The Party
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Título
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La fiesta inolvidable(Latinoamérica)
El guateque (España) |
Ficha técnica
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Datos y cifras
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País(es)
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Duración
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99 minutos
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Idioma(s)
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Compañías
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Productora
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Distribución
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The party (El
guateque en España y La fiesta inolvidable en Latinoamérica)
es una película dirigida y producida por Blake Edwards y
protagonizada por Peter Sellers.
Argumento
El actor hindú Hrundi V. Bakshi (Peter Sellers)
ha conseguido un trabajo como extra en varias películas hollywoodienses.
Pero, un día su suerte cambia y es escogido como protagonista delremake de
un antigua película, con tal mala suerte que en el descanso destroza sin querer
el decorado y es despedido, siendo proscripto por el productor para trabajar
nuevamente en o para Hollywood.
La trama se complica cuando, por error, recibe una
invitación a una fiesta que organiza el mismo productor de la película
(cumpleaños de su esposa) y él acepta ir. Una vez dentro se verá envuelto en
diversos sucesos que involucran una invasión de espuma, un elefante bebé,
un camarero alcohólico, un pollo volador, uno grupo de músicos rusos, un loro y
un sin fin de situaciones.
La película se ha vuelto una película de culto del cine
humor.
Reparto
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Peter Sellers - Hrundi V. Bakshi
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Claudine Longet - Michele Monet
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Marge Champion - Rosalind Dunphy
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Herb Ellis – Director del filme
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Steve Franken - Mayordomo Levinson
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Fay McKenzie - Alice Clutterback
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Gavin MacLeod - C.S. Divot
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Sharron Kimberly - Princesa Helena
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Denny Miller - Wyoming Bill Kelso
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Al Checco - Bernard Stein
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Corinne Cole - Janice Kane
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Buddy Lester - Davey Kane
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Dick Crockett - Wells
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Frances Davis - Doncella
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Danielle de Metz - Stella D'Angelo
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Kathe Green - Molly Clutterback
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J. Edward McKinley - Fred Clutterbuck
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Allen Jung - Chef
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James Lanphier - Harry
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Tom Quine - Congresista Dunphy
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Timothy Scott - Gore Pontoon
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Carol Wayne - June Warren
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Jerry Martin - Bradford
Curiosidades
Esta fue la primera película que Peter Sellers rodó en
Hollywood.
La naturaleza improvisada del rodaje condujo a que
Eduards y Sellers revisaran su trabajo inmediatamente después del
rodaje.Eduards tenía un sistema de TV con reproducción instantánea acoplado a
una cámara, siendo uno de los primeros directores en usar esta técnica tan
común hoy en día.
Sellers presenta por primera vez al público a su
personaje indio, en el que se Bakshi se basó en La millonaria.El personaje
también hace una actuación especial en Dos frescos en órbita.
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Henry Mancini y Don Black compusieron
la canciones Nothing to Lose y The Party para
la película.
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La filmación fue particularmente tensa por la difícil
relación entre Peter Sellers y Blake Edwards en ese entonces. Ambos decidieron
no volver a trabajar juntos por varios años. Fue la única vez que realizaron
una película en equipo que no perteneció a la saga de La pantera rosa
(1).[i]
COMENTARIOS:
Hrundi V. Bakshi es un patoso actor de
origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Por sus
continuas meteduras de pata, es despedido del rodaje. Inesperadamente, recibe
una invitación para asistir a una sofisticada fiesta organizada por el
productor de su última película. Gracias a Hrundi, en la fiesta se producirán
las situaciones más disparatadas. (FILMAFFINITY)
Críticas
- "Gran comedia, planteada como un puro entretenimiento, en la
que se suceden los gags; las revisiones incluso la benefician. (...) El
extra y el camarero borrachín son personajes memorables"
Francisco
Marinero: Diario El Mundo(2)[ii]
De entre las películas consideradas
clásicos del humor, The Party, o La
fiesta inolvidable –como
se la tituló en latinoamérica-, o El guateque –en España- (1968, Blake
Edwards), posiblemente sea una de las que mejor refleja una
época determinada. No cuesta mucho asociar con la estimulante
década del sesenta su
despiporre general y el alocado happening final, entre hectolitros de espuma,
música a go-go, minifaldas, y hasta un elefante con graffitis hippies.
La historia es simple: un extra de cine, indio (de India) e
hindú, después de desquiciar una filmación y arruinar una toma
única, es pasado por error de la lista de despedidos a la de invitados a una
fiesta en la mansión del dueño de los estudios. Allí, Hrundri V. Bakshi (Peter Sellers), entre una curiosidad
indomable y una especial impericia para dominar los elementos que le rodean,
termina, por, también, desquiciar esa reunión a la que, sin quererlo, acaba por
transformar en una verdadera fiesta, más para los espectadores que para los
atribulados dueños de casa.
Precisamente, un 4
de abril de hace 40
años fue estrenada
mundialmente. Para muchos, está entre las películas más
divertidas de la historia, aunque, según puede verse en algunos foros, no
faltan las que la juzgan aburrida, e incluso los que la condenan por racista,
sobre todo quienes la ven como un menoscabo de los indios (de India).
La cuestión es que puede haber también otra
mirada. Por ejemplo, que la serie de sketchs y gags visuales
que encadena la cinta, muchos homenajes al cine mudo (en especial a Jacques
Tati) y la mayoría producto de improvisaciones (el guión original apenas contaba con
cerca de sesenta páginas, cuando lo común es que sea del doble), concluye por
mostrar a un sapo de otro pozo como es Bakshi comandando lo que
sucede, y encima quedándose con la chica más linda (Claudine
Longet, quien canta Nothing to Lose, de Henry
Mancini, responsable de la también imperdible banda sonora),
ella misma una outsider en ese ámbito.
Sketch del zapato
Algo de ese trastocamiento tienen las escenas del descontrol
final, con la mucama bailando con los integrantes del ballet
ruso y elcamarero borracho –Steve
Franken, una de las figuras de la cinta, sin duda- encontrando
su media naranja con vodka. Ese mismo esquema es el que, por ejemplo, lo
muestra a Chaplin en cualquier situación en la que el
personaje que detenta la máscara del payaso tonto termina por imponerse, o, si
se piensa en Los Tres Chiflados, el corto Hoi
Polloi (1935, Del
Lord), en la que dos científicos intentan en vano convertirlos en caballeros de
sociedad.
Algunos han querido ver en The Party una
lectura sobre cómo sonrotas las
convenciones y los esquemas conservadores en manos de alguien esencialmente
bueno e inocente, como el personaje de Bakshi. También debe leerse esta
explicación en elcontexto de los ’60,
en donde la contestación a las normas sociales era eso, una norma.
De hecho, el mencionado elefante de la escena
final, un bebé elefante en realidad -que tenía a su disposición un empleado fijo
para limpiar los excrementos que azarosamente desperdigaba en el set de
filmación-, tiene pintadas como Turn on, tune in, drop in(Conéctate,
sintonízate, ábrete), acuñada por el gurú del LSD,Timothy
Leary.
En una época en que el cine ha evolucionado en gran medida
hacia un humor escatológico o autoparódico,
vale la pena volver a echar un vistazo a esta refrescante fiesta.(3)[iii]
The Party (La fiesta inolvidable), dirigida y escrita en 1968 por Blake
Edwards, se ha convertido en una entrañable comedia de enredos y el
personaje principal uno de los más reconocidos en la carrera cinematográfica de
su intérprete, el genial Peter
Sellers. El film propone una historia ambientada
en la escena hollywoodense hacia la década del sesenta logrando no solo relatar
magníficamente las desventuras de su torpe protagonista en un contexto que le
es absolutamente ajeno sino también proponer una sutil perspectiva crítica
sobre él.
A comienzos de la narración nos será
presentado Hrundi V. Bakshi (Sellers), un actor hindú que, llegado a California
en búsqueda de su gran oportunidad, se desempeña como extra en el último film
de aventuras del reconocido realizador Herbert Ellis.
Sin embargo su inexperiencia y pocas
luces lograrán que se interrumpa la filmación reiteradas veces e incluso, en un
intento de arreglar sus sandalias apoyando su pie sobre un detonador de
dinamita, harán explotar el set destruyéndolo por completo. Inmediatamente
Hrundi es despedido y será puesto, a pedido del director de la obra, en la
lista negra de los estudios para impedir su ingreso al establecimiento. Es así
que el productor, presto, se dirige al director del estudio para comentarle lo
sucedido y darle el nombre del torpe extra mas éste, por equivocación y prisa,
anota su nombre en otra lista. Pronto veremos que en ésta se encuentran
los invitados a la fiesta que el director habrá de realizar en su hogar. El protagonista aprovecha, en su
ingenuidad, esta oportunidad pues le permitirá establecer nuevos contactos y
quizás lograr esa gran chance que estaba esperando. Arriba entonces a la gran
reunión y percibiremos, ya, una absoluta incongruencia entre nuestro personaje
y el ambiente en el que se halla, claramente enfatizado, por cierto. La gran
mansión con su piscina y grandes espacios aloja al selecto grupo de invitados
compuesto por adinerados caballeros y bellas damas que sorben de sus tragos y
se dedican a hablar sobre negocios y temas intrascendentes en una calma
refinada. Así Hrundi comienza a suscitar miradas de extrañeza al perder su
zapato que, en su intención de limpiarlo con el agua de unos canales internos,
se desprende de su pie y termina en la pileta. Aquí veremos, por cierto, la
figura del camarero, interpretada por Steve
Franken, que comienza a ofrecer a los presentes tragos con su
bandeja tomando de ellos a escondidas, entre tanto. Éste personaje luego tendrá
una importancia mayor en el film.
La llegada de
protagonista logra desestructuar la fiesta progresivamente haciendo a los
invitados, involuntariamente, cómplices de sus torpezas. Le veremos interactuar con un loro en
una jaula gigantesca al que habla con su extraño acento y luego un hilarante segmento donde
descubre un intercomunicador con varios botones. Comienza a jugar con ellos y
al presionar uno comienza a funcionar pantalla con una extraña línea verde que
parece vibrar al recibir sonidos; entonces, divertido, comienza a experimentar
haciendo voces y emulando a diversos animales para constatar su movimiento. Sin
saberlo era escuchado por los parlantes dispuestos en toda la mansión.
Poco después conocerá a la joven
cantante Michele Monet (Claudine Longet) que, con una fina voz,
interpreta una bella canción. Parece ser ella la única persona con la que el
protagonista puede relacionarse sin problemas y veremos su relación afianzarse
al avanzar la película.
En verdad el film no posee una trama
compleja sino que se basa principalmente en sus fallidos intentos de entablar
diálogos con los invitados y sus paseos por esta gran casa con sus extraños
aparatos y espacios.
Hay una clara búsqueda en la historia de
marcar una suerte de dicotomía compuesta, en parte, por el elemento
netamente occidental aquí representado en la opulencia hollywoodense, aludido
como claro símbolo de posibilidad de progreso perteneciente a un país fértil
social, económica y tecnológicamente, por su referencia a las altas clases y
sus peculiares valores y excentricidades. Por contrario, el occidentalismo es
encarnado por el personaje de Sellers, que ha dejado su país con el objeto de
concretar sus aspiraciones laborales y se encuentra en un ambiente en que no
solo le es ajeno mas interesante sino por el cual es, en términos generales,
severamente juzgado. Hay aquí cierta toma de posición por parte del realizador
que logra instaurar esta contraposición entre el protagonista extranjero,
ingenuo y bondadoso, y la elite local petulante a la que pretende agradar.
Evidencia de esto es el personaje de Longet que, sencilla y apacible, sin
extraños manierismos, resulta ser la única persona con la que puede dialogar
tranquilamente.
La dupla Blake Edwards-Peter Sellers
había ya funcionado en 1963 y 1964 con dos films de la serie The Pink Panther (The
Pink Panther y A
Shot in the Dark), en la que el actor interpretaba al inspector
Jacques Clouseau. El prolífico equipo comenzó luego el rodaje de The Party con
un presupuesto relativamente bajo y un guión cuya longitud era de sesenta
páginas, aproximadamente, casi la mitad de la extensión habitual. La premisa consistía en otorgar a Sellers la oportunidad de
improvisar a gusto confiando el realizador en la férrea experiencia actoral
previa, particularmente teatral, y en sus conocimientos de los modismos hindúes
debido a su estadía en la India durante la Segunda Guerra Mundial, en la que colaboró como piloto de
aviones. Su desempeño es por demás maravilloso en este film pues encarna a su
personaje con una verosimilitud sorprendente logrando mantener la atención
constantemente sobre sí y alivianar el desarrollo de la narración.(4)[iv]
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