tema de tensión contenida y emocionante resolución, "The Arrests" original composición percusiva con piano, bongos e incluso cajón flamenco acompañando el montaje paralelo de los arrestos policiales por separado del grupo que luego conformarán los Sospechosos Habituales; o el inquietante y climático "The Killing of a Rat", Herrmaniana muestra del buen hacer de Ottman en la creación de atmósferas en uno de los momentos altamente resolutivos de la trama, recurriendo incluso al mismo tipo de campana que ya usara Danny Elfman en su "Resolution and Finale" para Batman.

Dentro de la estructura de la obra hay muchos situaciones que permiten el brillo de determinados instrumentos en particular por encima del resto: piano majestuoso, cello, flauta, violín, contrabajo, viola, armónica, clarinete, xilófono, o el original uso percusivo antes reseñado con los bongos, cajón flamenco, e incluso maracas, apoyan a la orquesta y la engrandecen cuando el protagonismo es para ellos. Todos elegidos y orquestados para su presentación en el momento más oportuno, y no antes. Y entonces la madeja es desvelada, la trama queda al descubierto. La flauta nos anuncia, acompañada de unas rápidas notas al piano, que hemos sido engañados. La historia urdida, ¿o quizá la música?, nos deja totalmente asombrados cuando descubrimos, quién es realmente Keyser Sozë. Entonces nos damos cuenta de que, no es otro sino John Ottman. (3)


Como Bryan Singer señala en la carpeta del disco, "John ha creado un mundo musical para "The usual suspects", una aventura sinfónica que, una vez concluye, vuelve a comenzar en cada uno de nosotros."

Particularmente, creo que con esta composición John Ottman creó su primera obra maestra. Subrepticiamente define hasta los más pequeños matices, y da pistas sobre los personajes, todo ello sin posicionarse. Y es cuando la resolución está en el aire, que John nos mantiene ahí, hasta que en el último segundo, nos deja caer.

Como el titulo del tema que anuncia el desenlace "The greatest trick", "El más grande truco del diablo fue hacer creer a todos, que no existía, para después, desaparecer ..."

Lo mejor: Todo. Pero destacaremos el magnífico tema central, presente en los títulos de crédito y su reprise en el tema "The Water", los temas de tensión "Getting on Board", "New York´s Finest" o "The Garage" y la impresionante conclusión "The Greatest Trick", en su excepcional combinación con las imágenes.

Lo peor: Si hay que decir algo negativo, quizá algunos temas demasiado incidentales necesitan su mezcla con las imágenes para se apreciados mejor, casos de "Keyser Appears", "The Killing of a Rat" o "The Faces of his Family", pero su integración dentro del conjunto es perfecta.

El momento: Sin lugar a dudas "The Greatest Trick", la música nos guía en la secuencia final de la revelación describiéndonos de una forma magistral todas las sensaciones de los personajes, quedando en un primer plano con el único acompañamiento de la voz en off, en una conclusión musical que contribuye muy mucho a que nuestra boca permanezca abierta hasta muy entrados los títulos de crédito



Es sábado por la tarde cuando escribo estas líneas, justo al terminar de ver por enésima vez -esta vez en blu-ray- el peliculón llamado "Sospechosos Habituales" que, mucho antes que "X-Men" o "Superman Returns", dirigiera Bryan Singer allá por el año 1995, y sigo disfrutándolo casi tanto como la primera vez. Una gozada de trama (Oscar al mejor guión original, cortesía de Christopher McQuarrie), de interpretaciones (entre ellas, Oscar al mejor actor de reparto para Kevin Spacey), de banda sonora, de dirección y de desenlace; la película funciona como una maquinaria perfectamente engrasada, en donde cada elemento está en el lugar apropiado en el momento justo. Un complejo puzzle donde las piezas, según avanza la película, van encajando para formar un resultado final que, como poco, sorprende y maravilla. Y es que "Sospechosos Habituales" merece un segundo y hasta un tercer visionado, por estar llena de sutiles pistas dejadas -nunca al azar- al espectador, de esas de las que uno solo se percata una vez conoce el entramado completo y posterior desenlace de la historia. (4)

CITAS:

1.- http://es.wikipedia.org/wiki/Bryan_Singer

2.- http://es.wikipedia.org/wiki/The_Usual_Suspects

3.- http://es.moviepilot.com/movies/sospechosos-habituales

4.- http://www.bsospirit.com/comentarios/usualsuspects.php