El bolero de
Raquel
El bolero de Raquel es una película mexicana filmada en 1956, y es la
primera en colores en que participa Cantinflas. Dirigida por Miguel Delgado.
Año 1956
País México
Reparto Mario Moreno "Cantinflas", Manola Saavedra, Flor Silvestre, Paquito Fernández, Mario Sevilla, Alberto Catalá
Género Comedia
Sinopsis
Tras la muerte de su mejor amigo, Cantinflas
tiene que hacerse cargo de Chavita (Paquito fernández), el hijo del difunto.
Deseoso de progresar y tener dinero para mantener al niño, se pondrá a buscar
trabajo como un loco, probando diversos empleos (albañil, socorrista en la
playa de Acapulco, limpiabotas...). Se propone, sobre todo, satisfacer el mayor
deseo de Chavita: tener una pelota, como los demás niños. Pero el destino le
tiene reservada más de una sorpresa. (FILMAFFINITY) [i]
ARGUMENTO:
El
limpiabotas (o como se les llama en México: Bolero) interpretado por Cantinflas
debe hacerse cargo de "Chavita" (su ahijado), cuyo padre murió
en un accidente. Ansioso de progresar y tener dinero para mejorar la vida de
ambos, Cantinflas toma la decisión de ir a la escuela con Chavita, para
poder instruirse. Allí se enamorará de una atractiva profesora: Raquel.
Cantinflas
aparece bailando en el escenario con una bailarina vestida de rojo llamada
Elaine Bruce. La obra musical es el Bolero de Maurice Ravel, de ahí proviene el
juego de palabras para el título de la película.
En
busca de mejor suerte el bolero y Chavita viajan al puerto de Acapulco, donde
luego de varios incidentes, Cantinflas es contratado como salvavidas de un
Hotel, pero es despedido desde el primer día.
Ambos
regresan a la Ciudad de México; Cantinflas decide cumplir el deseo de su
ahijado y le compra una pelota, pero justo al regresar a su casa se encuentra
con que la madre de Chavita regresó por su hijo para llevárselo con su nuevo
esposo a Guadalajara, además de que le ha traído de regalo una pelota.
Cantinflas se entristece y acepta la partida de Chavita. Continúa con su
trabajo de bolero y se encuentra en un parque con la profesora Raquel con quien
se besa y juntos comienzan un romance.[ii]
El
Bolero de Raquel es la película más importante de la filmografía de Cantinflas,
es un film sumamente cómico y una joya para los fanáticos del comediante
mexicano.
La
película recibió una nominación al “Ariel de Plata” por mejor actuación
infantil: Paquito Fernández.
El
origen del nombre Cantinflas, se pierde en la leyenda, es un nombre sin
significado alguno, que fue inventado a fin de evitar que sus padres se
enteraran que trabajaba en el negocio del espectáculo, al que consideraban una
ocupación vergonzosa.
El
joven Mario Moreno, intimidado por el pánico escénico, una vez olvidó su
monólogo original. Comenzó a decir lo primero que le viene a la mente en una
completa emancipación de palabras y frases y lo que sale es una brillante
incoherencia.
Los
asistentes lo atacan con la sintaxis y él se da cuenta: el destino ha puesto en
sus manos la característica distintiva, el estilo que es la manipulación del
caos.
Semanas
después, se inventa el nombre que marcará la invención. Alguien, molesto por
las frases sin sentido grita: «Cuánto inflas» o «en la cantina inflas», la
contracción se crea y se convierte en la prueba del bautismo que el personaje
necesita.
(Cinelofilo de Puerto [iii]
(Cinelofilo de Puerto [iii]
De
las carpas en los barrios del cine mexicano. Cantinflas llego a ser una
estrella del cine mexicano y a ser conocido internacionalmente. La danza del
“peladito” mexicano en comunión con el alma del pueblo azteca. Nunca necesitó
decir una grosería para hacer reír a las masas. Sus personajes (los cuales casi
todos era una variación del mismo personaje, pero en diferentes papeles y
situaciones) entablaban una conversación normal para después complicarla al
punto de que nadie entendía lo que estaba diciendo. El personaje de Cantinflas
era particularmente adepto para ofuscar la conversación cuando le debía dinero
a alguien, al cortejar señoritas o al tratar de salir de problemas con las
autoridades, arreglándoselas para humillarlas sin que se dieran cuenta. A esta
forma de hablar se le llamó cantinflada y se convirtió en español en una forma
de decir ¡estás cantinfleando! cada vez que a alguien le era difícil entender
la conversación. La Real Academia Española incluyó el verbo cantinflear y las
palabras Cantinflas y cantinflada en su diccionario en 1992.
"Cantinflas
simboliza el peladito que triunfa sobre los poderosos usando sus trucos" y
presenta a Cantinflas como la imagen misma del México de la transición.[iv]
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