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jueves, 12 de agosto de 2010

EL SILENCIO DE LORNA

1.- HERMANOS DARDENNE

En 1975, Luc y Jean-Pierre Dardenne fundaron la compañía "DERIVES", que ha producido 60 documentales, incluyendo los realizados por ellos. En 1994, fundaron la productora Les Films du Fleuve.
Ética y estética. Un plano filmado por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne se reconoce en menos de tres segundos por su intensidad y su dinámica. La cámara tiene un lugar esencial como creadora de tensión y lazo caótico entre la interioridad de los personajes y el espectador. La puesta en escena reposa en una estética despojada, la ausencia de música y un dispositivo técnico sofisticado que coloca la cámara tan cerca del protagonista que por momentos parece perseguirlo. Sus películas tienen como escenario recurrente la región belga de Seraing cerca de la frontera alemana, una zona ligada históricamente a las industrias minera y siderúrgica en donde los directores pasaron su infancia. Los Dardenne filman en el margen de esta sociedad y muestran lo que no se suele (o no se quiere) ver: el trabajo de los jóvenes, la desocupación o los problemas de la inmigración clandestina. Es un cine de hondo contenido humanista que sin embargo está lejos ser didáctico o “comprometido” a lo Ken Loach, porque los directores tienen el coraje de no mezclar nunca la representación social con los buenos sentimientos. La marginalidad económica de los personajes no explica su comportamiento, no son víctimas que tienen legitimidad y derecho a hacer cualquier cosa por su condición. El reflejo de las múltiples adversidades o el combate diario por la supervivencia no engendran un cine simplista ni estereotipado. La ética del cine de los Dardenne no admite que se condene a sus personajes a una dimensión unívoca. En cada una de sus películas construyen una moral del relato que se apoya precisamente en la inmoralidad de los comportamientos representados.
Películas. Presentada en el Festival de Cannes en 1996, La promesa marca el principio del reconocimiento internacional para los directores belgas y es la primera manifestación brillante de un estilo realista alimentado por veinte años de práctica militante en el documental. Con Rosetta, película que obtiene la Palma de Oro en 1999, profundizan estos rasgos y construyen una ficción social como si fuera una película de guerra, donde la heroína es filmada como un pequeño soldado resistiendo al enemigo. Aparece por primera vez en su filmografía un procedimiento que será en lo sucesivo su marca de fábrica: el uso de la cámara pegada al cuerpo del protagonista y sus conmociones, un enfoque cerrado que genera la impresión de descubrir con sorpresa cada uno de sus movimientos. Se destaca asimismo el realismo nervioso de la puesta en escena y el uso genial del sonido fuera de campo, recurso que los Dardenne volverán a utilizar seis años más tarde en la secuencia terrorífica de la venta del bebé en El niño (segunda palma de Oro en 2005). Entre las muchas constantes que podemos encontrar en sus películas está el tema de la mirada. Rosetta avanza sin mirar a nadie hasta el inquietante desenlace donde por fin levanta la vista. En El hijo, Olivier (cuyo rostro permanece semioculto porque la cámara se mantiene a su espalda) observa sin cesar al otro protagonista hasta que, sobre el final, los dos miran juntos. El hijo es la obra cumbre de los Dardenne, una película austera y sugerente con un guión férreo y minimalista que lleva al extremo otro de los temas centrales en su cine, las relaciones paterno-filiales.
Política. En la familia de actores emblema de los Dardenne se destaca Olivier Gourmet, que trabajó en todas sus películas y recibió el premio al mejor actor en Cannes por la sutil composición del personaje del carpintero en El hijo. El primer suceso en la carrera de Gourmet fue el padre seco y odioso que interpretó en La promesa, película que marca el debut de otro de los actores de la casa, el notable Jérémie Rénier que encarna al pequeño Igor. Rénier es además el protagonista de El niño y demuestra toda su versatilidad en la soberbia construcción del frágil drogadicto en El silencio de Lorna, la última película de los Dardenne de reciente estreno comercial en Argentina que sirve de excusa para estas líneas. Lorna es una sobreviviente con su propia ley y su propio cosmos, que resiste en una zona donde (como ocurría en El niño) el cuerpo es a la vez la mercancía y lugar de la transacción. Es la película con más planos, elipsis y personajes en la filmografía de los directores, una complejidad que por momentos le resta contundencia. La impronta de Robert Bresson se siente (al igual que con Rosetta, que podría ser la hermana menor de Lorna) en la sacralidad de ciertos momentos y en la redención final (como en un cuento de hadas, Lorna atraviesa un bosque sombrío y encuentra refugio en una cabaña). Se trata de un cierre provisional, porque todas las películas de los Dardenne se detienen en el momento en el que algo se acaba, pero también sobre el principio de otro movimiento. Son documentos que muestran una realidad que preexiste y los sobrevivirá. Finalmente, esta manera de concluir sus películas es también una elección política porque sin redención estaríamos ante una suerte de determinismo social, y en el universo de los Dardenne siempre hay una grieta por donde se puede filtrar la libertad.(1)
Habituales del Festival de Cannes, los hermanos belgas Jean Pierre y Luc Dardenne han ganado ya dos Palmas de Oro (Rosetta, 1999, también premio de interpretación femenina; El Niño, 2005), un premio de Interpretación masculina (El Hijo, 2002) y recientemente el premio al mejor guión con, El Silencio de Lorna (2008). Apenas lógico es preguntarse cuáles son las características de su cine, cuáles las cualidades que en los últimos cuatro de sus siete largometrajes les han valido tanto reconocimiento.
Lo primero que salta a la vista es que estamos ante una esencia doble. En treinta y cinco años trabajando juntos y al unísono, los Dardenne han logrado retratar de forma fidedigna las relaciones familiares. El tema de la paternidad, por ejemplo, lo abordan con excelentes resultados tanto en El Hijo -un maestro carpintero trabaja en la reintegración de jóvenes ex delincuentes y de pronto debe recibir al asesino de su hijo-, como en El Niño -sórdido cuento urbano en el que un joven vende a su hijo y luego se arrepiente-, desde la original perspectiva de un director de dos cabezas que si bien es poco común, tampoco es la excepción, pues existen los Wachowski, los Kaurismaki, los Coen… y los Lumière, nada menos.
Por otro lado, no es evidente que la inquietud de los Dardenne gire en torno a la paternidad; ni siquiera diría que su temática se circunscribe a cuestiones sociales, aunque a menudo recreen ambientes difíciles donde se generan injusticias, pues, como ellos mismos lo han comentado, el hecho de clasificar una cinta como visión social debido a la presencia de seres marginados sería tan restringido como decir que los dramas sicológicos se generan sólo en la clase media. Es verdad que la elección de dichos personajes representa en sí misma un punto de partida desde el cual intentan abarcar el mundo, y ello sí constituye una constante en sus películas, pero las tramas son en cada caso muy diferentes; por eso, más que hablar de un tema yo diría que existe un propósito que unifica su filmografía.
El objetivo de estos cineastas parece ser el ser humano actuando en la inmediatez, es decir, sólo para sobrevivir en ciertas circunstancias que no le permiten sino reaccionar ante la hostilidad del medio ambiente. Así, la vida de Rosetta transcurre entre la caravana donde cada tarde encuentra casi inconsciente a su madre alcohólica y el empleo insignificante que defiende encima de todo, incluso contra un posible cariño, creyendo que va a integrarla a la sociedad de las personas normales a quienes ya ni siquiera sabe reconocer. Es una situación tan extrema como las de las dos películas antes mencionadas; el público difícilmente podría identificarse con ellas y, sin embargo, por alguna razón los personajes nos inspiran empatía. Esto es algo que los propios directores han explicado: quieren que el espectador comparta la experiencia del protagonista aunque al mismo tiempo no pueda identificarse con él… Los Dardenne tienen la capacidad de ponerse bajo la piel del personaje que encarna un titular de periódico, el informe de un juzgado, una novela o un reportaje de tele; saben recrear las vivencias de tales seres aunque les sean totalmente ajenas, y con base en ellas construyen a la persona anónima que ha sido mirada con distancia, con indiferencia inclusive, pero lo mejor es que nos la presentan de la misma forma. Es quizá donde reside su verdadero propósito: fomentar en el espectador una comprensión, una tolerancia ante la diferencia, por eso procuran que éste no se identifique de forma directa con el protagonista sino que reflexione al interior de sí mismo y en verdad se cuestione.
Por contradictorio que parezca, esta misma distancia es también la causa del mayor distintivo de la obra Dardenne. Es tal vez por un deseo de salvarla físicamente que la lente de su cámara se pega tanto al personaje; penetra en su interior más recóndito y ahí permanece, contenida, apenas abriéndose para irnos dando, no sin mucha dificultad, sus sentimientos y el argumento del relato. Efectivamente, de larga tradición en ellos, el trabajo previo que los belgas realizaron en el género documental es evidente en sus posteriores largometrajes; sobre todo en cuanto al movimiento de la cámara. En su filmografía en general dicha cámara se utiliza muchas veces en mano y se mueve junto con el actor para expresar su inestabilidad, parece un poco la energía que lo va escribiendo a medida que él reacciona, y constituye un puente, aunque escabroso, en el vació que lo aísla del prójimo.(2)
FILMOGRAFIA
• El niño (2005) Director, Guionista, Producción
• El hijo (2002) Director, Guionista, Producción
• Les siestes grenadine (1999) Producción
• Rosetta (1999) Director, Guionista
• La promesa (1996) Director, Guionista
• Le silence de Lorna Director, Guionista, Producción

2.- EL SILENCIO DE LORNA

2.1.- SINOPSIS
Lorna, una joven albanesa residente en Bélgica aspira a comprar un bar con su novio Sokol, para ello se asocia con Fabio, un mafioso de poca monta. Fabio ha organizado un matrimonio de conveniencia entre Claudy y ella para que así pueda obtener la nacionalidad. Según el plan de éste, Lorna debería casarse más tarde con un delincuente ruso que también pretende adquirir la nacionalidad belga, pero para que este segundo matrimonio sea posible, Fabio planea asesinar a Claudy. ¿Permanecerá Lorna en silencio? (3)
2.2.- FICHA TÉCNICA
Título original: Le Silence de Lorna
Dirección:  Jean-Pierre Dardenne - Luc Dardenne
Guión: Jean-Pierre Dardenne - Luc Dardenne
Elenco:

  • Arta Dobroshi (Lorna)

  • Jérémie Renier (Claudy)

  • Fabrizio Rongione (Fabio)

  • Alban Ukaj (Sokol)

  • Morgan Marinne (Spirou)

  • Olivier Gourmet
Origen: Bélgica/Francia/Italia/Alemania
Año: 2008
Duración: 105 min.
2.3.- COMENTARIOS
Lorna (Arta Dobroshi) está metida en un pequeño infierno. Casi es posible notarlo con sólo mirarla, la manera ansiosa con que cambia dinero en un banco, la mirada esquiva con que regresa al departamento que comparte con Claudy (Jérémie Renier), el hastío con que se mete a la cama. Lorna, inmigrante albanesa, se ha casado con el ladronzuelo y drogadicto Claudy sólo para obtener la nacionalidad belga.
Sus movimientos los administra un mafioso, Fabio (Fabrizio Rongione), que ya ha previsto que una vez que logre el divorcio de Claudy, Lorna se case por dinero con un oscuro ciudadano ruso, al que ayudará ahora a que él obtenga la nacionalidad.

Toda esta trama se ejecuta con el asentimiento de su novio, Sokol (Alban Ukaj), con quien quiere instalar un bar para, quizás, algún día, llevar una vida normal.

Sin ese propósito cristalino, sin esa decencia hundida y, sobre todo, sin la indeseada compasión, mezclada con repulsa, que le suscita el yonkie Claudy con sus desesperadas peticiones de ayuda para dejar la droga, no se entiende la magnitud del infierno de Lorna. Es una inmigrante tratando de sobrevivir y de ganar legitimidad en un país ajeno, y se esfuerza por ser fiel a esa condición precaria y contracultural; pero es también una mujer joven que no puede rechazar sus sentimientos esenciales, que no puede actuar de una manera contranatural.

Los hermanos Dardenne filman esta historia con la densidad que les es usual. Su cámara está siempre lista para detenerse en los momentos de mayor movimiento emocional (Lorna contemplando a Claudy desmayado en el hospital) y su edición puede prescindir de grandes pasajes dramáticos (el destino de Claudy), pero jamás cortan un instante en el que se estén desplegando las fuerzas que quieren comunicar.

En El silencio de Lorna hay mucho intercambio de dineros, unos trajines que sugieren que las vidas de estos personajes están enredadas en una maraña envilecida de transacciones.

Lorna rompe este tejido en el momento en que toma una decisión (hay que ver la película para entender esto) que materializa su voluntad de redención, punto en el cual comienza el pasaje más inspirado de esta película. No importa si tiene razón o si sólo vive una ilusión o una obsesión: lo que importa es que decide rebelarse contra esa vida negra y hacer caso a su instinto más profundo, y acaso también más desquiciado. Pocas veces se ha escenificado tan bien, en personajes tan pequeños, la idea de la redención como locura.

Ignoro si los Dardenne son cristianos o no. Me parece que su cine lo es. De cualquier modo, pertenecen a esa categoría de cineastas que encuentra una ética de la humanidad en toda realidad, por limítrofe y marginal que ella sea. Quizás es eso lo que hace tan reconfortante a un cine que por otro lado es también áspero, feroz, implacable. (4)

Lorna, la protagonista de su última película, es otro de esos seres marginados cuyos sueños, en este caso, terminan destruidos por la culpa (buscando una vida mejor en Bélgica, la joven albanesa paga por un matrimonio falso con un drogadicto y luego se convierte en cómplice de su muerte llevada a cabo por una red mafiosa que opera en torno a la inmigración) y, sin embargo, carece del o los elementos que a los demás personajes dardenianos los hacen entrañables. Esta vez los belgas filman con planos menos cerrados y un ritmo más lento al acostumbrado; dicen además haber optado por un ambiente urbano (Lieja en lugar de la aislada y desértica Seraing donde siempre han rodado) para resaltar la condición de soledad de esta joven que guarda un secreto; afirman que quisieron potenciar el sentimiento de extrañeza que ella pudiera causarnos. ¿Por qué, entonces, nos duele menos que Rosetta? Por otro lado, en Europa el tema de la migración de los países pobres al primer mundo, con la explotación que implica, tiene un gran alcance social, incluso político; es una situación que nos toca también en América y, no obstante, en este caso nos afecta menos que la desesperación de un padre reviviendo la vida y la muerte de su hijo. Desde mi punto de vista, la diferencia entre ésta y las otras películas es que, si con Lorna tampoco nos identificamos, se debe a la nueva perspectiva de la cámara que no sólo nos aleja de ella sino nos la presenta como falta de intimidad; es decir, abarcamos la totalidad de su superficie, pero no penetramos al interior de donde emanan las reacciones. Además, dicha perspectiva no se centra en su tragedia personal, sino se abre hacia un contexto más amplio, representativo de un serio problema que aqueja a varios grupos sociales y esto, paradójicamente, resulta menos sensible. Parece como si las otras historias más pequeñas, más individuales y únicas, de alguna manera devinieran más universales.

Admiradora de los Dardenne de siempre, no me atrevería a decir que su última película no es tan buena como las otras, aunque la comparación es inevitable. Me parece que al menos no tiene su sello y que para el Festival de Cannes los belgas se han convertido en una costumbre . (5)

Quién haya visto Rosetta o L´enfant puede hacerse una idea de lo que le deparará el visionado de El silencio de Lorna, de los directores Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, habituados a llevarse un buen número de premios con sus películas, las cuales por otra parte más allá de las objeciones que podamos presentar, entiendo como necesarias, pues muestran lo que el cine a menudo no muestra, dado que el espectador quiere algo espectacular cuando se gasta 6 euros para ver una película y no está por la labor de seguir las andanzas de perdedores, cuyas vidas deprimen al más optimista.

El estilo es similar a sus anteriores trabajos, prima la imagen limpia, sin aderezos, personajes que viven al límite, barrios de ciudades inmoninadas, pero en esta ocasión al contrario que en Rosetta la cámara no es puro nervio (lo cual es de agradecer, porque entre la cámara y la sordidez de la historia acabé con el estómago revuelto). La historia va de Lorna, una chica albanesa que vive en Lieja, la cual se casa con Claudy un heroinómano al cual da una cantidad de dinero para a cambio del enlace conyugal obtener la nacionalidad belga. La idea es casarse con él y luego que este muera de sobredosis, para poder entonces casarse con un ruso, que obtendría la nacionalidad belga, al ser ella ya belga. La premisa nos recuerda a Rosetta, esa joven que era capaz de matar por obtener un puesto de trabajo.

Sí, es el siglo XXI, la era del hiperconsumo, pero los personajes que vemos en pantalla están pegados a la realidad y sus problemas no son las típicas ñoñerías que vemos en pantalla con frecuencia. A estas personas no les sobra el dinero, saben que una nacionalidad puede ser la puerta hacia la presunta Europa rica que puede darles lo que buscan: el dinero necesario para abrir un negocio, porque Lorna sale con Sokol, un tipo que sin ser su chulo actúa como tal.

Lorna está en las manos de Fabio un taxista que es el que se encarga de la “ingeniería sentimental”, quien busca los pretendientes a Lorna, encauzando sus devaneos sexuales.

El silencio de Lorna no me ha producido el efecto que me supuso las otras dos películas de los hermanos Dardenne. La notable interpretación de Arta Dobroshi hace creíble y entrañable su aciaga historia personal, porque a pesar de su situación, de su coraza ante el medio, hay debajo de todo ello un corazón que late, unos sentimientos que la avalan, aunque las circunstancias la hagan perder la cabeza. (6)

El silencio de Lorna (Le silence de Lorna), el nuevo filme de los hermanos predilectos de este festival, los belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne. La crítica la ha recibido con entusiasmo y decepción en partes iguales. En Cinematical subrayan este recibimiento luego de la proyección, y no la consideran en la carrera para la Palma de Oro. En El País, por el contrario, se resignan a que los Dardenne se lleven otra vez “algún premio de los gordos” (Sordidez y aburrimiento: más de lo mismo en el cine de los Dardenne).
La bella actriz kosovar Arta Dobroshi interpreta a una inmigrante albanesa en la ciudad belga de Liège (un nuevo escenario para los filmes de los Dardenne, que siempre han ubicado sus historias en su ciudad natal, Seraing), cuyo matrimonio por conveniencia -para obtener la ciudadanía belga- con Claudy, un patético drogadicto (interpretado por Jérémie Renier, el actor fetiche de Jean-Pierre y Luc), se complica al verse envuelta en un negociado criminal para traficar con su recién obtenida ciudadanía europea.

La performance de la protagonista (en la foto, recibiendo el saludo de los brothers) sí ha obtenido prácticamente puros aplausos, pueden ver algo de eso en la crítica de Variety. En Screen Daily también destacan su actuación, pero sentencian “la película decepcionará a los fans de sus últimos filmes, sobre todo L’enfant”. Ver para creer. (6)

Lorna, una joven albanesa residente en Bélgica aspira a comprar un bar con su novio Sokol, para ello se asocia con Fabio, un mafioso de poca monta, que le ha organizado un matrimonio de conveniencia con Claudy –un adicto a las drogas- para que así ella pueda obtener la nacionalidad. Según el plan de éste, Lorna debería casarse más tarde con un delincuente ruso que también pretende adquirir la nacionalidad belga, pero para que este segundo matrimonio sea posible, Fabio planea asesinar a Claudy.

Esta es la trama de El silencio de Lorna (2008), la nueva obra de Jean-Pierre y Luc Dardenne, creadores entre otras de El hijo (2002) y El niño (2005). Como en estos films, también los personajes se mantienen en niveles oscuros, por lo que nunca llegamos a conocerlos del todo, produciendo que el espectador se mantenga atento a cada detalle pensando que puede llegar a ser revelador.

El silencio de Lorna es una película de personajes, interpretados firmemente por Arta Dobroshi (Lorna), Jérémie Renier (Claudy), Fabrizio Rongione (Fabio) y Alban Ukaj (Sokol). Es en este punto –además del guión que también lo escribieron juntos- donde se nota la jerarquía de la dupla de directores. En ningún momento flaquean las actuaciones, siempre mantienen la dosis justa de dramatismo y austeridad, y no solo debido a sus cualidades individuales como intérpretes, sino a los grande marionetistas que llevaron este proyecto a la pantalla grande.

En un final sorprendente e inesperado los hermanos Dardenne llevan a Lorna hasta sus últimas consecuencias. Logrando así llevarse el Premio al Mejor Guión en Cannes 2008 y a Mejor Film en los Lumiere Awards, además de varias nominaciones, entre ellas las de Arta Dobroshi como mejor actríz en los European Film Award.(8)

El cine de de hoy no tendría gracia sin las películas devastadoras de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Es verdad que no siempre dan en el blanco. Es cierto que a veces se hunden en su propia desesperanza. Pero los dos documentalistas belgas, que hasta el momento han escrito, producido y dirigido siete ficciones de un realismo aterrador (pensemos en las rutinas dolorosas que captan en relatos como Rosetta, El hijo y El niño), le han dejado al cine de estos últimos años una manera frenética de mover la cámara; una mirada desencantada de cierto lugar del planeta, esa parte de Europa que nada tiene de primer mundo, que nos recuerda que siempre puede caerse más bajo; y una energía, no vista desde los días del neorrealismo italiano, para acercarse a los personajes de todos los días.

Tal vez esto último sea lo más importante de la obra de los Dardenne: nos ha probado lo lejos que estamos de sentir lo que sienten los otros, nos ha presentado a una serie de personas maltrechas que entienden demasiado tarde el significado de la palabra “prójimo”.

Es eso lo que le sucede a la protagonista de El silencio de Lorna: una tarde descubre, como el recién operado al que acaban de pasársele los efectos de la anestesia, que carga un dolor terrible en el centro del cuerpo en nombre de todas las personas que ha pisoteado para llegar a donde está. Lorna es una heroína albanesa golpeada por la vida que no puede darse el lujo de pensar qué está bien y qué está mal y que dedica sus pocos minutos libres a imaginar el bar que abrirá con su novio Sokol. Se ha casado con un heroinómano llamado Claudy para obtener la nacionalidad belga. Pero desde que le ofrecen una buena suma de dinero por deshacerse de él, desde que le piden que lo conduzca a una sobredosis, comienza a sentir el impulso de no hacerle daño: es como si el silencio del título se le convirtiera, gradualmente, en un grito de auxilio.

Se ha dicho que el acto final de El silencio de Lorna no tiene pies ni cabeza, que el drama se resuelve “porque sí”, que se nota, en esos 30 minutos finales, que los Dardenne esta vez no sabían qué hacer con su protagonista. No hagan caso. No es verdad. Es cierto que la Lorna del principio no es la Lorna de la última escena. Que va de una orilla a la otra, de la A a la Z, como una oruga que se convierte en una mariposa negra. Y sin embargo no me cabe duda de que esa era la idea. No estamos ante una resolución sacada de la manga, no, no estamos ante un giro que viene de la nada. La esencia de la historia, la razón por la que valía la pena contarla, está contenida en esa extraña escena en la que el personaje principal se da cuenta de que la compasión se ha tomado su cuerpo.

No digo nada más. Creo que cada quién debe enfrentarse solo a esa secuencia. Y que la compasión también es la clave en ese caso. (9)

Pasaron tres años desde la última vez que los porteños tuvimos la suerte de ver una película de Luc y Jean-Pierre Dardenne. Después de El niño, El silencio de Lorna vuelve a convencernos no sólo del talento de los hermanos belgas sino de su sensibilidad social y de su coherencia personal y profesional. Sin dudas, ésta es una buena oportunidad para reencontrarnos con un cine que cuenta algo, dice mucho… y explica poco.

Como sus antecesoras, El silencio… se distingue por su economía de palabras y de escenas pre-digeridas. Como su protagonista, este film nos invita a abrir y cerrar candados/cerraduras cuyos espacios albergan realidades crueles: no sólo la de Lorna, sino la de Claudy, Fabio y Sokol.
Lejos de recrear el formato coral, los personajes imaginados por los Dardenne aparecen en tanto engranajes de un submundo que yace debajo del Primero, y que se inserta en el escenario de una globalización despiadada y perversa. La presencia de lo marginal es tal que el silencio no es exclusivo de Lorna; de hecho quienes rodean a esta mujer albanesa hablan apenas lo necesario.
Sin verborragia, sensacionalismo ni golpes bajos, los hermanos cineastas muestran los entretelones de una mafia ¿europea?, ¿internacional?, especializada en el negocio de la inmigración, en los nuevos espejitos de colores que prometen el acceso a una ciudadanía (y a un poder adquisitivo) de primer nivel. También denuncian otro tipo de prostitución que -vaya paradoja- no gira alrededor del sexo sino del sacrosanto matrimonio.
Sin dudas, Luc y Jean-Pierre saben contar historias, pintar frescos y convocar a un elenco a la altura de sus exigencias. Así lo prueba la elección del actor fetiche Jérémie Renier, de Fabrizio Rongione y de los desconocidos (al menos por estas latitudes) Arta Dobroshi y Alban Ukaj entre otros.
Por todo esto, El silencio de Lorna es una película sumamente recomendable. Permite que los seguidores de los Dardenne renovemos nuestra admiración, y que quienes aún no los conocen puedan darse el gusto de descubrirlos, valorarlos e incorporarlos como referentes de un cine que cuenta algo, dice mucho… y -gracias a Dios- confía en los beneficios de explicar poco.
   
Dentro del panorama del cine europeo actual, son muchos más los directores que se esmeran por filmar películas fáciles de distribuir a nivel mundial, que los que se arriesgan a mostrar el lado oscuro de la realidad que vive el viejo continente. Mientras el cine industrial alemán, italiano, español, inglés o francés con aspiraciones estéticas (cine qualité) busca plasmar historias burguesas y conformistas para consumo de la burguesía conformista, algunos pocos realizadores se meten con problemas tan urgentes y reales como la desocupación, la falta de oportunidades para los jóvenes, la inmigración de los países pobres, la discriminación y la miseria en las grandes ciudades. Dentro de este último grupo podemos ubicar a los veteranos realizadores belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, más conocidos como “los hermanos Dardenne”, que ostentan el record de haber ganado dos veces la Palma de Oro del Festival de Cannes (máximo galardón del cine mundial), con sus películas Rosetta (1999) y El niño (2005). En 2008 volvieron a ganar, esta vez el premio al Mejor Guión por su película El silencio de Lorna. En ella, una joven albanesa que vive en Bélgica sueña con abrir un bar junto a su novio. Pero para alcanzar su sueño tiene que pactar con la mafia, que le arregla el casamiento por conveniencia con un drogadicto, para así tener la ciudadanía belga y casarse después -divorcio mediante- con un ruso.
 Los hermanos Dardenne vuelven a plantear aquí su preocupación por la inmigración y la marginalidad, de forma tan cruda y contundente como lo hicieron en La promesa (1996). El viaje interior de Lorna y su transformación es el hilo conductor emocional de esta historia de supervivencia. La relación de Lorna con Claudy (Jeremie Renier), el drogradicto perdido con quien se casa, va mutando hasta que ella se involucra con su drama y cae la coraza con la que suele realizar los trámites tendientes a alcanzar su sueño. Esa lucha interior, que la sitúa en una batalla constante de ella sola contra el mundo, la enfrenta a un dilema cuando descubre que está embarazada, y que conservar al bebé sería desafiar a la mafia: Lorna encuentra en ese hijo una razón para vivir que la conmueve y le devuelve su humanidad perdida. (10)

 El cine de los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne, seco y vigoroso, ríspido y fluido, con el intercambio monetario reemplazando al intercambio sentimental, sigue centrándose en personajes que se mueven -cercados por la realidad y los dilemas morales- en las márgenes del opulento sueño europeo de las últimas décadas. Por eso ahora, en tiempos en que no queda claro si el sueño terminó o si pasa por una fase de pesadilla, algunos le encuentran rasgos premonitorios. Pero la potencia del estilo Dardenne no radica en mostrar la magnitud de una enfermedad social, ni tampoco en anticiparla, sino en transmitir sus síntomas a través de la crisis de un individuo o de un grupo familiar.

En El silencio... vemos a una inmigrante albanesa (excelente actuación de Arta Dobroshi) que convive con un drogadicto belga, con el que se casó para conseguir la ciudadanía de la Unión Europea (gran papel de Jérémie Renier, que en El niño vendía a su hijo y acá se vende a él). Lorna, débil engranaje de un mecanismo mafioso, debió pagar por su matrimonio. Y debería pagar por el divorcio, para así poder casarse con un ruso, "darle" su nueva ciudadanía y ganar el dinero para cumplir un sueño: poner un bar en Bélgica con su novio. Pero el plan del entorno de Lorna, aceptado en principio por ella, era eliminar al adicto belga fingiendo una muerte por sobredosis. Nada raro: la opción más rentable, en la lógica de mercado.

Los Dardenne, por supuesto, jamás remarcan las connotaciones sociales ni utilizan elementos narrativos ampulosos para transmitir la gradual grieta moral de Lorna. Más bien apuestan a miradas, a gestos ínfimos. Pero no son minimalistas en un sentido dramático. A través de la elipsis y de la dosificación de información, manejan el suspenso y la intensidad de la trama. Esta vez, sin esa cámara nerviosa que desde el hombro o la nuca de un protagonista pone al espectador en su lugar. En El silencio... hay más distancia: la puesta de cámara es más reposada, externa, frontal. Podríamos decir que en este filme los Dardenne abandonan la primera persona de, por ejemplo, El hijo, para adoptar la tercera persona, aunque centrada en un solo personaje.

Con algunas secuencias de despojada sordidez, El silencio¿ atrapa al espectador a través de una trama bien contada y de algunos giros fuertes, imprevistos. La película puede ser vista, también, como un sutil thriller. La narración avanza sin retórica, sin flashbacks, sin sobreexplicaciones, a través de los actos de los personajes; los más dramáticos no son mostrados en el instante en que ocurren, sino en sus efectos. Hay elementos que se repiten: billetes que pasan de mano, llaves que se pierden, celulares que ¿comunican? También, destellos de darwinismo social: el desamparado personaje de Renier echa, sin abrir la puerta de la casa, a alguien que le pide ropa usada. Aun en la base de la pirámide, siempre existe un subsuelo habitado por seres que pueden ser menospreciados.

Ajenos al maniqueísmo y al sentimentalismo, los personajes se mueven con la ambigua potencia de lo real: no es casual que los Dardenne vengan del documental y usen historias verdaderas como disparadores de sus filmes ficcionales. Por último, el tema de la maternidad: Lorna comienza a quebrarse cuando el joven drogadicto le demanda un cuidado casi infantil. Más adelante, el tema se apropiará de ella y de parte de la trama. El reparo final de muchos dardennistas de la primera hora será que esta película es la menos personal de los realizadores belgas. Puede ser. También que tiene méritos y que no desentona en una carrera por ahora impecable.(11)

En gran medida, la importancia del cine de los hermanos Dardenne reside en su interés por mostrar el lado oscuro de esos países del Norte cohesionados y fortalecidos por el Euro (pocos directores actuales del continente se animan a lo mismo: Michael Haneke, Fatih Akin, Bruno Dumont...). Esa Europa centro-occidental que parece día a día extender y fortificar un poco más sus fronteras burocrático-aduaneras frente al resto del continente –y del mundo– que mira con recelo el estilo de vida primermundista que allí llevan. De ahí que la filmografía de estos belgas esté atravesada por personajes marginales, desesperados, en lucha constante por ser parte de un sistema que hace de la exclusión una de las bases de su status.

En esta nueva película conjunta, los Dardenne deciden seguir cámara al hombro a Lorna, una albanesa que se instala en Bélgica gracias al casamiento arreglado con un drogadicto a cambio de dinero. Pronto, Lorna (quién físicamente parece una Rosetta –protagonista del film homónimo de estos mismos hermanos– ya hecha mujer) es incitada por una mafia montada en torno de la inmigración clandestina para que deje morir a su esposo y así, una vez viuda, contraiga matrimonio nuevamente, ahora con un ruso, a cambio de más dinero. Claro que acá, como en todos los trabajos previos de los Dardenne, el verdadero conflicto que en el fondo moviliza a los personajes no es material ni mucho menos de género, sino moral. Una vez que Lorna deja morir a su marido, pasa de ser cómplice de una muerte a convertirse en otra pobre víctima de una sociedad perversa.

Movida principalmente por sentimientos de culpa y un fuerte deseo de redención, esta mujer comienza una carrera desesperada por mantener la memoria y el legado de su "esposo", drogadicto y por ende desechable para una sociedad en donde quién no produce no sirve. Por eso mismo, los primeros síntomas del embarazo psicológico que desencadena la crisis que sufre esta protagonista se dan en una escalera –símbolo de ascenso social– del local que alquila con la plata conseguida mediante su silencio y su no-accionar. Lo que permite atisbar la gran pregunta que proponen los hermanos esta vez: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a llegar para ingresar a un mejor nivel de vida?

Las virtudes con las que encaran esta problemática son comunes a sus películas anteriores La promesa, Rosetta, El hijo y El niño (salvo Rosetta, todas cubiertas por CINEISMO; ver links al pie) . A destacar, la distancia siempre prudente con que se acercan a sus personajes (en está ocasión, tratándose de una inmigrante venida de la otra Europa, deciden colocar la cámara unos metros más lejos, comunicando la incomprensión que les produce una persona de estas características), nunca juzgándolos ni sometiéndolos a caprichos; y, por otro lado, la fe depositada en la humanidad de los mismos y su capacidad para convertirse en héroes mediante acciones pequeñas pero de gran valor.

Una nueva película de un autor, para conformar una gran obra, debería mantener las constantes que lo definen y a la vez introducir variantes que produzcan crecimiento y progresión en una filmografía, en un todo. Pues bien, en El silencio de Lorna, los Dardenne se mantienen fieles a su cosmovisión a la vez que apuestan a cambios temáticos: indagan sobre las cuestiones inmigratorias, trabajan con una mujer adulta, madura y consciente de sus decisiones como protagonista (encarnada por Arta Dobroshi, una actriz que contagia fortaleza a la vez que vulnerabilidad); y también formales: un trabajo de cámara más estable, reflexivo y a la vez menos nervioso y urgente, sexo carnal e intenso, algunas notitas de música incidental sobre los títulos. Recursos, todos, que se adaptan perfectamente a la historia que deciden narrar. Así, vuelven a demostrar una vez más que en el mundo liberal, cínico y cruel en el que vivimos, el corazón todavía puede pesar más que un puñado de euros. (12)

CITAS:

1.- http://cinemarama.wordpress.com/2009/05/18/el-cine-de-los-hermanos-dardenne/

2.- http://www.septimovicio.com/world_cinema/26092008_belgica_cinema_el_silencio_de_lorna/

3.- http://www.eneccine.com/elsilenciodelorna/elsilenciodelorna01.doc

4.- AscanioCavallo "El silencio de Lorna", Revista del Sabado , 26/09/2009

5.-http://www.septimovicio.com/world_cinema/26092008_belgica_cinema_el_silencio_de_lorna/

6.- http://www.cuak.com/critica/el-silencio-de-lorna/

7.- http://www.cinencuentro.com/2008/05/20/cannes-2008-los-dardenne-dividen-la-critica-con-el-silencio-de-lorna/

8.- http://www.cinevivo.org/home/index.php?tpl=home_nota&idcontenido=2482

9.- http://www.semana.com/noticias-cultura/silencio-lorna/124869.aspx

10.- http://habiaunavezunachica.blogspot.com/2009/05/critica-el-silencio-de-lorna.html

11.- http://www.clarin.com/diario/2009/05/14/espectaculos/c-01301.htm

12.- http://www.cineismo.com/criticas/silencio-de-lorna-el.htm

viernes, 6 de agosto de 2010

EDUCANDO A ARIZONA

1. HERMANOS COEN


1.1. JOEL COEN

Joel y Ethan Coen durante el rodaje de Intolerable Cruelty

Biografía: Director y guionista norteamericano que, junto con su hermano menor Ethan, forma uno de los dúos más creativos del cine de Hollywood. Estudió en la Universidad de Nueva York antes de dedicarse al cine. En 1982 fue asistente de editor de su amigo Sam Raimi en Diabólico (The Evil Dead). En 1984 debutó con Ethan en la realización con Simplemente sangre (Blood Simple).

Desde entonces, a la hora de repartirse créditos, Joel figura como director, Ethan como productor, y comparten los roles de guionistas y editores, pero está claro que la propiedad creativa de sus obras pertenece a ambos. Con Simplemente Sangre, los Coen mostraron ya una de las características esenciales de su estilo: tomar un género clásico -en este caso el film negro- y reinterpretar todas sus reglas. Sin embargo, esta opera prima exhibe un uso austero de recursos y un equilibrio estilístico que en el resto de su filmografía serían reemplazados por un desbordado sentido del humor.

En 1985 escribieron el guión de La academia más loca del mundo (Crimewave), que dirigió Sam Raimi. Y en 1987 tuvieron un pequeño éxito con la comedia alocada Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987), con Nicolas Cage y Holly Hunter. En 1990, cuando realizaron el film de gangsters De paseo a la muerte (Miller's Crossing), con Gabriel Byrne, Albert Finney y la actuación consagratoria de John Turturro, ya tenían una audiencia de seguidores de su cine, especialmente en Europa. Y Barton Fink (idem, 1991), sin un género definido y con su excesiva estilización y recursos para construir la nada, se encargó de extender los límites de ese círculo, brindarles la Palma de Oro y consagrarlos como "intelectuales" del cine.

Tras la incomprendida El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994), una irónica recreación de las comedias clásicos de Hollywood, les llegó el momento de consagrase en su país, Estados Unidos, con el thriller pueblerino Fargo (idem, 1996), que les dio nada menos que el Oscar al Mejor Guión Original y el de mejor actriz para la protagonista Frances McDormand, esposa de Joel desde 1984. Luego llegarían El gran Lebowski (The Big Lebowski), que revisa en tono de comedia el género detectivesco, y Dónde estás hermano (Where art thou, brother, 2000), otra demostración del humor irreverente de los Coen, reubicando la Odisea en la Gran Depresión. (1)

9.2. ETHAN COEN

Biografía: Guionista y productor, forma junto a su hermano mayor Joel uno de los dúos más creativos del cine estadounidense. Ethan estudió Filosofía en la Universidad de Princeton. Después de la graduación, comenzó a escribir guiones con su hermano y en 1984 debutó en el largometraje con Simplemente sangre (Blood Simple). Desde entonces, a la hora de repartirse créditos, Joel figura como director, Ethan como productor, y comparten los roles de guionistas y editores, pero está claro que la propiedad creativa de sus obras pertenece a ambos.

Con Simplemente Sangre, los Coen mostraron ya una de las características esenciales de su estilo: tomar un género clásico -en este caso el film negro- y reinterpretar todas sus reglas. Sin embargo, esta opera prima exhibe un uso austero de recursos y un equilibrio estilístico que en el resto de su filmografía serían reemplazados por un desbordado sentido del humor.

En 1985 escribieron el guión de La academia más loca del mundo (Crimewave), que dirigió Sam Raimi. Y en 1987 tuvieron un pequeño éxito con la comedia alocada Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987), con Nicolas Cage y Holly Hunter. En 1990, cuando realizaron el film de gangsters De paseo a la muerte (Miller´s Crossing), con Gabriel Byrne, Albert Finney y la actuación consagratoria de John Turturro, ya tenían una audiencia de seguidores de su cine, especialmente en Europa.

Barton Fink (idem, 1991), sin un género definido y con su excesiva estilización y recursos para construir la nada, se encargó de extender los límites de ese círculo, brindarles la Palma de Oro y consagrarlos como "intelectuales" del cine.

Tras la inconprendida El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994), una irónica recreación de las comedias clásicos de Hollywood, les llegó el momento de consagrase en su país, Estados Unidos, con el thriller pueblerino Fargo (idem, 1996), que les dio nada menos que el Oscar al Mejor Guión original. Luego llegarían El gran Lebowski (The Big Lebowski), que revisa en tono de comedia el género detectivesco, y Dónde estás hermano (Where art thou, brother, 2000), otra demostración del humor irreverente de los Coen.

9.3. Filmografía selecta:

Dirección

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Paris, je t'aime (2006)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• ¿Dónde estás hermano? (O Brother, Where Art Thou?, 2000)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Fargo (1996)

• El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994)

• Barton Fink (1991)

• De paseo a la muerte (Miller's Crossing, 1990)

• Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)


Guión

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Paris, je t'aime (2006)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Fargo (1996)

• El gran salto (The Hudsucker Proxy, 1994)

• Barton Fink (1991)

• De paseo a la muerte (Miller's Crossing, 1990)

• Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)

Producción

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• Fargo (1996)

Edición

• Quémese después de leer (Burn After Reading, 2008)

• Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men , 2007)

• El quinteto de la muerte (The Ladykillers, 2004)

• El amor cuesta caro (Intolerable Cruelty, 2003)

• El hombre que nunca estuvo (The Man Who Wasn't There, 2001)

• El gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998)

• Barton Fink (1991)

• Simplemente sangre (Blood Simple., 1984)


10. EDUCANDO A ARIZONA



Raising Arizona (Educando Arizona o Arizona Baby en español) es una película estadounidense lanzada en 1987 y dirigida, escrita y producida por los hermanos Coen. La película está protagonizada por Nicholas Cage, Holly Hunter, John Goodman, Frances McDormand y Randall "Tex" Cobb. Raising Arizona es considerada como una de las 100 mejores películas cómicas en la historia de Hollywood según las listas publicados por el American Film Institute y Bravo.

Pese a no haber tenido éxito comercial el año de su lanzamiento, Raising Arizona se ha convertido en una película de culto en los Estados Unidos por su simbolismo, música, lo poco convencional de sus personajes, así como por el lenguaje utilizado.

10.1. SINOPSIS

Cuando el ladronzuelo H.I. McDonnough (Cage) y la oficial de policia Edwina (Hunter) se conocen, luego de que ella es la encargada de tomar las fotografías de ingreso a la estación de policia, ambos se enamoran y McDonnough promete cambiar y hacerse un hombre de bien. La pareja se muda a una casa rodante en medio del desierto de Arizona.

10.2. FICHA TÉCNICA

• Título original Raising Arizona

• Director Joel Coen

• Guión Joel Coen, Ethan Coen

• Género Comedia, Acción

• Duración 94 min.

• País Estados Unidos

• Idioma original Inglés

Elenco

• Nicolas Cage- H.I. McDonnough

• Holly Hunter- Ed McDonnough

• John Goodman- Gale Snoats

• William Forsythe- Evelle Snoats

• Frances McDormand- Dot

• Randall "Tex" Cobb- Leonard Smalls (El motociclista solitario del Apocalípsis)

• Trey Wilson- Nathan Arizona

• Sam McMurray- Glen

10.3. COMENTARIOS

Una ex mujer policía (Holly Hunter) y un ladrón rehabilitado (Nicolas Cage) se casan. Ante la imposibilidad de tener hijos, deciden raptar a uno de los quintillizos de un magnate local, llamado Nathan Arizona.



Sorprendente segundo film de los hermanos Ethan y Joel Coen: tras el éxito independiente de su ópera prima, el oscuro y ascético policial Simplemente sangre, los cineastas entregan una comedia disparatada y agridulce en la que están cifradas las claves de gran parte de su obra posterior: vértigo visual, personajes de farsa caídos en desgracia, actuaciones desbordantes, un humor absurdo y onírico.

Además de la presencia de algunos actores fetiche de los Coen -Frances McDormand, John Goodman-, es fundamental el aporte del fotógrafo -luego director- Barry Sonnenfeld y del músico Carter Burwell, que ya habían brillado en Simplemente sangre y se convertirían después en nombres importantes de la industria.

Aunque tuvo un aceptable desempeño en taquilla (recaudó US$ 23 millones en Estados Unidos a partir de un presupuesto de US$ 6 millones), este film fue ignorado por crítica y festivales, probablemente desorientados por el cambio de estilo de los hermanos Coen, estilo que sin embargo cuatro años más tarde sería premiado en Cannes con una Palma de Oro para Barton Fink. (3)


Los hermanos Coen logran una historia delirante que mezcla el romance y el crimen con absurdas situaciones de acción. El ladrón H.I. McDonnough es atrapado continuamente por sus crímenes. En sus visitas a la cárcel se relaciona la policía Edwina, que es la encargada de sacar las fotos de los prisioneros. H.I. y Edwina se enamoran y se casan, pero el matrimonio se siente infeliz porque no pueden tener un hijo. Para lograr su sueño, H.I. lleva a cabo un plan bastante arriesgado.(3)



Cuando el ladronzuelo H.I. McDonnough (Cage) y la oficial de policia Edwina (Hunter) se conocen, luego de que ella es la encargada de tomar las fotografías de ingreso a la estación de policia, ambos se enamoran y McDonnough promete cambiar y hacerse un hombre de bien. La pareja se muda a una casa rodante en medio del desierto de Arizona.

Al poco tiempo ambos se enteran que Edwina es estéril y trás ser rechazados en todas las agencias de adopción que visitan (a causa del historial delictivo de H.I.) deciden robar a uno de los quintillizos hijos del magnate local Nathan Arizona. Finalmente roban al niño (presumiblemente Nathan Jr. aunque nunca queda claro) y un libro de cómo cuidar bebés.



Todo parece ir bien hasta que los amigos ex convictos de H.I. Gale Snoats (Goodman) y Evelle Snoats (William Forsythe) se escapan de la cárcel y deciden hacer una visita a casa del matrimonio.

Enojada, Ed le pide a H.I. que haga que sus amigos se vayan, sin embargo, él logra convencerla de que los acepte por un par de días y se compromete a pedirles que no estén presentes al día siguiente pues su jefe y la esposa de éste los visitarán para conocer al bebé.


Cuando el jefe de H.I., Glen (Sam McMurray) y su esposa, Dot (Frances McDormand) visitan a la pareja, Glen malinterpreta un comentario de H.I, y le sugiere que intercambien esposas pues él y Dot son swingers. H.I. se siente ofendido y lo golpea en la nariz, causando su despido de facto lo cual hace molestar a Ed pues ahora tienen más responsabilidades. H.I. decide aceptar la propuesta de robar un banco con Gale y Evelle y se dispone a dejar a Ed a cargo del niño pues reconoce no ser lo suficientemente responsable para ser padre, sin embargo mientras escribe la nota se queda dormido y amanece.


Mientras tanto, la policia inicia la investigación del robo del niño y la prensa se reune afuera de la mansión de Arizona. Al día siguiente es publicada en primera plana la noticia y no pasa desapercibida por el ofendido Glen, quien regresa a la casa de los McDonnough para chantajear a H.I. con no denunciarlo a la policia siempre y cuando éste le entregue al bebé pues él y su esposa están obsesionados con los niños y no pueden tener más. Mientras H.I. y Glen discuten, Gale y Evelle escuchan que el bebé de su amigo es en realidad hijo del acaudalado empresario y deciden secuestrarlo. Con el dinero del rescate y el botín que pensaban obtener al robar un banco rural suponen se podrán retirar y vivir una vida con comodidades.

El secuestro de Nathan Jr. afecta tanto a Ed que mientras van en su búsqueda, le propone a H.I. divorciarse pues, según ella, ambos son demasiado irresponsables como para hacer algún bien el uno al otro.




Él es un fuera de la ley con la irresistible necesidad de asaltar tiendas; ella, una ex-policía. se conocieron y se enamoraron cuando a él le estaban fichando en una comisaría. Ahora, esta peculiar pareja siente la necesidad de completar su familia con un bebé, pero se sienten frustrados cuando se enteran de que ella es estéril. Así que deciden raptar a un quintillizo, pensando que a los padres no les importará mucho al tener cuatro más.




CITAS:
1.- http://www.pantalla.info/persona/9/9156.html


2.- http://www.pantalla.info/pel/7/7222.html

3.- http://cl.livra.com/item/educando-a-arizona/1378177/

4.- http://es.wikipedia.org/wiki/Raising_Arizona

5.- http://images.google.es/imgres?imgurl=http://www.kinetoscopio.com/re/img/cineclub/tb_raising_arizona.jpg&imgrefurl=http://www.kinetoscopio.com/re/actuales/sandiego.html&usg=__8qeDXcb8xmsmCnm_GndeJrQwdhI=&h=150&w=225&sz=21&hl=es&start=47&sig2=jLTuvSJHisT9uy0YakFXQw&um=1&tbnid=TRGBURQAFpbP1M:&tbnh=72&tbnw=108&prev=/images%3Fq%3Deducando%2Ba%2Barizona%26ndsp%3D18%26hl%3Des%26rlz%3D1T4ADRA_esCL356CL356%26sa%3DN%26start%3D36%26um%3D1&ei=uONBS6ubNdWztgfatvWHBw

THE USUAL SUSPECTS

15. BRYAN SINGER



Bryan Singer (n. Nueva York, 17 de septiembre de 1965) es un director de cine y productor estadounidense, popular entre los aficionados a la ciencia ficción por sus trabajos en películas como X-Men o Superman returns.

15.1. Biografía

Bryan Singer es originario de la ciudad de Nueva York, creció en una casa hogar judía en Nueva Jersey, Estados Unidos. Asistió a la escuela secundaria West Windsor-Plainsboro y realizó sus estudios de Dirección Cinematográfica en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y, más adelante, en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Singer fue criado en un hogar judío y ha declarado abiertamente su homosexualidad1 . Asimismo ha manifestado que el haber crecido como parte de una minoría lo influenció en el desarrollo de su película X-Men.

Su compañía productora lleva el nombre de Bad Hat Harry Productions, y realiza trabajos para la televisión, el cine, DVD y videojuegos. Su nombre está tomado de una frase de su película favorita "Tiburón": "That's some bad hat, Harry", se puede oír en el clip de los créditos de la compañía.(1)

15.2. Trabajos

Tras graduarse, Singer dirigió un corto llamado Lion's Den. En este trabajo Singer hizo amistad con el actor Ethan Hawke a quien conocía de su niñez en Nueva Jersey y al editor John Ottman.

Después de proyectarse el corto Lion's Den, Singer se acercó a una productora japonesa de películas de bajo presupuesto y junto con Christopher McQuarrie, su amigo de la secundaria, escribió el guión para 'Public Access, cuyo argumento se desarrolla en un idílico pueblito. Ottman trabajó como editor y compuso la música para la cinta. Durante el Festival Sundace de 1993 la película fue co-ganadora del Gran Premio del Jurado.

Mientras atendían el Festival Sundace de 1993, Singer y McQuarrie empezaron a discutir una idea que McQuarrie tenía para una historia donde "cinco criminales se conocen en una rueda de identificación". La película, Los sospechosos de siempre (The Usual Suspects), ganó numerosos premios incluyendo el premio BAFTA de 1995 a la mejor película y el Premio Saturno para el mejor actor en una película de aventuras y suspense. McQuarrie ganó también el premio de la Academia como mejor guión original y el premio BAFTA por mejor guión. El compositor y editor John Ottman ganó el premio BAFTA por mejor edición y el premio Saturno a la mejor banda sonora. Kevin Spacey ganó el premio de la Academia como mejor actor de reparto.

En 1998, Singer dirigió la película Apt Pupil (en España Verano de corrupción), basada en la novela de Stephen King del mismo nombre. El guión fue adaptado por uno de sus amigos Brandon Boyce. Esta película cuenta la historia de un joven muchacho que desarrolla una mórbida fascinación por un criminal de Guerra Nazi. Esta cinta recoge también una de las experiencias de la niñez de Singer, cuando él y sus amigos formaron brevemente un Club Nazi. Singer ha declarado posteriormente que ese club fue creado debido a la gran atracción que ejercía en ellos la Segunda Guerra Mundial y que de ninguna manera el grupo era antisemita.

Inicialmente Singer se acerco a la 20th Century Fox para dirigir 'X-Men, luego de haber dirigido The Usual Suspects, pero debido a que no era un fan de los comics y desconocía a los personajes rechazó la oferta. Sin embargo, su amigo Tom DeSanto, gran fan de estos y socio de la compañía productora Bad Hat Harry Productions lo persuadió para que reconsiderara la oferta. Singer tras leer los cómics y familiarizarse con los personajes acepto firmar con la Fox. Singer rechazó todos los guiones creados a lo largo de una década para producciones que nunca llegaron a realizarse, finalmente junto con DeSanto crearon el boceto del nuevo guión en una semana y luego lo desarrolló con David Hayter, quien anteriormente había sido su chofer. Con esta cinta Singer ganó el Saturn Award como mejor director del 2000.

A inicios del 2001, Singer planeó dirigir Confessions of a Dangerous Mind, guión escrito por Charlie Kaufman, basada en la novela del mismo nombre escrita por Chuck Barris y protagonizada por Johnny Depp. Sin embargo, la producción se detuvo debido a problemas financieros por lo que Singer abandonó el proyecto. Más adelante este filme fue retomado por Miramax Films quien encargo la dirección a George Clooney y tenía a Sam Rockwell en el papel estelar. Más tarde Singer manifestó que estaba gratamente impresionado por el trabajo de Clooney.

En junio de 2002 se dio inicio a la filmación de la segunda parte de los hombres Xs en Canadá con Singer nuevamente como director, pero esta vez contando con David Hayter, Dan Harris y Mike Dougherty como guinistas. En el 2004, X2 fue nominada por los Hugo Awards como mejor película dramática pero perdió frente al Señor de los anillos: El retorno del Rey dirigida por Peter Jackson.

En el 2002 Patrick Stewart se enteró que Singer había sido un ferviente fan de la serie y arreglo una visita al set de Star Trek: Nemesis y apareció casi al final de la película como un oficial Starfleet en el puente de mando de la nave the Enterprise.

El 16 de noviembre de 2004 una nueva serie dramática relacionada con ambiente médico, salió al aire por la cadena Fox con el nombre de House M.D.. En esta serie Singer es el productor ejecutivo pero también dirigió el piloto y el tercer episodio, incluso tuvo una breve aparición en el duodécimo capítulo donde actúa como él mismo. Actualmente, House es una de las series más populares en Estados Unidos, se emite a través de la cadena FOX y tiene una media de 13 millones de espectadores por episodio. En España puede verse a través del canal FOX y en abierto a través de Cuatro. La tercera temporada se estrenó en USA el 5 de septiembre de 2006."House" ha ganado varios premios importantes: dos Emmys de la televisión. El primero a Hugh Laurie (actor que interpreta a House) como mejor actor de serie dramática, y el segundo para el creador de la serie, David Shore, al mejor guión por el capítulo de la primera temporada titulado "Tres Historias". Además, Hugh Laurie ha conseguido el Globo de Oro al mejor actor en serie de drama en 2006.

Casi como una broma, Singer fue llamado a Nueva Zelanda para dirigir algunas de la últimas tomas del remake de King Kong, pues el director de la película Peter Jackson se encontraba extremadamente exhausto y necesitaba dormir por lo que pidió su ayuda. Sin embargo se le aseguró a los ejecutivos de Universal que ya todo estaba listo. Parte de este procedimiento se muestra en el diario de producción de King Kong de Peter Jackson. Luego se desmintió su participación formal en la realización del filme.

A mediados del 2004, Singer estuvo en negociaciones para dirigir la tercera parte de X-Men para la Fox, casi al mismo tiempo se le ofreció la posibilidad de dirigir la nueva película de Superman, Superman Returns. El 19 de julio la revista Variety reportó que Singer había firmado con la Warner Bros para dirigir la película de Superman; lo que condujo que la Fox diera por terminado su contrato con la compañía productora de Singer Bad Hat Harry Productions. La película Superman Returns fue filmada en Australia durante el 2005. Se estrenó en cines comercialmente en junio de 2006, y en Argentina y otras partes del mundo en julio de ese mismo año. Si bien el estudio estimo una recaudación mayor a la de la película Spider-man, también una adaptación de comics no fue así, la película recaudo solo en Estados Unidos 200 millones de dólares y en el mercado internacional un monto similar, siendo que según el director no esperaba contar con esta recaudación, debido a que consideraba que superman es un héroe norte americano, aun así recaudo 200 millones de dólares en el resto del mundo, este monto no se acerco a lo que el estudio esperaba ya que el costo de la película y esto según el director ascendió a 200 millones de dólares. Por esta razón al director se le redujo el presupuesto a solo 170 millones para una próxima entrega, esto bajo la premisa de tener más acción en la siguiente película. Aún no hay detalles de una secuela, pero si se lo confirmo como director para una próxima entrega.

A finales del 2001, los planes de Singer era los de ayudar a DeSanto en la producción de la nueva serie televisiva Battlestar Galáctica para el Studio USA (hoy NBC Universal Television Studio) y la cadena Fox. Singer tenía el compromiso de dirigir la miniserie que serviría como piloto de una potencial serie. Es así que, en una entrevista para la revista Variety de febrero de 2001, comentó que se sentía muy seguro de que la marca Galactica era un gigante dormido, "Galactica era una serie que había visto la primera vez que salió al aire, desde el piloto hasta el último capítulo. La esencia de esta marca sería muy fuerte en un ambiente donde existe un gran déficit de programas de ciencia ficción". Sin embargo la producción se retrasó también debido a los ataques del 11 de septiembre, lo que llevo a Singer a abandonar el proyecto puesto que ya estaba comprometido para dirigir la secuela de X-men. La cadena Fox, entonces perdió el interés y el Studio USA llevó el proyecto al canal de ciencia ficción Sci Fi Channel y a diferentes equipos de producción, que dio como resultado la nueva miniserie Battlestar Galactica en el 2003 y la serie de televisión en el 2004. Finalmente en verano de 2009 se anunció que Bryan había retomado su proyecto original y adaptaría la serie a la gran pantalla.2

15.3. Filmografía

• Public Access (1993)

• Los sospechosos de siempre (The Usual Suspects, 1995)

• Verano de corrupción (Apt Pupil, 1998)

• X-Men (2000)

• X-Men 2 (2003)

• Superman returns (2006)

• Valkyrie (2008)

16. THE USUAL SUSPECTS


The Usual Suspects (llamada Los sospechosos de siempre o Sospechosos comunes en América Latina y Sospechosos habituales en España) es una película estadounidense de 1995 escrita por Christopher McQuarrie (quien ganó un Oscar al mejor guión original por este trabajo) y dirigida por Bryan Singer. Protagonizada por Kevin Spacey (Oscar al mejor actor de reparto), Gabriel Byrne, Stephen Baldwin, Benicio del Toro y Kevin Pollak.

La película, con un presupuesto de 4 millones de dólares, no fue muy bien recibida en las salas de cines durante el lanzamiento (formando parte de la lista de las “películas más odiadas de Roger Ebert”) pero fue atractiva para muchos seguidores del género de crimen/drama, y es considerada una película de culto. Diez años después de su estreno, permanece en el Top 25 de Internet Movie Database "Top 250 Movie List".(2)

16.1. SINOPSIS

Roger “Verbal” Kint (Spacey), es un pequeño estafador lisiado, que se encuentra en un interrogatorio de la policía de Los Ángeles y le cuenta a su interrogador, el Agente Kujan (Chazz Palminteri) una historia sobre los acontecimientos que desencadenaron en tiroteo y una masacre dentro de un barco apostado en el puerto de Los Ángeles. Usando la narración en retrospectiva, la historia de Verbal llega a ser cada vez más compleja mientras él intenta “aclarar” los hechos, para la satisfacción del Agente Kujan, que está interesado en saber el porque él y sus compañeros de crimen estaban en ese barco.

16.2. FICHA TÉCNICA

Título Sospechosos Habituales, Los sospechosos de siempre

Dirección Bryan Singer

Producción Bryan Singer

Guión Christopher McQuarrie

Reparto
Stephen Baldwin, Gabriel Byrne, Benicio del Toro, Kevin Pollak, Kevin Spacey, Chazz Palminteri

País(es) Estados Unidos

Año 1995

Género Acción / Thriller / Misterio

Duración 106 min


16.3. PREMIOS

• PREMIOS BAFTA 1995 Mejor Película

• PREMIO OSCAR 1995

   o Mejor guión original

  o Mejor actor de reparto

• PREMIO SATURNO

    o Mejor banda sonora

   o Mejor actor de aventuras


16.4. COMENTARIOS

Una Historia que Rompió Moldes: Pongámonos en situación, corría el año 1995, más concretamente primeros de septiembre. Se estrenaba en toda España una película de un nuevo cineasta desconocido hasta el momento, al igual que su elenco técnico, pero avalada por una impresionante ficha artística, con un grupo de los mejores secundarios que un director de casting puede desear, conjuntando un largo reparto coral. El film era "Sospechosos Habituales", el director Bryan Singer, el compositor y montador John Ottman (consiguió el BAFTA), el guión, inenarrable, fastuoso, críptico, magnífico, obra de un maestro, ganaría el Oscar Kevin Spacey en el papel por el que se le recordará siempre, también; el resto es historia.

La prensa comentaba con motivo del estreno las excelencias de la trama, las conseguidas interpretaciones y el ritmo ágil de una película básicamente sustentada en los diálogos entre los diferentes personajes por encima de la acción. La publicidad decía que tenía un guión por el que Hitchcock hubiera matado. Hasta ahí, todo indicaba que aquello iba a merecer la pena ser visto, pero entonces en la sala se apagaron las luces, y un travelling lateral recorriendo las aguas y unas extasiantes notas al piano nos introducían en la mítica de Dean Keaton (Gabriel Byrne), Verbal Kint (Kevin Spacey), McManus (Stephen Baldwin), Hockney (Kevin Pollack) y Fenster (Benicio Del Toro), los sospechosos habituales de un mundo regido por las reglas de la mayor mente criminal que el mundo ha conocido, Keyser Sozë (algo con lo que estamos de acuerdo al concluir el film) y las pautas musicales y rítmicas de John Ottman; entonces descubríamos que este pequeño film nos había conquistado sin remedio.


Las sensaciones al concluir el visionado de la película son coincidentes en la mayoría de los casos, la boca abierta y la mirada ausente intentando recopilar datos para revisionar todo en la cabeza son consecuencias habituales, el sorprendente final te deja sin palabras. El resultado del conjunto nos ha atrapado ya para siempre, y podemos decir sin miedo a equivocarnos, que de entre todos los departamentos que obraron el milagro destaca por méritos propios la composición musical de un recién llegado por entonces al mundo del cine, alguien que curiosamente también firmaba otra de las virtudes ensalzables de la obra, su montaje. John Ottman se había dado a conocer.

La Trama se Despliega Un aroma de misterio y cine negro nos arrulla desde la primera nota, un tema al piano de una melodía equívoca y subyugante nos sitúa en la trama ("Main Title"), parece incluso avanzar y retroceder al mismo tiempo acompañado de leves y breves apariciones del cello primero y el violín más tarde, para concluir con las suaves notas de la sección de viento abrazando literalmente el motivo principal en cadencia descendente hasta prácticamente apagarse, poseyendo esa cualidad atemporal de no pertenecer a una época o un lugar determinados. Las piezas comienzan a disponerse en el tablero y "The Story Begins" nos ofrece una panorámica musical, recurriendo al tema del Misterio (variación del tema principal presente en el segundo tercio del "Main Title"), sobre el escenario del puerto en el que han tenido, o tendrán lugar, dependiendo del trasfondo temporal, los acontecimientos que eclosionan la trama, pues retrocedemos y avanzamos viviendo o recordando éstos junto a los protagonistas. Todo ello de una forma soterrada, sin desvelar aún las cartas.

Ya estamos dentro de la historia, nosotros somos la historia, caminamos al ritmo de los personajes, sabemos lo que ellos saben, y conocemos los datos cuando a ellos les son presentados. Pero alguien lo controla todo, alguien que conoce los peones y en que momento se deben sacrificar. Alguien que nos lleva de la mano hasta el precipicio. En la atmósfera de engaños y verdades a medias nada es lo que parece, estamos indefensos.



Apariencias, Realidades, Encubrimientos, Engaños, y su Música

La tensión a partir de metales y percusión ("Getting on Board") nos domina, la conjunción música-imagen nos hace temblar de emoción ("Payback Time", "New York´s Finest"), la música define primero caracteres, luego personajes. Advertimos la sutilidad marca Ottman para el lírico tema del tullido locuaz "Verbal Kint", la cadencia y la orquestación nos dicen que su personalidad y apariencia es retraída y sensible, a través de la ternura de la melodía, pero unas notas del tema del Misterio integradas en el mismo, se hacen eco de la parte corrupta del criminal (1:20 a 1:30 seg.). De ahí nos trasladamos a la encarnación musical del mal, con unas muy marcadas cuerdas en combinación con el contrabajo y bruscos ascensos y descensos melódicos, concluyendo con un pequeño aporte de la flauta y un crescendo orquestal para presentarnos a Keyser Sozë y sus maquiavélicos planes y acciones en la sombra.

Un espléndido y lírico piano nos sitúa en la tragedia de la pérdida de los seres queridos, definida magistralmente por Ottman primero brevemente, en el elegíaco "It Was Beautiful" (la tragedia de Keaton) y más tarde en el atonal "The Faces of his Family" (la del propio Keyser Sozë, que prefirió asesinar a sangre fría a su propia familia al completo, antes que verla enfrentarse al terrible trauma de la venganza de una banda de gángsters rival). Ottman nos ofrece este momento sin concesiones a la galería, motivando la inquietud con su música, no provocándola, permitiendo que surja.

La ductilidad del compositor nos traslada mediante la sucesión de breves temas a la descripción vertiginosa de motivantes secundarios de la trama, la aparición de "Redfoot", un gángster de relevante importancia en el desarrollo de los acontecimientos aunque fugaz aparición, caracterizado musicalmente por un tema oscuro para banjo solista y diversa percusión exótica, que lleva a los protagonistas a entrar en contacto con el lugarteniente del propio Keyser Sozë, Kobayashi, violines disonantes nos advierten del peligro tras las apariencias (sutil ubicación del tema del Misterio 1:13 a 1:45) dentro de un entorno tenebroso. Pero no podemos dejar de comentar otros momentos reseñados sin duda, por su originalidad y prestaciones, "The Garage", vibrante tema de tensión contenida y emocionante resolución, "The Arrests" original composición percusiva con piano, bongos e incluso cajón flamenco acompañando el montaje paralelo de los arrestos policiales por separado del grupo que luego conformarán los Sospechosos Habituales; o el inquietante y climático "The Killing of a Rat", Herrmaniana muestra del buen hacer de Ottman en la creación de atmósferas en uno de los momentos altamente resolutivos de la trama, recurriendo incluso al mismo tipo de campana que ya usara Danny Elfman en su "Resolution and Finale" para Batman.

Dentro de la estructura de la obra hay muchos situaciones que permiten el brillo de determinados instrumentos en particular por encima del resto: piano majestuoso, cello, flauta, violín, contrabajo, viola, armónica, clarinete, xilófono, o el original uso percusivo antes reseñado con los bongos, cajón flamenco, e incluso maracas, apoyan a la orquesta y la engrandecen cuando el protagonismo es para ellos. Todos elegidos y orquestados para su presentación en el momento más oportuno, y no antes. Y entonces la madeja es desvelada, la trama queda al descubierto. La flauta nos anuncia, acompañada de unas rápidas notas al piano, que hemos sido engañados. La historia urdida, ¿o quizá la música?, nos deja totalmente asombrados cuando descubrimos, quién es realmente Keyser Sozë. Entonces nos damos cuenta de que, no es otro sino John Ottman. (3)


Como Bryan Singer señala en la carpeta del disco, "John ha creado un mundo musical para "The usual suspects", una aventura sinfónica que, una vez concluye, vuelve a comenzar en cada uno de nosotros."

Particularmente, creo que con esta composición John Ottman creó su primera obra maestra. Subrepticiamente define hasta los más pequeños matices, y da pistas sobre los personajes, todo ello sin posicionarse. Y es cuando la resolución está en el aire, que John nos mantiene ahí, hasta que en el último segundo, nos deja caer.

Como el titulo del tema que anuncia el desenlace "The greatest trick", "El más grande truco del diablo fue hacer creer a todos, que no existía, para después, desaparecer ..."

Lo mejor: Todo. Pero destacaremos el magnífico tema central, presente en los títulos de crédito y su reprise en el tema "The Water", los temas de tensión "Getting on Board", "New York´s Finest" o "The Garage" y la impresionante conclusión "The Greatest Trick", en su excepcional combinación con las imágenes.

Lo peor: Si hay que decir algo negativo, quizá algunos temas demasiado incidentales necesitan su mezcla con las imágenes para se apreciados mejor, casos de "Keyser Appears", "The Killing of a Rat" o "The Faces of his Family", pero su integración dentro del conjunto es perfecta.

El momento: Sin lugar a dudas "The Greatest Trick", la música nos guía en la secuencia final de la revelación describiéndonos de una forma magistral todas las sensaciones de los personajes, quedando en un primer plano con el único acompañamiento de la voz en off, en una conclusión musical que contribuye muy mucho a que nuestra boca permanezca abierta hasta muy entrados los títulos de crédito



Es sábado por la tarde cuando escribo estas líneas, justo al terminar de ver por enésima vez -esta vez en blu-ray- el peliculón llamado "Sospechosos Habituales" que, mucho antes que "X-Men" o "Superman Returns", dirigiera Bryan Singer allá por el año 1995, y sigo disfrutándolo casi tanto como la primera vez. Una gozada de trama (Oscar al mejor guión original, cortesía de Christopher McQuarrie), de interpretaciones (entre ellas, Oscar al mejor actor de reparto para Kevin Spacey), de banda sonora, de dirección y de desenlace; la película funciona como una maquinaria perfectamente engrasada, en donde cada elemento está en el lugar apropiado en el momento justo. Un complejo puzzle donde las piezas, según avanza la película, van encajando para formar un resultado final que, como poco, sorprende y maravilla. Y es que "Sospechosos Habituales" merece un segundo y hasta un tercer visionado, por estar llena de sutiles pistas dejadas -nunca al azar- al espectador, de esas de las que uno solo se percata una vez conoce el entramado completo y posterior desenlace de la historia. (4)

CITAS:

1.- http://es.wikipedia.org/wiki/Bryan_Singer

2.- http://es.wikipedia.org/wiki/The_Usual_Suspects

3.- http://es.moviepilot.com/movies/sospechosos-habituales

4.- http://www.bsospirit.com/comentarios/usualsuspects.php

LA NOCHE DEL CRIMEN

1. DAN ALGRANT



1.1. BIOGRAFÍA

Director, Actor, Guionista americano, nacido el 25 Septiembre 1959. El primer largometraje de Dan Algrant, “Desnudo en Nueva Cork”, fue producida por Martin Scorsese, y fue liberado por Fine Line Features en 1994, se estrenó en el Festival de Cine de Sundance y ganó el Festival de Cine de Deauville Premio del Público. Su segunda película característica Popular I Know, protagonizada por Al Pacino, Kim Basinger, y Ryan O'Neal. Ha dirigido la serie de HBO Sex and the City para varias temporadas; sus cortometrajes Catedral, algunos cortando madera de Cine, Anything for Jazz, el primer baile nunca, y natación, se han exhibido en festivales en Nueva York, Los Ángeles, Ann Arbor, y Sundance.

1.2. FILMOGRAFÍA

• The Girlfriend Experience (2010)

• People I Know 2003

• Relaciones confidenciales (2002)

• Desnudo en Nueva York (1996)


2. LA NOCHE DEL CRIMEN



2.1. SINOPSIS

El publicista Eli Wurman ha manejado las vidas de los ricos, famosos y poderosos a lo largo de su exitosa carrera. No existe una crisis que no haya podido manejar... hasta ahora. Cary Launer es un famoso actor, quien está en problemas por una joven estrella, y requiere los servicios de Wurman para sacársela de encima discretamente. Pero esto no resultara tan simple como parece... Eli, cuya profesión consiste en mantener buenas relaciones con los grandes personajes de Nueva York, se muestra preocupado por una reunión a la que debe asistir en la noche siguiente y por la cual le cuesta mucho invitar a toda la gente que desea. Así es como se deja llevar por una joven modelo, llamada Jilli Hopper, que le pide ayuda. Pero ella, aspirante a actriz, lo lleva a lugares donde él ve lo que no debía ver: todo un piso de hotel convertido en burdel, con gente consumiendo drogas. Pero, no se trata de adictos corrientes, sino de personas importantes de la ciudad. A través de este extraño paseo, llega a ser testigo incluso de un crimen. Sin acordarse de nada la próxima mañana, sigue con su vida de siempre, peleándose como habitualmente lo hace con la gente, hasta que percibe que algo ha cambiado.(1)


2.2. FICHA TÉCNICA

• TITULO ORIGINAL: People I Know

• ACTORES: Ryan O'Neal, Kim Basinger, Téa Leoni, Al Pacino.

• GENERO: Drama.

• DIRECCION: Daniel Algrant.

• GUIÓN: Jon Robin Baitz.

• FOTOGRAFÍA: Peter Deming.

• MÚSICA: Terence Blanchard.

• ORIGEN: Estados Unidos.

• DURACION: 100 Minutos

2.3. COMENTARIOS

Ya he perdido la cuenta del número de películas en las que Al Pacino ha interpretado a un profesional venido a menos, dudoso de su capacidad, pero tenaz a pesar de su baja auto-estima. Ciertamente nadie lo hace mejor, pero este año ya lo hemos visto haciendo lo mismo en "Insomnia", "Simone" y ahora "La Noche del Crimen". Y debo decir que Pacino nunca lo ha hecho mejor.

"La Noche del Crimen" es una intensa película que nos ofrece un atisbo a las interioridades y manejos de las esferas de poder que controlan económica, política y culturalmente la sociedad norteamericana. Nuestro guía es Eli Wurman (Al Pacino), un acabado "publicista de las estrellas", encargado de promocionar a sus cada vez menos clientes y evitar cualquer cosa que pueda dañar sus carreras. Una noche su más importante cliente, la estrella de cine Cary Launer (Ryan O'Neal), le pide a Eli que saque de la cárcel a Jilli Hooper (Téa Leoni), una alocada actriz televisiva con la que el actor se estaba divirtiendo, y que la lleve al aeropuerto para sacarla de la ciudad y evitar el inminente escándalo. Eli hace lo que Launer le pide, sin darse cuenta de que se está metiendo en mitad de una conspiración que envuelve a los círculos económicos y políticos más altos de Nueva York...

Recuerdo varias películas recientes que pretenden denunciar el vacuo y bizarro mundo del cine (como "State and Main" y "Jay & Silent Bob Strike Back"), pero al utilizar la sátira sacrifican impacto a cambio de humor. "La Noche del Crimen", por su parte, es una mirada cruda e implacable a este mundillo, poblado de gente con pobre ética, desmedida ambición y esclava de intereses que van mucho más allá de lo que las audiencias percibimos. La película está supuestamente basada en la vida de Bobby Zerman, alias "Bobby Z", legendario publicista neoyorquino que seguramente pasó por situaciones parecidas a las que experimenta el protagonista.

Una cinta de este corte es necesariamente amarillista, y bajo el manto de la denuncia está en realidad apelando a nuestra fascinación por ver caer a los poderosos o al menos ver que sus vicios y pecados son tan sórdidos y pueriles como los del resto del mundo. Pero amarillista o no, debo admitir que encontré esta película hipnotizante y enormemente entretenida.



Pacino se lleva las palmas, desde luego. Como dije, a pesar de haberlo visto muchas veces en papeles similares, me parece que esta es la primera vez que "se suelta el pelo" (en más de un sentido... ¡nada más vean su peinado durante la película!) y se posesiona de su personaje hasta niveles que jamás había presenciado. La dirección de Daniel Algrant ayuda mucho, pues entre ambientación y manejo de cámara la película se transforma en un demencial viaje por lugares donde chocan y se mezclan lo mejor y lo peor de la sociedad, con Eli Wurman y el público como febriles turistas, tratando de ver lo más posible pero apenas comprendiendo lo que ocurre.

Si tiene una falla la película es el brusco final... es perfectamente lógico dentro de la historia, pero se presenta de forma tan abrupta que parece que se quedaron sin película o que se descompuso la cámara. Por otro lado, así tiene mucho mayor impacto. De cualquier forma, yo hubiera preferido un epílogo o conclusión más satisfactoria, aún a costa del impacto final.

Tal vez "La Noche del Crimen" no es para todos los gustos. Yo soy gran aficionado (no necesariamente creyente) de literatura sobre conspiraciones y conocimiento oculto, por lo que disfruté enormemente de los temas y tácitos comentarios que la película hace. Tal vez a otros les repugne la bajeza de los personajes y la sordidez del ambiente general que se retrata en esta obra. Pero de un modo u otro, es innegable que el sobresaliente desempeño de Al Pacino (y ciertamente del resto del elenco) dejarán satisfecha a la mayor parte de la audiencia. (2)




Eli Wurman es un envejecido y cansado publicista neoyorquino, especializado en sacar de líos mayores a sus clientes. Justo eso es lo que precisa uno de ellos, el actor de cine Cary Launer. Pero lo que iba a ser un encargo de rutina -escoltar a una acompañante de Launer- se vuelve un lío confuso y peligroso cuando Wurman presencia (o cree presenciar) un crimen.

Este filme sustentado en la figura de Pacino y en el costado nocturno y vicioso de Manhattan tiene la estructura de un thriller, pero a la antigua. Eso quiere decir: menos balazos y carreras, y más diálogos y escenas de interior.(3)

Desde el principio se percibe que es una película para el olvido. El director quiso hacer una thriller intimista, ?diferente?, ?profundo? y le salió algo anodino, hecho de conversación tras conversación, como para que el espectador pueda dedicarse a roncar sin complejos.

Al Pacino sigue actuando como si estuviese dormido pero este drama cursi es más aburrido que él. En ese estado de ánimo, ?Eli? recorre una larga lista de charlas que parecen tener el objetivo de desnudar una personalidad egocéntrica y oportunista pero que terminan redundando en aspectos psicológicos y datos del pasado con escasa originalidad. Habla con su amigo médico, con su jefe, con su secretario, con una enfermera, con su cuñada, con un sacerdote negro, con un poderoso judío, con un modelo.

La similitud esquemática de todas las escenas produce un estancamiento narrativo que, encima, deja a mitad de camino varias cuestiones (presunta homosexualidad, intervención policial ante el hecho criminal, denuncia de corrupción) y la pretendida sutileza no es más que un motor de la indiferencia. Todo esto sin hablar de las acciones inmotivadas, los errores de continuidad y algunos detalles de lógica realista. Los pocos aciertos no mejoran el conjunto.

Otra producción para confirmar que cuando los estadounidenses se hacen los europeos, sólo apelan a estirar las pocas ideas que tienen.-

Los trabajos que Dan Algrant ha realizado como director tienen algo en común: la ciudad de Nueva York. Como fondo o punto de partida disparador de los conflictos de sus personajes, la Gran Manzana ha sido protagonista tanto en su película debut, la comedia romántica Naked In New York (Desnudo en Nueva York, 1994), como en la famosa serie de televisión “Sex And The City” (“El sexo y la ciudad”, 1998-2003), y ahora en éste, su segundo largometraje. La noche del crimen, sin embargo, está bastante lejos de la originalidad y la chispa que trasuntan los capítulos de las cuatro amigas que hablan de sexo.

El argumento del nuevo film de Algrant tiene mucho de una fórmula bastante conocida: hombre de las relaciones públicas, otrora influyente y venido a menos, le hace un favor a su amigo y único cliente (Ryan O’Neal) y termina presenciando el asesinato de una joven bella y drogadicta (Téa Leoni) involucrada con las altas esferas políticas... cuyos secretos es preferible ocultar. A pesar de cierta previsibilidad, la narración está estructurada de tal manera que el tiempo vertiginoso –los hechos están acotados a un día y medio– y el punto de vista –nunca se abandona la mirada del protagonista– mantienen el ritmo y dosifican la intriga.

Igualmente, La noche del crimen no es un thriller de suspenso sino más bien un drama: la parábola de una caída, la debacle final de un hombre acelerado, consumido por las pastillas y demacrado por el insomnio y las preocupaciones. El crimen mencionado en el título sólo funciona como excusa para desencadenar una conspiración en la que Eli Wurman (Al Pacino) se verá implicado. A él le sirve para entender que, tal vez, es hora de retirarse de esa vida hipócrita y absorbente. El personaje también tiene otro motivo para pensar en dejar la ciudad mientras esté a tiempo: Victoria (Kim Basinger), la viuda de su hermano, quiere salvarlo y compartir con él la vida tranquila del campo. Pero nada le resultará fácil...

Pacino no está mal (aunque se reitera bastante últimamente) y es quien se carga la película sobre los hombros (como actor, y productor junto a Robert Redford) para interpretar comprometidamente a este hombre avejentado y confundido por el alcohol y las drogas que se ve envuelto en un asesinato. Pero como el film está contado estrictamente desde su punto de vista (lo que él no ve queda fuera de campo), no hay escena en la que no participe. Y esto, sumado a sus ya proverbiales tics y al frenesí con que se entrega a la actividad de publicista, que es su oficio en la ficción, termina fatigando al espectador.

Wurman, el ex hombre de prensa más respetado de Nueva York, debe concretar un importante evento anti-racista al que asistirán los poderosos de turno; si lo logra su misión estará cumplida y las intrigas se habrán resuelto. ¿Será entonces el turno del retiro? Digamos que recién en la última escena Pacino podrá descansar en paz... y el espectador también.(4)

Conocido por dirigir la serie de televisión "Sex and the City", el realizador Daniel Algrant logra con "La Noche del Crimen" ("People I Know", 2002) un ejercicio fílmico totalmente distinto a su labor de tevedirector, con un estilo parco pero efectivo, desarrollando un thriller sin mayores complicaciones que cumple su cometido sin caer en efectismos. Impactante por su simpleza narrativa, la cinta va al grano (quizá alargando un poco la anécdota, que de por sí es breve), sin recurrir a la espectacularidad. La sencillez es su mejor cualidad, a la vez que este mismo mérito turba al espectador acostumbrado a la pirotecnia en que ha caído el género.(5)



Eli Wurman (Al Pacino) es un exitoso publicicista neoyorkino un manipulador entregado a los excesos (de fármacos, de trabajo, de hambre de triunfo sin miramientos). Su vida podría cambiar si cede ante las peticiones de su cuñada (Kim Basinger), la viuda de su hermano (que tal vez sea su mejor opción para bajarse del tren y descansar), pero como nunca nada es suficiente para Eli, debe echar a andar una importante reunión entre el líder negro y el judío, con o sin la ayuda de su jefe (Ryan O´Neal) a quien por tres décadas le ha cuidado la imagen.

Sin embargo, una noche loca con una actriz drogadicta (interpretada por Téa Leoni) ha de bastar para echar por tierra cualquier plan. La chica toma toma imágenes con una cámara digital de la orgía de drogas y sexo a la que asistió con Eli, y se ha quedado con un "recuerdito" que resulta demasiado comprometedor para los implicados, entre quienes está la gente más poderosa de la ciudad, y no tarda en ser asesinada mientras ambos están atascados de éxtasis y opio.

Pacino hace de Eli un personaje atípico, dándolecariz de apatía hacia el asesinato de la chica y lo que implica, pues lo único que le importa es que su evento salga bien. Esta actitud insensible y ególatra chocará a muchos, pero es totalmente válida en un filme sin concesiones como éste

Desafortunadamente, hay rasgos de homosexualidad en Eli que no son suficientemente explorados por Algrant, y que sin duda le habrían dado mayor dimensionalidad al rol protagónico y, seguramente, serviría para dar mayor credibilidad a la anécdota. Sin embargo, "La Noche del Crimen" es una cinta eficaz.



El director de Sex and the City en esta oportunidad cambia de género. Cuenta con un elenco importante (Al Pacino, Kim Basinger, Téa Leoni y Ryan O´Neal), una buena anécdota pero no da en la talla. El film está en ancadas entre thriller y drama o tal vez deba considerarse un thriller psicológico, por el cual se transita por los vericuetos del poder y la corrupción en Manhattan.

El publicista Eli Wurman (Al Pacino) se ha dedicado toda su vida a manejar las vidas de los ricos, famosos y poderosos a lo largo de su carrera. Se lo ve solvente pero decadente. Cary Launer (Ryan O´Neal), es un famoso actor, quien está en problemas por una joven estrella (Téa Leoni), y requiere los servicios de Wurman para sacársela de encima discretamente. Pero esto no resultara tan simple como parece... Así que esta joven modelo y actriz, llamada Jilli Hopper, lo lleva a lugares donde él ve lo que no debe ver: todo un piso de hotel con gente consumiendo drogas. Pero, no se trata de adictos corrientes, sino de personas importantes de la ciudad. A través de este extraño paseo, llega a ser testigo incluso de un crimen. Sin acordarse de nada la próxima mañana, sigue con su vida de siempre, intentando organizar y comprometer la asistencia para un evento en contra de la discriminación. Estos eventos son lo poco que Wurman conserva de sus ideales y que lo siguen conectando con su parte sana. Lo otro es su cuñada (Kim Bassinger) viuda de su hermano menor dispuesta a rescatarlo de la vida de hastío y excesos.

Un final sorpresivo cuando la anéctoda parecía demorarse en su resolución no parece un buen cierre para esta película que no logra convencer.(6)



Eli Wurman fue un requerido y respetado hombre de prensa de Nueva York, a quien su afición a mezclar alcohol y medicamentos lo ha llevado hasta lo mas bajo que se puede caer, aun a pesar de sus contactos con el mundo del poder.

Una noche a pedido de Carl Launer, un famoso actor que está empezando su carrera política, Eli accede a pagar la fianza de una joven y temperamental estrella del cine, llamada Jilli Hopper para que salga de la prisión. Luego, Jilli arrastra a Eli a un prostíbulo, donde le confiesa tener documentos que comprometen a políticos y dirigentes de derechos humanos. Esta revelacion pondra a Eli en medio de una conspiración política que lo llevara a convertirse en un estorbo para ciertos circulos que no dudaran en eliminarlo. Poco a poco él vera como su vida se complicara mas y mas hasta convertirse en un laberinto sin salida. Eli descubrira que las cosas siempre pueden estar peor, especialmente cuando se sabe mas de lo que se debe.(7)


El publicista Eli Wurman ha manejado las vidas de los ricos, famosos y poderosos a lo largo de su exitosa carrera. No existe una crisis que no haya podido manejar... hasta ahora. Cary Launer es un famoso actor, quien está en problemas por una joven estrella, y requiere los servicios de Wurman para sacársela de encima discretamente. Pero esto no resultara tan simple como parece...

Eli, cuya profesión consiste en mantener buenas relaciones con los grandes personajes de Nueva York, se muestra preocupado por una reunión a la que debe asistir en la noche siguiente y por la cual le cuesta mucho invitar a toda la gente que desea. Así es como se deja llevar por una joven modelo, llamada Jilli Hopper, que le pide ayuda.

Pero ella, aspirante a actriz, lo lleva a lugares donde él ve lo que no debía ver: todo un piso de hotel convertido en burdel, con gente consumiendo drogas. Pero, no se trata de adictos corrientes, sino de personas importantes de la ciudad.

A través de este extraño paseo, llega a ser testigo incluso de un crimen. Sin acordarse de nada la próxima mañana, sigue con su vida de siempre, peleándose como habitualmente lo hace con la gente, hasta que percibe que algo ha cambiado… (8)

Cuando una película es fallida, los errores se ven más y más grandes. Detalles que podrían pasar por nimios se observan como con una lupa. Los clisés crecen hasta ocupar toda la pantalla. El descrédito abochorna a cualquiera.

La noche del crimen es un drama con ingredientes de thriller que, además, intenta ser cine de denuncia. Bien dicen aquello de que el que mucho abarca..., y el director Daniel Algrant —a quien algunos capítulos de la serie Sex and the City evidentemente no han ayudado— tampoco sabe cómo maniatar, contener, apaciguar, en síntesis, dirigir a ese camaleón que suele ser Al Pacino.

El neoyorquino se hace un festín de tics con Eli, su personaje, un publicista —aquí sería un jefe de prensa— judío venido a menos, a quien una ex estrella de Hollywood ganadora de un Oscar —irónicamente compuesto por Ryan O'Neal— le encarga una, llamémosle "tarea": pagar un afianza y sacar de la cárcel a una estrellita de TV con la que estuvo involucrado.

Como nada podría salir según lo planeado, como bien sabe cualquier asiduo espectador al cine, Eli y Jilli (Téa Leoni, la ex de Woody Allen en La mirada de los otros) pasarán una noche impensada para ellos, que incluirá una visita a una cueva de droga y prostitución, claro que en un piso bien alto de Wall Street, un lugar que frecuentan hombres de poder. Eli está tan pasado de opio, que no sabe/no contesta cuando ve que alguien inyecta algo en el cuerpo de Jilli, el que, recostado en una cama de hotel, es sacudido repetida, rítmica e inequívocamente por un hombre.

No en vano Eli tiene un afiche de Asesinos S.A. en una de las paredes de su office...

Este dato no solo denota el espíritu del filme, muy común por los '70: corrupción, complot, negocios turbios y secretos que conviene guardar. Eli, que es acusado de izquierdista, sabe algo que a su amigo de Hollywood y a otros popes judíos y con poder, no les conviene develar. Imagíne usted el final.

Por algún motivo que no adivinamos los personajes borrachos o pasados de droga le salen tan bien a Pacino. Lástima que al sexto tic uno aguarda o que se pongo lúcido, o que la cámara no se detenga más en él. Porque no hay una escena en La noche del crimen —horrible traducción al original Gente que conozco— en la que Pacino no esté en ella. Ni una.

La corrección política campea por todo el relato, al que las historias secundarias, más que sostenerlo, lo hunden —una pretendida historia de amor entre Elli y su cuñada (Kim Basinger), por ejemplo—.

El filme, que debe ser el mayor fracaso económico en los EE.UU. en la carrera del actor de El Padrino y Sérpico, naufraga así entre la incredulidad del espectador y la escasa consistencia dramática de los personajes y las situaciones que atraviesan. Hay que gente que es mejor no llegar a conocerlas nunca.(9)


CITAS:

1.- http://www.rosariocine.com.ar/LA-NOCHE-DEL-CRIMEN_1204


2.- http://www.cinencanto.com/critic/p_people.htm

3.- http://www.bazuca.com/pelicula-7305573-La-Noche-del-Crimen

4.- http://www.cineismo.com/criticas/noche-del-crimen-la.htm

5.- http://www.tucineportal.com/contenido/nochec.htm

6.- http://es.shvoong.com/movies/1882505-la-noche-del-crimen-people/

7.- http://www.musimundo.com/producto-3009200145603~MICHAEL-CLAYTON--LA-NOCHE-DEL-CRIMEN-.aspx

8.- http://www.cinesargentinos.com.ar/pelicula/1184-la-noche-del-crimen/fotos/

9.- http://elamante.com.ar/notas/reviews/3329.shtml